Capítulo 32 "Y volver, volver, volver"

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El perdedor

Capítulo XXXII "Y volver, volver, volver"

Trunks ya tenía diez meses cuando Vegeta regresó. Fue un día como cualquier otro, sin ningún tipo de aviso, desperté esa mañana y cuando abrí las cortinas de mi habitación vi que la nave espacial del príncipe de los saiyajin estaba estacionada en el jardín.

Bajé corriendo las escaleras, recorriendo toda la casa en busca del padre de mi hijo, y lo encontré en el patio, rumbo a la cámara de gravedad.

Era miércoles a las nueve de la mañana, así que los empleados estaban deambulando para comenzar su jornada de trabajo. Me abalancé sobre él sin pensar en nada más que en sentir su cuerpo junto al mío, pero para mí sorpresa, apenas lo rocé me separó de su lado. Lo miré a los ojos, y descubrí algo extraño en ellos. La expresión de su rostro tampoco era la misma que al irse.

- Vegeta – balbuceé

Me observó y no pronunció ni una palabra, solamente me hizo una seña de seguirlo hasta la cámara de gravedad. Apenas entramos cerró la puerta, y recién ahí se acercó a mí.

- Ahora puedes abrazarme – habló

- Pues ahora no quiero

Me volteé. Si bien en un inicio me había desconcertado su actitud, ahora empezaba a sentirme ofendida.

- No exageres – dijo, abrazándome por la espalda

- No lo hago... ¿de cuándo que debo pedirte permiso para darte un abrazo?

- Pues... no debes hacerlo en publico

Ya no podía resistirme, así que me di la vuelta y me rendí ante sus brazos. Nos besamos, con ternura. Me sentía tan bien de estar a su lado, mientras él hundía su rostro en mi cabello.

- Te extrañé – dije - ¿tú me extrañaste? – pregunté

- Sí... - susurró, sin separarse de mí

- Estuviste mucho tiempo afuera – me quejé – ya creí que no regresarías – hablé, pensando en todo lo que me había dicho Yamcha aquella vez en el centro comercial

- Necesitaba entrenar mucho

- ¿Y qué tal?

Me hizo a un lado y observó por la ventana.

- Me he vuelto muy fuerte. Mucho – dijo, con una sonrisa en el rostro

- ¿de verdad?

- Claro. No creo que me cueste mucho trabajo acabar con esas chatarras – dijo, confiado

- ¡qué bien! – exclamé

- Ni con Kakarotto – agregó

Mi felicidad se esfumó y comencé a comprender. En tres meses llegarían los androides, lo que de seguro tenía muy emocionado a Vegeta, que se sentía tan fuerte y preparado para la batalla. Pero ¿Qué pasaría después de eso? ¿De verdad Vegeta iba a asesinar a mi mejor amigo? Entendí el porqué del cambio en su actitud, ya no tenía ira contra su rival, tenía ansiedad de matarlo. ¿Acaso seguía siendo el mismo asesino de antes?

Empecé a sentir miedo del hombre que tenía al lado.

- ¿Qué te sucedió? - me preguntó, acercándose a mi

- ¿es necesario? – interrogué

- ¿Qué cosa?

- Que mates a Gokú...

- Por favor, Bulma, no preguntes tonterías – dijo, restándole importancia – sabes que es más que necesario

- Yo... pensé que habías cambiado

- ¿cambiar? ¿Por qué? ¿de que hablas?

- Porque tienes un hijo, y quieres matar al mejor amigo de su madre... - alegué

- Bulma, ni tú ni Trunks tienen nada que ver en esto – aclaró, sujetándome por los hombros - mi asunto con Kakarotto viene de mucho tiempo atrás...

En mi cabeza seguían resonando las insidiosas palabras de mi ex novio. Al parecer, tenía toda la razón.

- No hablemos de esto ahora – me dijo, acariciando mi rostro – acabo de llegar

Me besó, ya no con ternura, sino que con pasión. Dejé que los trágicos pensamientos sobre la muerte de mi amigo Gokú desaparecieran ante mi necesidad de sentir a ese hombre dentro de mí.

Allí mismo, sin delicadeza, Vegeta me colocó sobre una de las mesas de control de la cámara, y después de tocarnos lo suficiente, levantó mi camisa de dormir y me quitó las bragas. Sus manos sobre mi cuerpo me hacían estremecer, así que sin esperar más desabroché su pantalón como pude. Me embistió larga y profundamente, arrancándome gritos de placer. Al menos desde ahí, Trunks no podía escucharnos y podíamos coger tranquilos.

Solamente cuando acabamos me di cuenta de un detalle. Su torso y espalda tenían muchas heridas y cicatrices, testigos del, seguramente, tortuoso entrenamiento al que tuvo que someterse para alcanzar el nivel con el que estaba convencido que podría aniquilar a su mayor enemigo.

Me miró confuso al ver mi cara de espanto ante sus lesiones, pero luego se dio un vistazo y comprendió mi asombro.

- No es nada – dijo

Me bajé de la mesa y lo abracé.

- Te quiero – dije

- También yo

- ¿Lo dices en serio?

- Sabes que sí – dijo, dándome otro beso – ahora voy a entrenar, nos vemos luego

Regresé a mi habitación, donde Trunks aun dormía. Me metí a la ducha, pensando, y después de un largo rato, llegué a una conclusión: amo a Vegeta, no puedo dejar que siga ensuciando sus manos con sangre innecesaria, menos con la de Gokú. Aún tengo tiempo, y si de verdad me quiere, puedo hacer que cambie de opinión. Tengo tres meses para convencerlo de que no asesine a su némesis.

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Hola!!
Ya casi es 24 de diciembre, y quiero aprovechar esta actualización para dejarles un gran saludo a todos y todas. Como ya lo he dicho antes, me gusta mucho escribir fics, pero si no hubiera quien los leyera, no tendría ni un sentido hacerlo.

Espero que mañana tengan una linda noche buena y que al llegar la navidad, reciban algún regalito. Pero obvio, lo más importante es que lo pasen con sus seres queridos. Yo, por mi parte, lo voy a pasar con mi familia.

Besos, ojalá les haya gustado el cap (le puse un poquitín de lemon, pero muy sutil xD)

Miki

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