Me levanto de mi cama después de haber escapado de una noche agitada con pinceladas de un sueño perturbador. La luz del Sol no me alcanza y lo que me ha despertado ha sido el estridente despertador. Aunque solo ha servido para abrirme los ojos, no he logrado dormir demasiado.
Es lunes. Nada bueno me aguarda y no por el día que es, los lunes son odiados por muchos por lo que representan pero para mi son odiados por el olor a fracaso de vuelvo a sentir.
Pobre lunes. Nadie siente compasión por él.
Después de llegar al baño y desvestirme perezosamente, me meto en la ducha con el agua tan caliente como mi piel y el tiempo me permiten. No siento la relajación de la que tanto hablan los libros con el agua corriendo por las curvas de mi cuerpo. Cuerpo que a veces odio.
Me enjabono sin fijarme en mi. A veces deseo que ducharte permita adquirir una personalidad distinta. Siento que si así fuera, pasaría mi tiempo debajo de una lluvia artificial.
Salgo de la ducha y me seco el cuerpo con parsimonia, aunque tenga prisa. Si me entretengo no lograré desayunar adecuadamente.
Llego a mi habitación y me siento en la cama. De nuevo tiendo a pensar que el tiempo es infinito.
Después de cambiarme voy a desayunar. Y a posteriori cepillo mi cabello y mis dientes en el lavabo. Luego de mi rutina emprendo mi camino hacia clase.
Ahora he parado de escribir en el intento de recordar. Me parece que todo está tan repetido en mi vida que ya es automático. Sin limitarme a salirme del patrón. Salirse de él implica dolor y frustración. Sensaciones que un ibuprofeno no puede sanar.
Estamos tan acostumbrados a nuestro alrededor que ya no reparamos en las pequeñeces. Esa nueva flor o ese nuevo peinado.
Tragados por lo que creemos normal. Tan normal que salirse del patrón parece estúpido.
Estúpida es como me siento al escribir algo que en realidad no quería y más aún saber porque me siento así.
Saber el porque de las cosas que te pasan da miedo y este miedo provoca pánico.
El día ha sido largo y ahora deseo dormitar entre mis mantas. Que por cierto son nuevas y eso me va a causar más relajación. Mañana iniciamos de nuevo la rutina en la que lo único que la varían son los sentimientos. Como ese que llora por una decepción; o ese que tiende una mano al que rabia por su caída. O al que tiende una mano por caridad. Por hambre.
Pero bueno, de nada nos va a servir fijarnos en esto. Porque acabaremos olvidándolo en busca de rutina que devore nuestros cerebros.
En busca de...mis ojos han caído y mi coherencia se ha escondido detrás de mis párpados. Buenas noches.
ESTÁS LEYENDO
Pensamientos De Una Descerebrada #premiosGR
RandomMe ha costado dar el paso. Me ha costado decidir que hacer con esos pululantes pensamientos de mi inexperta y jóven mente. Esto no es una historia, solo es un amasijo de letras y espero poder hacer algún dia una historia de ello. Una historia que ll...