Capítulo 6 "Del amor al odio y viceversa"

1.9K 189 33
                                    

El perdedor

Capítulo VI "Del amor al odio y viceversa"

Por la mañana al bajar a desayunar, vi a la terrícola recibiendo a su novio, con un apasionado beso. Qué demonios, pensé, anoche casi nos habíamos besado y ahora ella estaba con su novio como si nada.

Apenas él se alejó un momento, me dirigí hacia ella. Me sentía irritado

- Hola – saludé

- Vegeta... ¿Qué... que quieres? – preguntó, con voz temblorosa

- Vaya ¿tienes miedo? ¿no quieres que le diga a tu novio que anoche fuiste a meterte a mi cuarto?

- Cállate por favor – suplicó

- Qué hay de malo, sólo hiciste lo que él siempre hace: meterse en otras camas – me burlé

- No me compares con Yamcha

- ¿Por qué no? ¡Son tal para cual!

Él insecto regresó, y ella se colgó de su cuello, mirándome, como si quisiera sacarme celos. Por favor ¿yo celoso? Es cierto, quería matarlo, pero no era por ella, era porque soy un asesino, que él la besara frente a mí no tenía nada que ver. Era pura coincidencia.

Estuvieron un rato juntos, recostados en el césped. Desde lejos, los observé, fingiendo leer un libro que había en la mesita de la terraza. Trataba sobre una chica que se enamoraba de un individuo con mucho dinero quien la obligaba a tener sexo poco convencional. Es basura, pensé, pero por mera curiosidad me lo llevé a mi cuarto.

Decidí ir a entrenar a la cámara de gravedad. Pero al salir de mi habitación me encontré con ella.

- ¿Qué quieres, humana?

- Mi nombre es Bulma

- No me interesa, y quítate de mi camino – le ordené

- Espera – dijo, cogiéndome de un brazo – necesito pedirte un favor – agregó, tímida

- Habla de una vez, no tengo todo el día

- Por favor... no le digas a nadie que anoche fui a tu cuarto

- Y que querías que te besara...

- Eso no es cierto. No pasó nada, y tampoco va a pasar nada ¿entendiste?

- ¿segura? – pregunté, sujetándola con fuerza contra mi pecho

- Suéltame

- No, tal vez ahora podría besarte

- Déjame en paz

De pronto, y sin previo aviso, me golpeó con un fuerte rodillazo en mi parte más débil.

- Cómo te atreves... - balbuceé furioso, por el dolor

Ella me miró horrorizada y se echó a correr por el pasillo. Yo entré nuevamente al cuarto, me recosté, y una vez que me alivié, tomé el libro y continué leyendo.

***************

Esa tarde no me sentía del todo bien. No quise entrenar, y por alguna razón desconocida, salí a caminar. Esa ciudad era un lugar absurdo, mujeres enseñando sus cuerpos con ropas diminutas, mucha vulgaridad. Aunque claro, ninguna de ellas era tan... tan ¿Cómo decirlo? ¿Tan guapa como la terrícola del pelo azul?

El PerdedorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora