Capítulo 50

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Dakota toma aire mientras mueve las piernas hacia arriba y hacia abajo, como si estuviera haciendo spinning. Es su turno y aún no es consciente de ello.

- Es tu turno. –dice Jean cuando llega junto a ella. –Vas a hacerlo genial. No estés nerviosa y disfruta. –se acerca a ella y le deposita un beso en la frente. –Te quiero nena.

Las últimas palabras de Jean las escucha de forma descendente porque sus pies han comenzado a caminar, dejando atrás el backstage y enfrentándose a una pasarela llena de focos. Siente que los nervios la van a hacer vomitar hasta que se encuentra con la cara de Enrique Iglesias mientras canta, que le sonríe con toda la honestidad del alma. Dakota le devuelve la sonrisa, pero no se da cuenta que no la deja de mostrar en todo el desfile. Se lleva las manos al contorno de su cuerpo y camina al ritmo de la música creyéndose una modelo de Victoria's secret. Su primer modelo es un vestido rojo largo. Tiene el escote de pico y las mangas son de encaje, al igual que el cuerpo del vestido hasta que llega al cintura, donde se despliega como la falda de una princesa Disney, con un maravilloso tul rojo que le da un tono más dulce al vestido. Los tacones no tienen nada que envidiarle al vestido, puesto que son rojos y naranjas, adornados con una diminuta pedrería.

Dakota mueve la cabeza de un lado a otro mientras avanza por la pasarela hasta que se encuentra con dos sonrisas tranquilizadoras: la de Ethan y la de Alan, que está acompañado de su madre, la cual atiende al desfile como si le fuera la vida en ello. Las sonrisas de Ethan y Alan y la ausencia de Lucas actúan como un chute de adrenalina que hace que haga una parada triunfal al final de la pasarela.

Cuando sale con el segundo conjunto ya se siente totalmente relajada, aunque la posibilidad de caerse con esos tacones está presente en su mente. Si el primer modelo era digno de una princesa, el segundo es digno de una reina del siglo XXI:    

 Si el primer modelo era digno de una princesa, el segundo es digno de una reina del siglo XXI:    

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El estampado era parecido al que tenía Jean en su traje. Era un vestido largo, blanco roto y con flores en tonos azulados, amarillo, y verde; con un escote de pico que acababa en la costura de la cintura; sin mangas. En la cintura, la tela, más rígida que la anterior, hacía unos pliegues que realzaban su pecho. Los zapatos no podían ser de otro color que no fuera azul cielo, con el tacón en amarillo.

El tercer modelo fue "rompedor". Rompedor porque era totalmente distinto a los demás y porque tenía pequeños martillos dibujados en el diseño. El modelo se componía de dos piezas. La parte de abajo era simple: unas braguitas brasileñas con encaje blanco roto en los bordes sobre la tela azul agua. La parte de arriba era...original. Tenía el diseño de un sujetador sin tirantes, con los bordes redondeados, pero la tela solo cubría la zona de los pezones, el resto era encaje blanco. El toque estaba en los flecos que caían desde el borde inferior del "sujetador" y que recorría toda su espalda y cintura, en color rosa bebé. Llevaba unas sandalias doradas como tacón.

Hizo un desfile perfecto si no fuera porque de la emoción se le olvidó salir cuando todas las modelos salieron a la pasarela y se distribuyeron por ella para dejar sitio a Jean, que iba a salir a despedirse de todos los invitados. Gracias a su agudeza visual, vio como las chicas salían unas detrás de otras y se incorporó detrás de una ellas, rompiendo así su puesto entre las modelos. Al ritmo de centenares de aplausos volvieron al Backstage, donde Jean gritó eufórico por el éxito de la pasarela y donde, de nuevo, volvió a dar las gracias por la participación de todos, para acto seguido obligar a las chicas a ir a cambiarse de ropa para la fiesta.

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