Capítulo 5: Él nos quiere, a su manera, pero nos quiere.

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-¿Crees qué pueda sobrevivir aquí? -Jenn susurró a Malorie.

-Todo depende de ti misma -suspiró- Depende del esfuerzo y desempeño que tú misma coloques en ti. Ser una pequeña no es fácil, mucho menos si Papi quiere que seas perfecta en todos los sentidos.

-Bien... entonces me ayudarás, en todo. -sonrió la rubia-. Me dirás todo lo que tu sabes y yo lo aplicaré en mi, fácil.

-No es fácil, mucho menos.... mucho menos ahora que eres nueva. Ninguna otra chica nueva ha llegado aquí cerca de 4 años.

Jenn se detuvo a pensar un momento-. Dijiste que tenías 18 años... -la miró nuevamente-. ¿Cuánto tiempo llevas aquí?.

-Llegué aquí a los quince -bajó la mirada-. Pero ya casi cumplo diecinueve, así que serán 4 años. -sonrió débilmente.

-¿Estás bromeando? eso significa que... ¿jamás has salido en casi cuatro años de esta casa?

-No... bueno, sí, aunque no se sí el área de juegos del patio trasero cuente al igual que pequeños viajes turísticos....

-¡No! -gritó levemente-. Has pasado casi cuatro años de tu adolescencia encerrada entre muros enormes y rejas puntiagudas -susurró casi lo último.

-Pero tomé la decisión correcta.

-¿Cuál?

-Que prefiero estar aquí entre muros y rejas puntiagudas con personas que me aceptan tal como soy y que me demuestran amor del que jamás me demostraron en el exterior. Prefiero estar aquí y disfrutar las comodidades que él me da, a que seguir con una vida de la cual sentía que no formaba parte. -suspiró-. Ahora yo formo parte de su vida y él de la mía. -terminó con una pequeña sonrisa débil.

Jenn tenía sus ojos a punto de casi de que se le salieran las lágrimas. Por una parte sonaba cruel y lo último sonaba confortante.

-¿Y él te ha demostrado qué te quiere?

-Quizás tengamos prohibido enamorarnos de él. -Malorie se acercó a Jenn y la tomó de los hombros-. Pero jamás de que nos encariñáramos con él. Él nos quiere, a su manera, pero nos quiere.

-De acuerdo... -se alejó de la castaña y tomó su cabeza entre sus manos-. No sé que hacer, yo no sé si todo esto sea lo correcto... si encaje aquí como todas ustedes. Tengo miedo. -una pequeña lágrima se escapó de ella.

Malorie la abrazó-. Todas teníamos miedo la primera vez. -susurró, se separaron un poco y se miraron-. Yo te ayudaré, cuenta conmigo para lo que sea. -sonrió.

Jenn sólo asintió.



~•~



"Toda chica que llega aquí siempre se coloca en su habitación. Después de eso, llegan los estilistas para ayudarla con su imagen más cómoda, lo más divertido de eso, es que tú misma también puedes ayudarles a escoger que ponerte. Usamos una leve capa... casi nada, de maquillaje.

Puedes peinarte de muchas formas muy lindas, pero las más preferidas de él son trenzas, coletas, son sus favoritas.

Los atuendos principales son los pequeños vestidos que nos llegan más arriba de nuestra rodilla, cerca de tres o cuatro dedos. Nuestros zapatitos con o sin hebilla. Finalmente, podemos tener pequeños accesorios, como collares, pulseras, pendientes.

La manera de actuar; haz que tu voz sea dulce, cálida y muy inocente, como una niña de seis años o menos.

La inocencia es su preferida, siempre le llama la atención.

También tenemos que obedecer tanto a nuestras tutoras que nos enseñan como actuar y entre otras cosas. Ellas siempre se encargan de enseñarnos cosas y hacen que práctiquemos a cada rato para perfeccionar nuestros errores."

Malorie le había dicho cada cosa que ella sabía.

-La primera regla del papel dice que siempre estemos en nuestro papel, o sea, que estemos concentradas en lo que ahora somos, unas niñas pequeñas.

-O sea que me mantenga en pie. -susurró.

-Así es. -Malorie sonrió mientras observaba como los estilistas que habían llegado hace unas dos horas aproximadamente le daban un color rubio diferente al de antes, también le maquillaban, hacían manicura y pedicura.

-La segunda, jamás te salgas de tu papel. -dijo la castaña-. Jamás cometas lo contrario de esa regla, es importante que no lo hagas, si lo haces bien, serás premiada, de lo contrario, castigada.

-¿Castigada? -frunció el ceño y Malorie asiente-. ¿Qué tipo de castigos? -la miró atenta.

-Lo descubrirías si un día rompes esa regla. -sonrió. Jenn sólo asintió.

-Y la tercera... -alentó Jenn.

-La más importante de las tres reglas, es la regla más preciada aquí, cualquiera que cometa el mayor error de su vida en aquella regla... no tengo idea de que han pasado con las chicas que cometieron ese error. -se acercó un poco detrás de Jenn mientras le arreglaban el cabello-. Por favor, no te enamores de él. -susurró viéndola a través del espejo.

Jenn tragó levemente un poco. ¿Tan seria era esa regla?, pensó.

-Cuando tú creas que has pasado por las reglas, que crees dominar técnica tras técnica, tendrás la oportunidad de ser la elegida. Serás la única y perfecta para él.

Jenn prestó atención.

-Ya sabes... la técnica nos vuelve perfectas. -suspira-. Pero eso ya depende de cada una y su forma de tomar muy serio el asunto.



~•~




-¿Crees que me vea bonita con éste? -dice Jenn mientras observaba un vestido azulado.

-No lo sé. -opina Malorie.

Se acercó a un vestido rosado, pero dudó unos momentos, estaba de acuerdo en que ese no sería su estilo.

-Todas tienen que encontrar su pequeña interior. -sonrió Malorie.

Jenn siguió revisando muchos vestidos, un aproximado de 20, cada uno diferente. Se quedó centrada en uno. Era un toque plateado eléctrico. Un faldilla pegada con su camisa al juego.

-Me gusta -lo tomó entre sus manos.

-Creo que iría bien contigo -sonrió la castaña.

Después de unos minutos, se había colocado el conjunto, se había puesto una diadema negra, y unos zapatos de tacones de 5cm. Un collar negro de un estilo listón formaba de accesorio y un pequeño toque leve de maquillaje.

-Te ves hermosa. -Malorie tapó su boca con la palma de su mano derecha.

Jenn se acercó a un gran espejo mientras todos los estilistas salían y dejaban la habitación.
Se miró con cuidado, observando el gran cambio que había dado en tan sólo un día y unas horas.

-No puedo creer que esté haciendo esto.

Malorie se acercó y la tomó de su hombro izquierdo y la miró a través del espejo.

-Pues créelo, ya estás aquí -suspiró-. Bienvenida a Babygirls House.



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