El Perdedor

Capítulo 9 "Es más fácil mentir"

El perdedor

Capítulo IX "Es más fácil mentir "

Desde muy temprano estaba entrenando en la cámara de gravedad. No quería ver a la terrícola, porque me confundía y ya no quería sentirme así.

Entonces hice lo mismo cada día: desde el amanecer y hasta muy entrada la noche me quedaba entrenando. Pero después de una semana, ella se apareció por la cámara de gravedad, apagándola desde afuera.

- Tenemos que hablar - me dijo, cerrando la puerta

- No - dije yo - no hay nada de qué hablar

- Vegeta - exclamó, tomando mi hombro. Pero me corrí.

- ¿Qué quieres, humana?

- Me llamo Bulma

- No me interesa. Estoy muy ocupado, así que habla rápido - gruñí

- Yo... he pensado mucho en lo que pasó la otra noche. Y creo que... tal vez... deberíamos darnos una oportunidad

- ¿Qué? - balbuceé

- Eso... tú me gustas mucho, y creo que yo a ti también...

- Pero qué equivocada estás - me reí - no me interesas. Ahora déjame en paz.

Ella me observó impactada. Sus ojos azules estaban demasiado brillantes. Se dio la vuelta y salió del lugar.

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Estaba a punto de estallar en lágrimas. Ese mono miserable me había despreciado después de todo lo que me costó declararme. Me sentía humillada, furiosa y triste. Y para variar, Yamcha apareció en mi camino.

- Qué bueno que te encuentro - me saludó

- Ahora no, no me siento bien - evadí

- Pero Bulma... es importante

- Ya te dije, ahora no. - hablé, caminando sin siquiera mirarlo

- Bulma...

- ¿qué? - le grité

Me di la vuelta y lo observé: Yamcha estaba arrodillado frente a mí, con una oequeña cajita negra en sus manos.

- ¿quieres casarte conmigo? - me preguntó

Me quedé anonadada. Había esperado durante años este momento, donde Yamcha me sorprendió únicamente con sus tantas amantes. ¿Por qué hacía esto justo en el momento que más dudaba? No pude soportar y rompí a llorar.

- Tranquila amor, sé que es algo emocionante, pero no es como para llorar - me consoló

- Es que... es que... - sollozaba yo

- Lo sé, es repentino, pero ya no quiero esperar más. Quiero estar a tu lado para siempre.

Todos, absolutamente todos los empleados y personas que se encontraban en la casa estaban observando el espectáculo. ¿Qué podía hacer en esa tan incómoda situación?

- Yamcha... ¿Por qué mejor no vamos adentro? - sugerí

- Vamos, Bulma, toda esta gente está esperando tu respuesta - sonrió

A lo lejos, me di cuenta de que Vegeta también estaba pendiente de lo que ocurría. Así que no lo dudé, no al menos en ese instante.

- Sí, Yamcha, acepto. Quiero ser tu esposa.

Se escucharon aplausos de los espectadores. Con Yamcha nos besamos efusivamente y nos abrazamos. Miré a Vegeta, quien con una mueca de desprecio, regresaba a su entrenamiento.

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Continué con mi entrenamiento, pero había algo que me molestaba, como un zumbido en mi cabeza que no me dejaba en paz. Decidí irme a mi cuarto, a dormir una pequeña siesta. Pero no pude cerrar mis ojos. Me asomé a la ventana y me fui volando.

Volví dos semanas después, por la noche. No estaba seguro de a qué se había debido eso, pero estaba de regreso.

Fui a la cocina, donde la terrícola del pelo azul sollozaba. Fui directo al refrigerador y cogí mucha comida que puse en la mesa. Ella me observó con sus ojos cristalinos, se puso de pie y se lanzó sobre mí, abrazándome. Yo también la abracé, sin cuestionármelo.

- Creí que te habías ido para siempre - lloró

- Claro que no - respondí, soltándola - sólo necesitaba tomar un poco de aire

- Qué bueno que volviste. - sonrió

- Eso supongo - dije, sentándome y comenzando a comer. Ella se sentó frente a mí. - bueno, y finalmente ¿vas a casarte? - pregunté

- Sí - contestó- dentro de dos meses, así que tenemos muchas cosas que preparar

- ¿Y estás feliz?

Bajó la vista; al parecer, había dado en el clavo.

- Claro - respondió, mirando el suelo

- ¿segura? Lo pregunto por lo que me dijiste el otro día, eso de que yo te gusto - hablé con calma

- Sí, y tú dijiste que no te intereso - sonrió - ya no soy tan joven, no puedo seguir perdiendo el tiempo. Debo formar una familia

- ¿Y quién te obliga?

- Es lo que quiero

- ¿segura? - insistí

- ¡Ya deja de interrogarme! - me gritó

- Está bien. Pero... - pensé - ¿Qué pasaría si te digo... si te digo...? - balbuceé

- ¿si me dices qué? ¿Qué yo sí te gusto? - me preguntó, enojada

- Eh... sí - respondí, sonrojado

- No me vengas con esas estupideces - se rio - tú no eres esa clase de hombre. Eres un bárbaro asesino, y ese beso del otro día no fue nada, solamente una confusión.

- ¿eso piensas?

- Es lo que tú me dijiste, y tienes razón, nosotros no tenemos nada que hacer juntos - sonrió - y ya es muy tarde, y tengo que dormirme temprano para no tener ojeras el día de la boda, a la cual, por cierto, estas invitado. Aunque dudo que quieras ir. Buenas noches.

Ella se marchó y yo suspiré. Listo, ya estaba todo solucionado, la humana y el insecto se casarán y punto. Por mi parte, mejor me olvido de la dichosa "apuesta" con la sabandija. Y así todos somos felices, porque hemos tomado el camino más fácil.

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Hola!
Qué tal el capi? De seguro me quieren matar xD
En fin, aprovecho de contarles a quienes no lo sepan que el próximo viernes 3 de junio comienza la segunda temporada de "Más de cien mentiras", asi que espero que estén atentos y que lo lean :3
También agradezco a todas mis amigas seguidoras que se preocuparon por mi gripe de hace un par de semanas: )
Un abrazo grande
Las quiero
Miki