Jessi al llegar a Seúl nunca pensó que su destino de viajes le traería tantos cambios y sorpresas, estar en el país de sus idols significaba mucho para ella, pero nunca imagino que su vida estuviera a punto de entrar en un laberinto de deseo junto a...
Estar con ella de esta manera es maravilloso, penetrándola suavemente puedo sentirla entera, se siente tan bien, Jessi esta disfrutándolo tanto que no puedo evitar ver sus expresiones de placer.
Sigo con mis movimientos delicados disfrutando de cada segundo y tomo de nuevo uno de sus pezones con mis labios succionandolo y veo como Jessi arquea su espalda dándole rienda sueltas a todo lo que está sintiendo.
Agarro un poco de fuerza para salir de su cálido interior y empiezo un camino de besos desde sus pechos hasta su vientre, llegando a su parte Ãntima dando pequeños besos al rededor, se aferra a las sábanas, esta anticipando lo que viene.
Tomo sus piernas y las abro colocándolas muy cerca a los lados de su cabeza, puedo ver todo lo que tiene para mi, le doy una mirada a Jessi y sus ojos brillan en deseo, quiero probarla y no puedo esperar más.
Sigo jugando a mi antojo con su clÃtoris y siento las manos de Jessi aferrarse a mi cabello pidiendo más, meto dos de mis dedos dentro de ella mientras sigo con los movimientos de mi lengua, esto la enloquece en segundos.
Es mi turno ahora, me coloco de nuevo sobre ella, acarició su rostro hasta que abre sus ojos y me dedica esa mirada que me encanta tan llena de profundidad y amor, mi amiguito palpita allà abajo y sólo conozco una manera de aliviarlo.
Rozo mi punta con su entrada haciendo que se humedezca de nuevo, le doy un beso a Jessi mordiendo su labio inferior y entro en ella de una sola estocada, se siente tan bien, nos acoplamos perfectamente.
La tomo por sus caderas y empiezo a moverme dentro de ella con mayor velocidad e intensidad que al principio, gruño al sentirla y gotas de sudor se acumulan en mi frente.
Salgo se ella lentamente y veo como Jessi se levanta de la cama totalmente desnuda, me acomodo con un brazo detrás de mi cabeza para estudiarla mejor, deambula por la habitación buscando un espejo, se observa detenidamente y me dice.
- Tengo hambre.- Dice y la tomo de las manos y vamos asà a la cocina.
Preparo algo rápido de comer, unos sándwich, comemos entre risas picaras y comentarios un poco subidos de tono y volvemos al cuarto a dormir, estamos agotados.
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