Capítulo 26 "Otra vez tú"

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El perdedor

Capítulo XXVI "Otra vez tú"

Han pasado tres meses desde que supe que estaba embarazada, se lo dije a Vegeta y él se marchó. Desde entonces no he salido de mi casa, me he negado a recibir visitas y casi no he comido. He subido muy poco de peso, así que casi no se me nota que ya tengo cinco meses de embarazo.

El doctor viene cada quince días a ver si "mejoro", ya que según dice estoy muy deprimida. Es más, incluso me sugirió que asista a un grupo de ayuda de madres solteras, donde muchas mujeres pueden contar sus experiencias y aprender las unas de las otras, pero me pareció una idea estúpida: por lo general, las madres que van a esos grupos no tienen apoyo de nadie y deben ganarse cada centavo para sobrevivir; sin embargo yo lo tengo casi todo, mucho dinero, amigos, a mis padres que están felices ante la idea de ser abuelos. Casi todo, solamente me falta que el padre de mi hijo nos ame de verdad, pero sé que eso es imposible. Él no nos quiere y nos abandonó.

He llorado a mares durante horas, día y noche, de tristeza, de rabia, de desilusión. Cada vez que miro ese collar de diamante azul que me regaló en San Valentín vuelvo a llorar, y a recriminarme por haberle creído cuando dijo que me quería.

A estas alturas, ya ni la idea del bebé me hacía sentir mejor, incluso llegué a creer que lo mejor sería interrumpir mi embarazo, pero ese pensamiento no duró más de un segundo y me arrepentí completamente de siquiera haberlo considerado. Jamás podría hacerle daño a mi hijito.

A pesar de que ya casi no trabajaba en el laboratorio, y debido a lo escaso que comía, solía estar muy cansada. A las diez de la noche ya estaba en la cama y a las once ya me dormía, después de mirar un rato la televisión.

Me dormí, como siempre. Pero a la mitad de la noche desperté alerta. Tenía la sensación de no estar sola en mi cuarto. No me moví, intentando ver algo en la oscuridad, pero no lo conseguí. Me quedé en mi lugar durante unos minutos, debatiéndome entre gritar y salir corriendo o ponerme de pie y enfrentar lo que fuese que estuviese allí. Siempre cabía la posibilidad de que fuese una equivocación mía, producto de mi paranoia, y que no hubiese nada.

Conté hasta tres y salté de la cama, con los ojos cerrados. Estaba aterrada.

- ¿Qué diablos te pasa?

No podía ser cierto, esa voz... no, tenía que estar soñando. Abrí los ojos lentamente y lo vi ahí, parado junto a mi ventana de brazos cruzados.

- Ve... Vegeta – balbuceé - ¿Qué mierda haces aquí?

- Vivo aquí – contestó

No le permití decir nada más y le planté una bofetada, tan fuerte que me dolió mi mano. Él me miró sorprendido, sobándose la cara. Sonrió.

- Parece que no fui el único que aumentó su poder en este tiempo – comentó

- Cómo te atreves a aparecer por aquí, después de lo que me hiciste – le grité como loca

- ¿yo? No te he hecho nada

- ¡Me abandonaste! – exclamé a todo pulmón

- No es cierto, solamente me fui unos días

- ¡Fueron tres meses!

- No es tanto tiempo, no exageres

Intenté lanzarme sobre él, con intenciones de asesinarlo, pero me detuvo en seco y me sentó en la cama. Ya no pude hacer más que ponerme a llorar.

***********

Llevaba un par de días pensando, y hasta el momento en que ella se puso de pie lo seguí pensando. ¿Cómo podía explicarle el pánico que sentí al escuchar que sería padre, cuando ella estaba tan feliz y segura? Sin embargo ahora se veía tan diferente que meses atrás cuando me fui, estaba más delgada – contradictorio, según su estado – y lucía bastante desaliñada.

Ahora lloraba frente a mí. Su sufrimiento era evidente, y claramente yo era el culpable.

- Solamente me fui porque tenía que entrenar – mentí - y supuse que tus padres y tus amigos se pondrían tan felices que la casa se convertiría en un caos, y que no podría entrenar en paz.

- Ni tú te crees eso – contestó, llorando

- Está bien, quería entrenar tranquilo. Había estado perdiendo demasiado tiempo últimamente...

- Conmigo – agregó

- Sí – acepté - tú sabes que tengo que destruir esos androides y luego...

- Derrotar a Gokú – me interrumpió

Demonios, esa mujer me conocía demasiado bien. ¿Cómo podía decirle que era eso lo que me asustaba? Jamás alguien había estado tan cerca de mí. Y con un hijo, esa relación era prácticamente imposible de romper.

- ¿y qué piensas hacer después de destruir los androides y derrotar a Gokú? – me preguntó

Yo ya sabía la respuesta, pero no era el mejor momento de decírselo.

- Ya veré. Aún falta tiempo para eso – contesté

- ¿Y ahora, que harás?

- Me ducharé y me dormiré, el viaje fue agotador.

- No me refiero a eso. Me refiero a esto – dijo, señalando su vientre

- Casi ni se te nota – comenté. De seguro le gustaría el cumplido.

- Eres un idiota – me gritó - sabes, lo mejor es que te largues, ya llevo tres meses sin ti, y he estado maravillosamente

- Pues no lo parece – dije, tocando sus enormes ojeras

- ¿Qué más quieres? Me dejaste sola cuando te enteraste del bebé, y ahora llegas así como si nada... yo te quería, Vegeta, y jugaste conmigo. Y lo peor es que yo no seré la única que va a sufrir, este pequeño o pequeña va a sufrir cuando sepa que su a su padre no le interesa.

No supe qué decirle, porque tenía toda la razón. Sus palabras provocaron algo dentro de mí, pero no lograba descifrar qué.

Caminé hasta la salida. Sólo había una cosa que podía decirle en ese instante.

- Será niño – aclaré – es el hijo del príncipe de los saiyajin, así que será varón – agregué, saliendo de la habitación.

**************

¡Hola!

¡Estoy feliz! El perdedor se convirtió esta semana, oficialmente, en mi fic más leído, con más de 6.8 K de lecturas y sumando J muchas gracias a todos y todas por leerlo y comentar.

Les dejo mi twitter por si quieren que estemos más conectados @MikiClash

Besos

Miki


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