Volando || Nishinoya Yuu

·017

Aroa.

Estar de nuevo con mi familia era muy reconfortante, me sentía, después de mucho tiempo como en casa. A pesar de todos los problemas que han surgido a lo largo de estos años, estaba segura que después de aquellas palabras, todo entre Yuu y yo iba a ir a mejor. Deseaba que al volver a nuestro piso de Sendai, sintiera aquel lugar tan cómodo y familiar como pisar la casa de mis padres, realmente quería sentirlo de esa manera.

Después de una larga tarde junto a mi familia, la noche la pasé acompañada por mi hermana escuchando música y compartiendo algunas conversaciones que fueron bastante interesantes, después de todo, mi hermana ya era una adolescente de casi dieciséis años, por lo que la mentalidad que recordaba era algo distinta a la de ahora.

Me encontraba arreglando mi pelo en el espejo de la entrada para salir, había quedado con Kaori y por fin nos veríamos después de tanto tiempo. Me despedí de mi hermana la cual era la única que se encontraba allí y le dije que volvería por la noche. Hablé con Yuu por el camino, me contaba sobre que iría a ver a Asahi, cosa que le hacía mucha ilusión, me alegraba que por fin pudiera hablar con él.

Caminé tranquilamente disfrutando del ambiente, hacía tiempo que no iba con tranquilidad observando el espacio. Vivía en un momento en el que la tranquilidad nunca aparecía y, disfrutar de tal en aquel paisaje tan bonito era bastante relajante. La brisa era tranquila y relajante, aparte del bonito color de las flores que empezaban a florecer ya que se acercaba la primavera. Echaba en falta caminar, amaba conducir pero, haciéndolo perdías muchas vistas que a veces había que tomar un tiempo para apreciarlas. Llegué rápidamente aunque con bastante tranquilidad, aquel parque se mantenía como lo recordaba, bonito y lleno de árboles. Me recordaba al día donde estuvimos con la hermana de Hinata. Vi a mi mejor amiga sentada en el banco observando el paisaje, casi recordándome a mí hace unos minutos.

—Kaori —canturreé al llegar a su lado. Levantó la cabeza al escuchar la llamada y al momento se encontraba rodeando mi cuerpo con fuerza dándome muchos besos familiares.

—¡Te he echado tanto de menos! —Exclamó ella estrujándome entre sus brazos. Le masajeé la espalda riendo un poco por su actitud. Estaba realmente emocionada por verla y, al parecer, ella sentía exactamente lo mismo.

—Yo también Kaori, yo también —le aseguré oprimiendo las ganas de llorar. Pensaba que todos estos años hubieran sido mejores con su apoyo total.

—Cuéntame, ¿qué tal ha ido todo? —Preguntó refiriéndose a mi novio. Suspiré, ella tiró de mi preocupada haciéndome sentar a su lado—. ¿Pasó algo?

—Realmente no, es decir, sí, pero nada malo —aclaré mientras agitaba las manos rectificando mi respuesta. Ella ladeó la cabeza intentando comprenderme—. Verás... la situación es algo larga.

—Tenemos casi todo el día, bueno, debes irte a Sendai a las siete pero, aún es por la mañana —bromeó y no dudé en reír.

Comencé a contarle todo lo sucedido con detenimiento durante estos años, creía que ya era momento de confiarle todos mis sentimientos durante todo este tiempo. No fui infeliz, o eso me gustaría creer, aunque, no era feliz del todo. Lo quería, lo quería muchísimo y siempre supe que él no era la persona que se mostraba, sabía que estaba metido en su mundo pero, mi error desde ese momento fue no intentar ayudar, dejar que pasara y esperar a que él volviera pero, eso nunca pasó. Mi vida universitaria era un caos, nunca en la vida había sentido tanta presión en cuanto a tareas, trabajos y exámenes tan largos como los que realizaba, eso hacía que incluso la situación empeorara. Continuamente vivía en un cansancio mental, entre la Universidad y el trabajo, cuando llegaba a casa solo me apetecía meterme en la cama para dormir y no despertar jamás. Nishinoya y yo apenas nos veíamos pero, cuando lo hacíamos solía acabar en pelea, cosa que me ponía mucho más nerviosa. Todo comenzó a mejorar a principios de este año y ahora, creo que todo volverá a ser como antes.