Diferentes épocas, nuevos cambios, momentos viejos de la vida, ¿vamos a quedarnos siempre juntos? ¿Vas a quedarte siempre junto a mí?
➳Secuela de Aprendiendo a volar.
‣Historia completamente escrita por mí, toda adaptación y copia...
—En realidad quedaron preciosas... —dijo con algo de nostalgia en su voz. Giré la cabeza para mirarla y le dediqué una pequeña sonrisa al sentir como decía eso cerca de mi oído. Rodeó el sofá para sentarse a mi lado.
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—Me gusta esta —señalé una de las fotos del álbum de nuestro viaje con los chicos. Sonrió con emoción al verla, éramos nosotros dos sonriendo como idiotas con la puesta de sol detrás.
—Es realmente bonita —añadió al verla. Ojeó un poco hasta encontrar su preferida— pero, prefiero esta —señaló a una foto en la que ella me abrazaba por el cuello con su cabeza apoyada en la mía y los ojos cerrados, yo simplemente sonreía.
—Es imposible de elegir en realidad —suspiré haciendo que esta riera. Aparté el álbum dejándolo sobre la mesa de café del salón. Cerré los ojos agotado pensando en que al día siguiente volveríamos a clase de nuevo.
—Ya verás, seguro que será un gran día —negué con la cabeza. No me apetecía para nada volver a la Universidad y menos, sabiendo lo duro que sería el último año.
—Quiero que nos quedemos juntos para siempre —me giré para abrazarla haciendo que sonriera. Ella soltó una pequeña carcajada mientras me acariciaba la mejilla.
—Y eso va a pasar, no seas idiota —medio susurró haciéndome sonreír. La apreté más entre mis brazos.
—Quiero decir, que estemos todo el día juntos... —expliqué haciendo que ella finalmente entendiera. Levanté la cabeza para mirarla a los ojos y con la misma volví a apoyar mi cabeza en su hombro.
—Yo también echaré de menos eso pero tenemos que ir a clase, este es el año clave —intentó darle positividad al asunto pero, lo único que pude hacer fue imitar que lloraba.
—¡Quiero quedarme aquí! —Exclamé haciendo una pataleta. Ella me miró bastante mal apartándome un poco de encima.
—A veces eres peor que Hiro...
—Ni se te ocurra compararme con él —la interrumpí provocando que parara y me mirara. Ambos reímos.
—A pesar de todo es un amor —añadió haciéndome sonreír. Que hablara de Hiro me hacía feliz, sentía que ella siempre iba a aprobar mi amistad con él a pesar de lo pesado que se pone con ella.
—No más que yo —bromeé y ella levantó una ceja. De un momento a otro estaba sentada sobre mi regazo con sus brazos apoyados en mis hombros. Coloqué mis manos en su cintura intentando no enseñar lo poco que me esperaba ese gesto.
—Te has vuelto un celoso, ah, ¿cuándo te enterarás que solo tengo ojitos para ti? —Preguntó con una voz extremadamente adorable que me hizo perder el corazón. Me pregunté mucho como hacer para recogerlo, estaba todo esparcido por el suelo, totalmente derretido de amor.
—Es que, ahora que casi no voy a tener tu amor... —tapó con uno de sus dedos mis labios haciéndome callar al instante. Si decía que no latía con rapidez, mentía.
