Capítulo 30 "Nueva familia"

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El perdedor

Capítulo XXX "Nueva familia"

Comenzaron a pasar los días y mi emoción por el mocoso decayó drásticamente. En un principio me hizo un poco de gracia el bebé, lo acepto, pero después de un par de meses de llantitos, ya estaba por acabar con mi paciencia. Es que no me imaginaba cómo podía convertir a ese rosado bulto en un guerrero digno descendiente de la realeza saiyajin.

Bulma lo bautizó Trunks, ni idea de porqué, haciendo caso omiso a mi sugerencia de llamarlo Vegeta, igual que yo y que mi padre, con el argumento de que resultaría demasiado confuso.

Abandoné el cuarto de Bulma, no porque no quisiera dormir con ella, sino porque no quería dormir con el molesto bebé. Desde su nacimiento, se había transformado en lo más importante para la terrícola, y yo había pasado a un segundo plano, o quizás tercero o cuarto. No es que tuviera celos del mocoso, pero el cambio había sido bastante radical. Con Bulma ya no hacíamos el amor tan seguido, nos debíamos conformar con una o dos veces por semana y siempre muy rápido y sin hacer ruido para no despertar a nuestro hijo, que dormía en su cunita a escasos metros de nosotros. Se acabaron las largas y extenuantes noches de pasión.

Pero me dedicaba a entrenar, o al menos intentaba, porque la casa se había vuelto una locura; llanto, visitas de amigos de la terrícola que querían conocer al mocoso, más llanto y más gente chillona e irritante mimando al bebé.

Una tarde, como cualquier otra, terminé de entrenar. Fui por algo de comer, pero la terrícola estaba en el salón principal con un par de humanas, amigas de su trabajo, dijo.

- Vegeta, ven a saludar a las chicas – me dijo a la vez que me entregaba el mocoso

- Tengo hambre – bufé

- Dile a una de las empleadas que te prepare algo – contestó, sabiendo que prefiero que ella me sirva la comida. No me gusta tener que tratar con esas sabandijas.

- Hmp

Salí del salón con el mocoso, de cuatro meses recién cumplidos. Entonces la escuché hablar.

- ¿ese es tu novio? – le preguntó una de las mujeres

- Pues... algo así – respondió Bulma

- Es muy guapo – comentó la otra - ¿Qué tal en la cama? – le interrogó, lo que me pareció una vulgaridad

- Ni te imaginas – dijo Bulma con una sonrisa. Yo también sonreí

- Pero no es nada amable ni tierno... - criticó una de las terrícolas

- ¿Y qué importa eso, si es bueno en el sexo? – cuestionó la otra

- Es dulce, en serio, aunque solamente a veces – defendió la peli azul – bueno, no es muy frecuente, pero... no es tan malo – agregó, con algo de tristeza

- Amiga, no deberías conformarte – dijo la terrícola numero dos – eres hermosa, millonaria e inteligente, podrías tener cualquier hombre contigo. No tienes por qué estar con un idiota que porque es guapo no te demuestra amor.

- Quizás no lo hace porque no te ama – comentó la otra

Las mujeres se largaron y yo subí con Trunks al cuarto de su madre y lo dejé en la cuna. Si bien yo no dormía allí, entraba como si fuera mi cuarto. Además, cada vez que tomaba al mocoso parecía calmarse y no tardaba mucho en dormirse.

Me fui a mi habitación y me metí a la ducha. No paraba de pensar en lo que decían las humanas amigas de Bulma ¿ella podía buscar alguien más? ¿Alguien que fuese mejor que yo? Eso era imposible, no existe hombre mejor que yo. Pero claro que habían muchos más cursis. Bulma jamás me había criticado mucho mi rudeza, pero ciertamente se le veía feliz cuando yo tenía un gesto amoroso con ella ¿era eso lo que quería, un hombre tierno y cariñoso? ¿Por qué se ponía triste al reconocer mi poca sutileza? La verdad, yo no estaba dispuesto a volverme un débil romántico, por ella ni por nadie.

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