Capítulo 4 "La cena prometida"

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El perdedor

Capítulo IV "La cena prometida"

- La señorita Bulma lo está esperando en el balcón.

Sin agradecer, me di la vuelta y caminé hasta el balcón. Y al llegar allí me encontré una enorme sorpresa.

- Ya estaba por pensar que no vendrías – me dijo la terrícola, a modo de saludo.

Pero no pude contestar. Esa mujer, tan chillona e irritante, estaba allí con un vestido que la hacía lucir... ¿hermosa?

- ¿Estás bien, Vegeta? – me preguntó, preocupada

- Sí, claro – contesté, disimulando

- Ya siéntate, mira toda la deliciosa comida que te preparé ¿Qué te parece? – inquirió

A decir verdad, no podía pensar en la comida que se encontraba sobre la mesa. Ella continuó hablando.

- Bueno, mejor te sirvo antes que se enfríe.

Ella puso frente a mí un enorme plato, que tenía muy buena pinta. Pero me era difícil concentrarme: un escote prominente, unas piernas que se lucían en aquel corto traje... demonios, el cuerpo de esta mujer no está nada mal. Claro, no iba a permitir que ella se diera cuenta de lo que estaba pensando.

- ¿Seguro estás bien? Te veo muy callado y distraído... - me dijo ella

- Claro que sí, mujer, estoy perfectamente – contesté

- ¿No estarás entrenando demasiado?

- Por supuesto que no; ningún entrenamiento es muy duro para mí

- Sí, es cierto, no por nada eres el príncipe de los saiyajin ¿verdad?

Ella sonrió alegre. Yo sólo la observé en silencio: se me hacía tan raro que después del llanterío de la noche anterior ya estuviera tan repuesta. Decidí que no me quedaría con la duda.

- ¿Y ya te arreglaste con esa sabandija? – pregunté, mientras comía

- ¿Con Yamcha? La verdad aún no hemos hablado... - respondió, con un suspiro

- ¿Y entonces cómo es que dejaste de lloriquear?

- Ah, bueno, lo que pasa es que tampoco es algo tan extraño...

- ¿A qué te refieres? – pregunté, intrigado

- Pues... no es la primera vez que ocurre, Yamcha me ha engañado tantas veces que ya ni siquiera puedo recordarlas todas, así que después de todo tampoco es tan grave...

Me pareció de lo más estúpido.

- ¿Cómo puedes permitir semejante cosa? Es un insecto y nada más – le dije

- Puede ser... pero no es sencillo terminar una relación tan larga...

- Es tan simple como dejarlo y ya. No te merece.

Ella me miró desconcertada. Seguramente no entendía cómo llegamos a hablar de ese tipo de cosas. Yo tampoco lo entendía, ni me importaba porque hablábamos de esos temas. Era asunto de ella si le gustaba ir de cornuda por la vida.

Nos quedamos un momento en silencio, hasta que sentí una desagradable presencia acercarse.

- Yamcha – le dijo la terrícola, poniéndose de pie

- ¿Qué significa esto? – Le interrogó él, enojado - ¿Discutimos un día y ya te pones a cenar románticamente con otro?

- Yo me largo – dije

- ¿A dónde crees que vas? – se puso delante de mí el insecto

- Quítate, sabandija

- No quiero que estés acercándote a Bulma ¿escuchaste? No la molestes - me dijo, con un tono amenazante

- Yamcha basta – le dijo Bulma

- No quiero que este sujeto ande tras de ti... - le respondió

- No digas estupideces, insecto – le contesté – y ahora apártate, no seguiré perdiendo el tiempo escuchándote

Me fui del balcón, mientras, a mis espaldas, la terrícola y ese estúpido individuo gritaban sin ningún pudor.

Entré en mi cuarto y me metí a la cama, aunque me costó mucho dormir. Esa humana tonta ¿cómo podía soportar tanta idiotez de ese sujeto tan insignificante? Si ella estuviera a mi lado, yo jamás le haría algo así... pero qué demonios, pensé, yo nunca estaría con una mujer en una relación, menos con ella, una simple habitante de un planeta tan intrascendente, que además era insoportable y me enfermaba de los nervios. De pura furia por mis pensamientos, me dormí.

**********

Al día siguiente me levanté tarde, por lo poco y mal que había dormido. Cuando me dirigía a la cámara de gravedad, en el pasillo, me encontré con el insecto ese llamado Yamcha.

- Hola Vegeta – me saludó

- Quítate – dije, pasando por su lado

- Oye, no seas tan descortés, esta casa es como mía también

- No me interesa

- Eso espero, porque Bulma y yo estamos juntos otra vez, y no quiero verte cerca de ella – me ordenó

- ¿Acaso me das una orden? – gruñí

- Pues... no quiero que te ilusiones, Bulma es mi novia – contestó, bajando el tono

- No me hagas reír, esa terrícola no me importa en lo más mínimo.

- Más te vale

- Y si lo hiciera, eso no sería de tu incumbencia

- ¿A qué te refieres?

- A que si quiero acostarme con ella, lo haré y punto. Para mí sólo es un trozo de carne.

- Miserable– habló furioso, pero luego sonrió – da igual, Bulma jamás se fijaría en alguien como tú, un repugnante villano

- No estés tan seguro – sonreí – podrías sorprenderte

Me largué a entrenar, dejando a la sabandija sumido en su ira.

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Los días posteriores a nuestra "grata" conversación, Yamcha no se movió ni una sola vez de Capsule Corp., y cada vez que la mujer del pelo azul me hablaba o miraba, él la observaba atentamente. No la dejaba ni un instante: definitivamente le había sembrado la duda.

Una tarde, cuando la terrícola le mandó que se marchara para que la dejara trabajar en paz, la cucaracha me habló nuevamente.

- Te lo dije – se burló – a Bulma no le importas

- Ni ella a mí.

- Tal vez seas más fuerte que yo, pero como hombre sí puedo vencerte

El insecto se marchó riendo. Y yo me quedé pensando: no iba a permitir que él se creyera mejor que yo. Estaba decidido: le quitaría a su novia, solamente para divertirme. Y luego lo mataría por atreverse a burlarse del príncipe de los saiyajin.


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Hola!

Acá les dejo el cap 4, el cual se lo quiero dedicar a una de mis seguidoras que siempre está pendiente de las historias y de mí, así que le agradezco a @rinoa-ku por ser tan linda :3

Espero sus comentarios

Besos

Miki

El PerdedorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora