Capítulo 34 "Los androides"

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El perdedor
Capítulo XXXIV “Los androides”

Durante los últimos días ha sucedido un montón de cosas.
Justo como estaba anunciado, el 12 de mayo aparecieron los androides malvados del doctor Maki Gero. Gokú enfermó al iniciar la batalla, así que no pudo hacer mucho.
Sin embargo, luego supimos que los dos primeros androides no eran los asesinos del futuro, sino que eran otros, que despertaron horas más tarde. Y para mayor complicación, un quinto androide verde hecho a partir de células de los guerreros Z, que se alimenta y se fortalece absorbiendo a las personas, llamado Cell, el cual organizó un torneo de artes marciales. ¡Incluso lo anunció por la televisión! Definitivamente ese Cell tiene espíritu de rock star.
Lo sé, todo suena muy catastrófico. Y lo ha sido, aunque también han ocurrido cosas que interfieren directamente con mi familia; averiguamos porqué Vegeta estaba tan confiado en sus poderes, y la razón es que por fin había logrado transformarse en súper saiyajin, lo que lo hizo sentirse invencible hasta que una androide – sí, hay una mujer – le dio una paliza y le rompió un brazo. Eso le hirió de lleno su orgullo, ser derrotado fácilmente por una chica.
Pero la mayor sorpresa de todas fue el joven del futuro. Apareció el mismo día de la batalla, y antes del mediodía conocimos su identidad: él es Trunks, mi hijo Trunks, pero de una línea temporal diferente. En ese momento comprendí muchas cosas, porque me parecía conocido y en especial porqué puede convertirse en súper saiyajin, y eso es obvio, porque su padre es el príncipe de la raza. Me hizo muy feliz saber la verdad, ahora sé que mi hijo será muy guapo y fuerte.
Ahora estamos esperando. Cell dio un plazo de diez días antes del torneo, en los cuales Gokú decidió que él y Gohan no entrenarían, pero obviamente Vegeta no opinó lo mismo y se encerró en la habitación del tiempo del templo sagrado, acompañado de Trunks – el del futuro, no el bebé – para entrenar lo máximo posible. Trunks decidió acompañarlo no tanto por luchar junto a él, sino para compartir con su padre. El chico lo admira mucho aunque Vegeta lo ignora.
De todas formas, le dije a Vegeta que deben regresar dos días antes del torneo de Cell, para que puedan descansar, y, en especial, porque me preocupa mucho lo que pueda suceder en la gran batalla y quiero estar con ellos. A regañadientes aceptó, lo que significa que mañana temprano volverán a casa.
Estoy contando las horas para abrazarlo a él y a mi hijo del futuro.
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Salimos del templo. El muchacho me sigue en silencio, tal como le dije que debe hacer, ya que no quiero hablar con él. Como si no me bastase con el mocoso, aparece uno más grande que, al menos, no rompe en llanto.
El chico me mira curioso, ocultando una risita, mientras volamos a Capsule corp. Me pone de mal humor su alegría.
- ¿de qué diablos te ríes? – le interrogo
- Papá… necesito preguntarte algo…
- ¿Qué quieres? – gruño
- ¿cómo se enamoraron tú y mi mamá?
Me paro en seco ante su pregunta y lo miro indignado.
- No preguntes tonterías – contesté, molesto – esos asuntos no son de tu incumbencia, así que no te atrevas a volver a preguntar una idiotez como esa
- Está bien. Lo siento.
Llegamos a casa y Bulma salió a nuestro encuentro. Se lanzó a abrazar al chiquillo, acariciando su cabello, mientras el bebé la observaba desde la alfombra, seguramente confuso ante su otro yo. ¿Por qué no me abrazó a mi primero? Me cuestiono, pero entonces me doy cuenta que no quiero que me abrace en público, al menos eso es lo que siempre le digo. Pero antes de poder reaccionar ella ya estaba en mis brazos y yo no hice nada para impedirlo.
- Te extrañé – me dijo
- Hmp, ya suéltame – contesté, sonrojado
- Tomen una ducha, tengo muchos pasteles para que desayunemos, de seguro tienen hambre – sonrió Bulma
- Claro, mamá.
Comimos como una familia. Bueno, según Bulma, eso es lo que somos. Después Trunks, el del futuro, fue a jugar en el césped con el mocoso y sus abuelos. La terrícola llegó a mi cuarto, donde yo, por la ventana y con mucho disimulo, observaba a mis hijos jugar.
- ¿Qué tanto ves? – preguntó la mujer, sabiendo la respuesta
- El clima – mentí – es importante que haya buen clima para la batalla
- Por supuesto – dijo, creo que por seguirme la corriente
- ¿Qué quieres?
- La verdad… - dijo, acercándose a mí – han sido días difíciles… tal vez podríamos relajarnos un poco ¿no te parece?
A modo de respuesta, comencé a besar su cuello, y eso desencadenó la pasión.
Durante largo rato estuvimos allí, revolcándonos en la cama, con la tranquilidad de que nadie nos interrumpiría.
Quedamos exhaustos ante tal encuentro sexual. Hacia bastante tiempo – no tanto, sólo desde que empezó la pelea – que no hacíamos el amor con tantas posiciones y piruetas complejas. Ella se acurrucó a mi lado, con una enorme sonrisa en su rostro. Se veía tan hermosa… pero tuvo la mala idea de hacer la pregunta que menos quería que me hiciera, porque ya no podía seguir ocultándole mis planes.
- Después de la batalla, podríamos ir de vacaciones a algún lugar lindo, una playa en el caribe ¿Qué te parece? – preguntó, entusiasmada
- No va a ser posible – hablé serio
- ¿Por qué no?
- Yo… ya tengo decidido lo que haré después de la pelea – dije. Ella me miró sin comprender, así que seguí hablando – Bulma, después de que la pelea termine, acabaré con Kakarotto y luego me iré.
- ¿A dónde? ¿Por cuánto tiempo? – interrogó
- Al espacio. Para siempre. Me iré y no regresaré jamás.
Bulma quedó impactada. Yo por fin sentí un alivio, al fin le había dicho la verdad de mis planes.

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Me gustaría ver sus caras de sufrimiento!
Muahahahahah
Se va el principe... Lloren su partida
Besos
Miki

PD: ya va Quedando poco, estoy escribiendo el último capítulo, el 36, aunque puede que se alargue a un 37, aún no lo sé. Un abrazo.

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