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Me disculpé de Hiro y descolgué la llamada.

—Ey —respondí con pocas ganas. Avisé a Hiro que le mandaría un mensaje en cuanto acabara de hablar, este me dijo que me esperaría en la cafetería.

—Ey. Te noto algo decaído —bromeó Ryuu desde el otro lado de la línea. Sonreí y comencé a caminar alejándome de las clases para no molestar—. ¿Estás bien? ¿Pasó algo malo? —Preguntó preocupado y no pude evitar sentir unas ganas enormes por poder hablar con él en persona en ese momento.

—Tampoco te voy a mentir, estoy algo decaído —admití y escuché un suspiro por parte de Ryuu—. Ayer tuvimos una discusión y bueno, ella está súper alterada por los exámenes, cosa que hace que también se altere conmigo —le conté con tranquilidad mientras bajaba las escaleras.

—¿La discusión fue muy fuerte? —Preguntó algo preocupado y respiré hondo. Terminé de bajar las escaleras y caminé hasta quedarme delante de una ventana observando como llovía con intensidad.

—Más o menos —solté y recordé por un momento nuestra pelea—. Vamos a hablar esta tarde al volver a casa, me da que lo necesitamos.

—Es una buena idea, si hay algo que se os dé bien es hablar —nos halagó y sonreí un poco. Yo también creía que era lo mejor de nosotros.

—Pero me he quedado más tranquilo al ver que sonreía y que incluso me ha abrazado —admití mientras pensaba en ella, estaba muy preocupado por ella.

—¿No te ha abrazado ni nada estos días? —Preguntó sorprendido y ladeé la cabeza cerrando los ojos.

—Ni un poco, cuando ella es súper cariñosa —dije igual de sorprendido que Ryuu y volví a caminar por los pasillos—. Los nervios la superan, es como que se convierte en otra persona y debo hablarlo con ella, al igual no se da cuenta de que lo hace —comenté preocupado. Era la única persona aparte de Kaori que podía abrirle los ojos a Aroa.

—No sabía que se ponía tan extremista, sabía que era un nervio con patas pero veo que cada vez ha ido a peor —admitió y estaba de acuerdo con él. Antes era igual pero, no se ponía tan nerviosa, cada vez sus nervios la superaban más y tenía que aprender a controlarlos.

—Al igual es que teme arruinar su futuro más que antes —la defendí.

—Puede ser, no es nada muy anormal que se trate de eso —añadió Ryuu. Llegué al comedor que estaba algo vacío.

—¿Tú que tal vas? —Pregunté curioso cambiando de tema, debía hablarlo con ella y no con Ryuu.

—He conocido a una chica muy simpática, dice Kazumi que le gusto —me informó y sonreí. Me hacía gracia que me contara esas anécdotas.

—No te hagas ilusiones que luego a lo mejor es mentira —le avisé y rió. Me senté con Hiro el cual me esperaba mirando algo en su móvil.

—No te preocupes, mis sentimientos están controlados —admitió y no pude evitar reír—. Debo entrar a clases, ¿hablamos en el entrenamiento? Dile a Aroa que tengo ganas de verla, que vaya ya mañana —me dijo y sonreí ante sus palabras.

—Se lo diré cuando la vea después, luego hablamos, adiós tonto —bromeé y él bromeó de vuelta para luego despedirnos. Guardé mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta.

—¿Qué tal? —Preguntó Hiro curioso—. ¿Hablabas con algún amigo tuyo?

—Creo que bien —mentí, no tenía la suficiente confianza como para hablarle de mi novia tan abiertamente—. Hablaba con mi mejor amigo desde siempre —admití y este sonrió—. ¿Tú has pasado un buen día?

Volando || Nishinoya YuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora