El perdedor
Capítulo XXIV "Baby on board"
Habían pasado algunos meses desde aquel mágico San Valentín. Yo no podía creer que por fin era tan feliz junto al hombre que amaba, aunque él jamás me había dicho que me amara también.
Vegeta estuvo en el espacio unas semanas, entrenando, ya que decía que yo lo desconcentraba. Por supuesto, volvió mucho más apasionado, luego de tantos días sin contacto físico. Claro que yo lo esperaba en iguales condiciones, o quizás más lujuriosa.
Una vez de regreso, recuperamos el tiempo perdido, haciendo el amor a cualquier hora y en cualquier lugar; bastaba una mirada y listo, la chispa estaba encendida. Eran días maravillosos.
Él entrenaba, porque ya faltaba poco más de un año y medio para la llegada de los androides, es decir, la mitad del tiempo desde que llegó ese joven a advertirnos se había acabado.
Yo por supuesto trabajaba en mis experimentos en el laboratorio, siempre pensando en crear nuevos inventos y ser mucho más inteligente.
Una mañana, mientras hacía cálculos en mi pizarra, sentí un gran mareo. Me senté un instante y luego me decidí a continuar, pero fue inútil, un horrible malestar se apoderó de mí y tuve que correr al baño. Vomité hasta quedar completamente exhausta.
Con dificultad me puse de pie y caminé hasta la casa, al otro lado del patio. En el pasillo me encontré con Vegeta, quien puso una mueca de espanto al verme en ese estado de fatiga total.
- ¿Qué te sucede? – me preguntó, sujetándome de un brazo
- Nada, creo que me cayó mal al estómago el desayuno – contesté, intentando sonreír
- ¿Cómo es eso posible? Apenas te comes esos cereales con leche – me reprochó
- Eso es suficiente para mí, no soy como tú o Gokú – bromeé
- Hmp, de seguro tienes hambre. Deberías comer algo.
Okey, pensé, le seguiré la corriente. Fuimos hasta la cocina, donde como cualquier novio normal y preocupado, me preparó un sándwich de atún, que sabe son mis favoritos. Pero al sentir el olor del pescado sentí tanto asco que tuve que correr al baño de servicio. Gracias a dios esta casa es grande y siempre tienes un baño cerca.
- ¿Qué demonios te pasó ahora? – me gruñó cuando volví a la cocina
- Gracias, Vegeta, en serio, pero no quiero comer. Mejor será que me vaya a mi cuarto y descanse un poco.
- Está bien – aceptó, comiéndose el sándwich.
Lo miré comer, e inevitablemente, tuve que correr al baño otra vez.
Me fui a mi habitación donde dormí toda la tarde, y al despertar ya me sentía mucho mejor. Bajé, nuevamente a la cocina, ya que moría de hambre. Allí estaba el saiyan, comiendo más sándwiches de atún. Llegué a su lado y cogí uno, que empecé a comer con ganas.
- ¿Ahora tienes hambre? – me preguntó, confundido
- Sí... - contesté acercándome demasiado – en realidad, no es el único tipo de hambre que tengo...
Lamí provocativamente las migajas de pan de una de mis manos, mientras que la otra la introducía en el short de mi compañero.
- ¿Qué haces? – exclamó nervioso – puede venir alguien...
- Nadie vendrá, mis padres salieron – dije coqueta – entonces...
De un salto me aferré a su cuerpo, rodeando su cintura con mis piernas. Él me sujetó firme y me llevó hasta la sala, donde en el sofá principal me desnudó y me embistió llenándome de placer. Acabamos y me acurruqué junto a él. Solamente se escuchaba el silencio, lo que me hacía sentir una paz inmensa. Esos momentos juntos eran pura felicidad.
Durante los próximos días empezaron los problemas, cuando las náuseas y mareos parecían haberse apoderado de mi vida. Poco a poco comencé a desesperarme, al verme enferma sin saber lo que ocurría. Hasta que tuve una pista, esa mañana que debía llegarme mi periodo y no ocurrió, ni esa ni ninguna de las mañanas siguientes.
Intenté evadir el tema, trabajando y disfrutando mi "relación" con Vegeta, hasta que ya no pude sacar esa idea de mi mente y sin avisar a nadie salí a la clínica.
Entré a la consulta del doctor con la esperanza de estar equivocada y que mis sospechas fueran infundadas, pero Bulma Briefs nunca se equivoca.
No sabía qué hacer, por una parte la idea me alegraba, sería lindo tener un bebé con el hombre que amaba, además no quería que se me pasara el tiempo y de pronto ya nunca pudiese estar embarazada. Sin embargo mi preocupación era que Vegeta no tuviera interés en tener un hijo y que se marchara para siempre al enterarse. Reflexioné un momento y decidí calmarme; la verdad es que Vegeta me había dado muchas sorpresas el último tiempo, se había mostrado como un hombre dulce y me había dicho que me quería. Sonreí, de seguro todo estaría bien.
Regresé a Capsule Corp mucho más tranquila, casi feliz. Busqué a Vegeta, que acababa de entrenar y le pedí que fuese a mi cuarto para darle la gran noticia.
- ¿Qué quieres decirme? – inquirió
- Es mejor que te sientes – dije, señalando la cama
- Vaya, parece que es serio – se burló
- Pues... sí. Pero eso no significa que sea algo malo
- Ya dime de qué se trata
Cogí mi bolso y saqué una ecografía. Se la entregué sonriendo.
- ¿Qué significa esto? – me preguntó, sospechando lo que venía
- Vegeta... estoy embarazada – exclamé emocionada – tengo dos meses. Seremos padres.
Me observó fijamente, con un gesto de terror en su desfigurado rostro.
La verdad, esa no era la reacción que esperaba de él.
***********
¡Hola!
¡Llegó el momento de la gran noticia! ¿Cómo reaccionará el futuro papá?
Ojalá disfruten el cap
Besos
Miki
Pd: recuerden que mi cumpleaños es el miércoles 19 <3
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El Perdedor
FanficSegún el muchacho de cabello lila que vino del futuro, dentro de tres años, el 12 de mayo a las 10 de la mañana, aparecerían dos androides que acabarían con todo y nos matarían sin piedad. Lo único que podíamos hacer para salvar nuestras vidas era e...