Adiós

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A veces mi mirada se pierde en las profundidades del paisaje que me arropa, solo pensando o dejando fluir un reguero de agua salada por mis mejillas.
Lo más triste no es llorar a mares, sino llorar una  lágirma que surca tus mejillas en solitario.
Antes tendia a perderme en tu clara mirada, que me recordaba a la libertad. Algo que ya no tengo.
Ahora mientras mis oscuros ojos se pierden, intento recordar donde me perdia antes de ti. Intento recordar que era de mi.
A veces estoy en otra tarea y escucho unas notas tan tristes y románticas que me recuerdan a lo que deseo. Que me dan ganas de gritar para ver si donde estas me oyes.
Aprieto mis dientes en busca de no derramar mis emociones por mi achocolatada mirada. Los aprieto aunque en la soledad de la que gozo ahora pueda llorar en paz.
A pesar de todos mis intentos acabo llorando igual. Solo. En busca de alguien que sane mis heridas o de una melodía que me haga sanarme solo.
Pero incluso a veces es necesario llorar por llorar, a veces está bien sentir soledad solo para poder apreciar aquellos momentos de compañía.
Te echo tanto de menos mientras escribo esto. Te pienso más ahora porque esas palabras me las decias tú, porque la canción que oigo era tu favorita. Ya no volverás y solo me queda mirar hacia el cielo. O hacia el infierno.
Aunque si quisiera ver un infierno solo haría falta despertar de este letargo de letras.
Nunca supe comprenderte y tú nunca supiste amarme. Eramos como unas líneas paralelas hechas por alguien que se torció y acabo cruzandolas.
A pesar de todo te echo de menos. Porque quizá como mi amante no fuiste compatible pero mis momentos de risa a tu lado eran inimitables. Y los momentos de llantos demasiado repetitivos.
No sé si debo contar que los momentos malos fueron demasiados, una montaña al lado de aquellos agradables. Lo que si se que debo nombrar aquí es que lo cuento todo, porque me hiciste sentir toda la gama que podía llegar a albergar.
Quiero que sepas que esta carta se la llevará el fuego, por si ahí estas, y el viento ayudará a esparcir las cenizas haciendo que lleguen al cielo. Por si eso de las almas existe.
Adiós amante. Adiós amigo. Adiós cabrón.

Pensamientos De Una Descerebrada #premiosGRDonde viven las historias. Descúbrelo ahora