Capítulo 27 "Cinco meses"

1.4K 146 16
                                    

El perdedor

Capítulo XXVII "Cinco meses"

Desperté a la mañana siguiente muy confundida. Por un momento pensé que lo ocurrido la noche anterior había sido un sueño, producto de mi imaginación y de lo mucho que lo extrañaba.

Me duché y me arreglé sutilmente, porque no tenía mucho ánimo pero debía salir a la clínica a realizarme la ecografía del quinto mes. Para mi sorpresa, en la cocina me encontré con Vegeta, desayunando.

Él me observó pero yo no le dirigí la palabra. Me serví un vaso de leche. Mi madre entró.

- Bulma, hijita, lo siento tanto – me dijo ella

- ¿Qué pasa? – pregunté

- No podré ir contigo, recordé que tengo hora en la peluquería – habló, como si fuese lo más importante del mundo – pero quizás el joven Vegeta puede acompañarte – propuso

- A Vegeta no le interesa – dije, molesta – iré sola, mamá, no hay problema

- Yo iré contigo – dijo Vegeta

Me quedé perpleja ¿Qué era lo que estaba diciendo? No pude disimular mi asombro y la rebanada de pan que tenía en mi mano cayó al suelo.

- Pero hija, qué torpeza... - dijo mi madre, recogiendo la tostada

Vegeta sonrió, de placer al ver cómo con una frase podía desconcertarme.

- Ya apúrate - le ordené, poniéndome de pie – nos vamos en cinco minutos

- Estoy listo – contestó

- ¡qué alegría! – habló mi mamá - ¡irán juntos a ver a su pequeño bebé!

El saiyan, que lucía tan confiado, repentinamente tuvo un ataque de tos.

***********

Solamente por llevarle la contraria a la terrícola, me ofrecí para acompañarla al doctor.

La situación, si bien era nueva para ambos, era evidente que ella parecía llevarla mucho mejor: mientras esperábamos su turno en la clínica, sacó de su cartera un libro sobre crianza infantil. La miré como leía tan concentradamente, y sin querer, me puse a leer por encima de su hombro, hasta que cerró el libro y me dio una mirada molesta.

- Que, ¿acaso de pronto te dieron ganas de ser un buen padre? – me habló con ironía

- No lo sé ¿Qué más quieres que haga?

- Nadie te pidió que vinieras, es más, puedes irte, de cualquier forma ya me abandonaste antes...

- Ya te dije que no te abandoné, sólo... me tomé un tiempo.

Su rostro cambió de ira a asombro, pero una enfermera apareció y pausó la discusión.

- Señorita Bulma Briefs, pase por favor.

Bulma caminó por el pasillo, conmigo siguiéndola. Entramos a la consulta, donde un hombre de unos cincuenta años con una bata blanca la recibió.

- Bulma ¿Cómo estás? – le preguntó

- He estado mejor – contestó, dándome una mirada de repugnancia

- Y tú debes ser el padre del bebé ¿cierto? – me preguntó, pero yo lo ignoré, mirando hacia otro lado.

El PerdedorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora