7. Extraños sentimientos.

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(Akira)

Maldigo al estúpido Kevin, por culpa de su tonta existencia y sus burlas ahora estoy muriendo de hambre. No he comido nada desde la mañana, donde tampoco comí mucho.

Ya es la hora de almuerzo, en cualquier otro momento estoy seguro de que hubiese estado más que feliz y hasta bailando; pero no hoy.Estoy tan hambriento como un zombie, abandonado como perro callejero y para rematar, sin dinero.

Esto es lo que me gano por tener un grupo de amigos en donde todos quedan en pareja menos tú, Konii con Sakura y Taka con Cris, ¿y yo? me quedo con el esqueleto del laboratorio. Que ahora que lo pienso no sé si es hombre o mujer porque el profesor siempre le pone adornos dignos de una mujer pero lo llama por él. Aunque tampoco es que me importe realmente.

—¡Akirita! —oigo a alguien llamándome desde la entrada de la universidad.

Me giro a mirar de quién proviene tal desgarrador chillido y me encuentro a Kevin agitando sus manos y acercándose. Decidido a ignorarlo, continúo caminando —fingiendo no haberlo visto— hacia algún árbol. He oído, no sé dónde, que hay hojas de árboles que son comestibles.

—¡Akira! —grita una vez más tomándome ahora por el brazo—. ¿Por qué estás solo? ¿dónde están los demás?

—No lo sé, no los veo desde que salí de casa.

—Tenía pensado que fuéramos a comer a algún lugar, pero como ninguno de los dos sabe dónde están... ¿qué te parece si vamos los dos solos?

—Me parece una pésima idea —respondo sin dudar.

Le regalo una sonrisa y me giro para continuar mi camino sin rumbo fijo, la idea de comer hojas era tentadora hasta que vi su cara.

—Siempre que se trata de mí es malo, de todos los chicos eres el único que me ha dado problemas.

—Es porque detesto a la gente que es como tú —giro un poco el rostro para mirar el suyo, por un segundo pareció que iba a estallar y comenzar a gritar malas palabras, pero se contuvo y sonrío burlón.

—Lo dices como si conocieras a "gente como yo" —hace comillas con sus dedos—. Por si no lo sabes, nadie se asemeja a mí.

—Sí, sin duda he conocido a tu especie antaño. Narcisista sin cerebro. La gente como tú siempre termina sola, pero no te preocupes —pongo mi mano sobre su hombro—, que podrás continuar amándote a ti mismo hasta el final.

—¿Disculpa? ¿se supone que eso sea malo? —pregunta burlón—. Sería fantástico, pero ten por seguro que eso no pasará, porque a diferencia tuya, mis amigos no me dejan solo tan fácil.

Bajo mi mano de su hombro y paso por su lado camino al salón, quizá no debí burlarme de él sin ver antes cuánta desventaja había de mi parte.

Hubiera respondido y terminaríamos pelando como he hecho muchas veces con quienes me lo dicen, pero de alguna manera, el que haya sido él quien lo dijo, provocó una extraña amargura en mi interior.

—Dile a Sakura que vendré por ella a la salida.

No respondo, pero eso no significa que no vaya a decírselo a Sakura, pero no quiero responder.

Todos mis problemas comenzaron cuando Sakura conoció a ese tonto de ojos azules.

•×•×•×•×•×•×•×•×•

Arboles, parejas tomadas de la mano, niños corriendo, padres intentando frenar a sus hijos, ancianos dando de comer a las aves, perros apareándose y luego estoy yo. Todos haciendo algo en pareja o con más personas y yo solo, como basura; de hecho hasta la basura tiene compañía.

Volviendo a amar © | Secuela | Seuj 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora