Merida
Mi alma había regresado por completo a mi cuerpo, podía volver a respirar y aquella presión en mi pecho se desvaneció por completo al momento que vi esa hermosa isla que salvaría mi vida. sin pensarlo dos veces tome los remos del bote y apresure la velocidad para llegar pronto a aquella isla a la cual poco a poco pude notar gente, casas, barcos etc.
Mi bote llego a al muelle poniéndose a lado de otro barco que era obviamente mas grande que el mío, pero pude notar que ese barco tenía toda la fachada de ser un barco vikingo pero lo que mas me llamo la atención fue que en la vela había el dibujo de un dragón.
-disculpe señorita pero ¿tiene usted permiso de anclar aquí su nave?- me pregunto un hombre con un balde en la cabeza.
-Amm, no exactamente, pero lo dejare aquí por un rato, prometo regresar luego por el.- le "asegure" al hombre el cual me vio no muy seguro de mis palabras.
-Esta bien niña, pero si no bienes por el, tendré que soltarlo.- me advirtió el hombre con sombrero de balde.
Yo solo asentí y le agradecí, baje del bote y con ello mi equipaje. Ya fuera del bote me asegure de amarrarlo muy bien de la madera del muelle, y comencé mi camino hacia la cima de la isla pero antes de avanzar con mis cosas me volví hacia el hombre para hacerle una pregunta.
-Disculpe pero ¿Qué isla es esta?- pregunte esperando que me dijera el nombre que quería escuchar.
- Así que si eres una forastera.- Se contesto para si mismo y luego regreso su atención en mi.-estas en la isla de Berk.- me informo.
una sonrisa inevitable salió de mi al saber que si estaba en la isla que quería visitar hace unos días. -¡gracias!- Agradecí al hombre el cual el solo asintió.
En cuanto empecé a caminar hacia la colinas de arriba donde pude empezar a divisar hogares de madera con fachadas vikingas y uno que otro adorno de dragón. No pude con la emoción y comencé a correr metiéndome mas en lo que era las pequeñas colonias de la isla pero al poder contemplar por completo al lugar mis ojos quedaron abiertos a mas no poder al igual que mi boca, pues ya que todo el lugar estaba repleto de dragones, de diferentes formas, colores y tamaños. y no solo eso toda la decoración era de dragones; casas talladas en forma de dragones, banderas con vikingos y dragones juntos, y claro los vikingos, todos ellos acompañados de un dragón.
Mi impresión y concentración en cada aspecto del lugar fue interrumpido por un grito y un sonido de alas que provino de los cielos. fije mi vista hacia el cielo y vi como tres dragones diferentes volaban solo que estos no iban solos sino mas bien eran montados por personas. mejor dicho por jinetes de dragones.
Una vez mas quede admirada por todo hasta que de nuevo mi rostro fue impactado por un cartel el cual quite de mi cara con disgusto y antes de hacerlo bola y tirarlo note que era el mismo que Eret me dio en el bosque, era el mensaje de ese tal Bocón pidiendo ayuda en su taller.
"Eso es" dije en mi vente.
tome mis cosas que se encontraban a lado de mis pies, me coloque mi capucha de la capa y emprendí mi camino hasta el taller del susodicho. "el debe de saber donde esta Eret" me asegure y camine pidiendo una que otra indicación para llegar.
-Da vuelta a la derecha en la siguiente casa, allí veras un taller grande que probablemente estará rodeado por varias personas.- Me indico una mujer robusta de manera amable que se encontraba barriendo fuera de su casa.
-gracias.- le agradecí antes de continuar caminando.
y si, al llegar al taller pude ver un montos de papeles con el anuncio pegados por doquier y un montos de vikingos empujándose y gritando a una ventana, como si estuviesen esperando por algo. Ahora una pregunta se formulo en mi mente "¿como rayos podre entrar si hay un mar de gente al rededor?" me pregunte internamente hasta que me percate de una puerta semi abierta en la parte trasera de la casa.
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Está Dentro De Ti (Mericcup)
RandomMerida Dunbroch. Primogénita del clan Dunbroch y próxima reina de Escocia. Ella siempre supo que el destino vive dentro de uno que sólo se tenía que ser valiente para verlo. Merida sabía que ella escribiría su propia historia pero el orgullo de sól...