Capítulo 59

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Dakota se paró a comprar caramelos masticables antes de entrar en la casa de Ethan, que le abrió la puerta con una bata blanca y una cara que perfectamente podía estar poseída por el mismísimo diablo. Aun así, estaba guapísimo.

- Buenas tardes, enfermito. –le dijo a Ethan y se acercó a abrazarlo.

- Hola. Pasa.

- ¡Dakotaaaa! –gritó Violeta desde el fondo, corriendo hacia ella mientras tiraba el juguete que tenía en la mano al suelo.

- ¡Hola preciosa! –gritó cogiéndola en brazos. Ethan cerró la puerta detrás de ella cuando entró. –¿Cómo estás?

- Bien. –sonrió

- Te he traído un regalito, pero tu tío Ethan debe dar el visto bueno.

- ¿Qué es?

Dakota deja a la niña en el suelo ante la mirada de Ethan. Abre el bolso y saca la tableta de chocolate con formas de animales. La niña abre los ojos y grita de la alegría.

- ¿Puedo tito? –le pregunta a Ethan, que la mira abrazándose a sí mismo.

- Solo un poco Violeta, porque después tienes que cenar.

- Valeeee. –y huye con la tableta de chocolate a su habitación

- ¿Cómo estás? –Dakota da la vuelta a la mesa y se sienta en el sofá, acomodándose

- Mal. Hacía mucho tiempo que no enfermaba y si me violaran, me dejaría, te lo prometo. No tengo ni fuerzas para evitar un acto así.

Dakota se echó a reír y miró a Ethan, que tenía los ojos vidriosos de la fiebre y el malestar corporal. Quizás no era el mejor momento para contarle sus planes amorosos, pero ya le había dejado caer alguna que otra indirecta por el móvil, y él seguía intentado conquistarla, así que sentía la necesidad de ser sincera. Estaba hecha un flan gracias al nerviosismo, porque cuando le confesó que seguía enamorada de Lucas fue algo tan espontáneo que no pudo pararse a pensar. Sin embargo, ahora puede recular.

- Pero bueno... -continuó hablando Ethan. –¿Tú cómo estás?

- Bien. Un poco estresada con el trabajo y con... -agachó la mirada y se miró las manos, que las tenía enlazadas. –He venido a decirte algo. Sin rodeos. Directa.

- Has vuelto con Lucas, ¿verdad?

- No. No he vuelto con Lucas, pero estoy... Quiero volver con él. Le he escrito varios mensajes dejándole claras mis intenciones de retomar la relación en el punto en el que lo dejamos antes de... ya sabes, el juicio.

- ¿Y qué te ha dicho?

- No me ha contestado, todavía.

- ¿Y cómo surgió la idea? –la miró de reojo

- Ethan, no podía continuar hasta no haberlo intentado una vez más, porque la conciencia no me lo permitiría.

- ¿Y piensas esperarlo toda la vida, aunque no te conteste?

- Por supuesto que no. Si no me da una respuesta la semana que viene... Se habrá acabado definitivamente. No voy a estar arrastrándome una vida entera. Tengo dignidad.

- Entonces... ¿Esto dónde me deja a mí? Porque quiero entenderte Dakota, pero es que yo tampoco quiero estar arrastrándome por ti, adaptándome a tus ideas para saber qué paso dar...

- Lo sé, Ethan. Yo quiero que continúes con tu vida, borrando toda posibilidad de estar conmigo, porque no quiero limitarte. No quiero jugar contigo.

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