Los anuncios de la gran compañía española que visitaría Chile, llenan la ciudad de Talca. Una de sus presentaciones sería allí. De hecho, su gira por Chile finalizará en esa ciudad.
―¿Conoces esa compañía? ―le consulta Guido a su tío que se había quedado mirando uno de los carteles y ahora contempla, pensativo, un folleto que les habían entregado.
―Sí, es una de las mejores compañías de España.
―Y parece que también conoces a la dueña ―se burla el sobrino.
―Sí, tuve el gusto, aunque no el placer ―contesta socarrón.
―Eres terrible, tío.
―Solo digo la verdad, tú ya estás grande para entender.
―¿No te dio chance?
―Se arrepintió a última hora. No sé qué le pasó ―contesta el hombre con sinceridad―. Tal vez ahora me la tope y me entere. Y de paso consigo terminar lo que dejamos a medias.
―Mira, tú, te quedó gustando "La mujer del teatro".
―¿Y a quién no?
―¿Es muy conocida allá?
―Eva Pardo no solo es una mujer de renombre en su país. Existen muchas historias a su alrededor. Es una leyenda viviente. La mujer del teatro es un enigma.
―¿Hay alguna historia de por qué la llaman así? La mujer del teatro no es un apodo común, al contrario, es bien raro.
―Pues sí. Cuenta la leyenda ―comienza el hombre con aparatoso gesto―, que Eva Pardo apareció de la nada. Nadie conoce su pasado. Es como si no lo tuviera. Abrió su primer teatro con una insípida compañía y una obra de teatro digna de los dioses. Ella es una mujer muy exigente y por tal razón, sus presentaciones son un verdadero arte.
Guido alza las cejas. No sabe qué le quiere decir su tío ni tampoco a donde va con esa conversación o la relación que tiene con la pregunta, aparte, por supuesto, que habla de su primer teatro.
―Eva Pardo no acepta críticas. No acepta opiniones distintas a las de ella y, si hay algo que la caracteriza, es su frialdad y su intolerancia.
―¿Ya?
―En aquella primera función, invitó a los más grandes críticos, productores... Gente influyente. Entre ellos, hubo un crítico de espectáculos que destrozó la compañía de Eva con una cruel reseña, la cual era injusta porque fue pagado por una compañía rival.
―¿Y qué hizo, qué pasó?
―Aquí es de donde viene el nombre. A los alrededores del teatro, deambulaba uno de estos hombres con problemas a los que todo el mundo conoce, pero nadie se hace cargo. Bueno, el asunto es que este hombre, en una ocasión, poco después de la primera función, se puso a gritar desesperado en medio de la calle: "¡La mujer del teatro! ¡La mujer del teatro!" Todo el mundo llegó hasta el enfermo, pensando que algo había ocurrido en el teatro, lo calmaron y le preguntaron qué dónde había visto a la mujer y qué había pasado, porque Eva no estaba en el edificio, solo estaba su asistente y según él, no sabía de lo que hablaba el vagabundo. El asunto es que cuando pudieron calmar al tipo, dijo haber visto a Eva, La mujer del teatro, asesinar al crítico que los destrozó.
―¿Y fue verdad?
―Nadie sabe. Lo cierto es que al día siguiente, la familia lo reportó desaparecido y, con el antecedente de que alguien lo había visto muerto a manos de Eva...
ESTÁS LEYENDO
La Mujer del Teatro
Narrativa generaleEva Pardo, una mujer alrededor de la cual se tejen muchas historias, una mujer de temer que no le importa el qué dirán y nunca tiene una palabra de agradecimiento. Para ella, los hombres son un objeto desechable que sirven solo para usarlos en su p...