Jenn da una vuelta completa mirando a su alrededor. No había nadie.
Su mente empezó a dar mil vueltas, sentía un vacío en su estómago y su miedo despertó cuando escuchó ruidos extraños por la tormenta, incluso, parecería que iba a llover y truenos o relámpagos llegarían.
Todo estaba tan oscuro, a duras penas la luz de la luna iluminaba poco. No le importó y subió las escaleras lo más rápido posible y llegar a la habitación de su amiga. Ella abrió la puerta agitada y no encontró a nadie.
-¡¿Malorie?! -preguntó revisando el lugar, nada.
Algunas cosas estaban desacomodadas y esparcidas por la habitación. Le llamó la atención el diario abierto de terciopelo rojo que estaba sobre la cama. Jenn se acercó y lo tomó. Había pequeñas manchas de sangre, y eso le alarmó, dio unas ojeadas al diario pero no entendía nada de lo que decía o a qué se refería. Salió y revisó algunas habitaciones más hasta llegar a la oficina de Justin y estar vacía.
¿Dónde mierdas están todos?, pensó.
Se acercó al escritorio y empezó a revisar sobre éste y darse cuenta del vaso de Justin, que yacía con una pequeña cantidad mínima de sus whisky. Parecía como si lo hubiera tomado hace minutos atrás.... y algo le llamó la atención aún más. Había una mínima cantidad de sustancia azul en forma de polvo en el final del vaso.
Jenn dejó el vaso y buscó entre los cajones y agradecida de encontrarse con una linterna y así tomarla en sus manos.
-¿Justin? -preguntó en el lugar. Salió de la oficina con nerviosismo.
La tormenta afuera era horrible. Se colocó en la parte superior de la casa, dando la vista a todo el lugar y poder iluminar algo.
-¿Qué? -murmuró entrecerrando sus ojos al darse cuenta que un lado de la escalera había sangre. Inspeccionó detalladamente-. ¿Malorie? -volteó al oír un grito, no sabía de quién era.
No estaba sola después de todo.
Se acercó a una puerta blanca que jamás había visto, quizás sí, pero siempre la había ignorado. La abrió cuidadosamente y se encontró con un pasillo secreto y escaleras hacia abajo.
-¿Hola? -dijo. Ninguna respuesta. Se asustó mientras un trueno encendía con su luz parte de la casa.
Jenn iluminó el lugar que se encontraba un poco oscuro y bajó. Realmente no quería bajar, pero tenía que descubrir de donde provenían esos ruidos. Se asustó cuando había manchas de sangre por las paredes blancas.
-¿Hay alguien ahí? -murmuró con miedo. Tenía ganas de llorar, era demasiado.
Mientras más se acercaba, los truenos sonaban más fuertes y una pequeña y diminuta luz aparecía.
-¿Quién está ah..... -bajó hasta toparse con una imagen que la dejó helada. Ni siquiera le dio tiempo de terminar hablar. Ella jadeó y soltó la linterna mientras ésta caía.
La imagen era mala, muy mala; Justin y Malorie estaban sujetados con cuerdas en unas sillas, pequeñas manchas de sangre en ellos y sus bocas estaban cubiertas con cinta.
-¡Oh Dios! -rápidamente, la rubia se dirigió a ellos y cayó de rodillas-. ¿Qué ha sucedido aquí? -su nerviosismo era bastante, que sus manos le temblaban mientras trataba de desamarrar a ambos.
Ambos no podían hablar porque tenían cinta en sus bocas y dentro de éstas, un trapo. Trató de deshacer los nudos pero estaban muy sujetado.
Malorie y Justin se alarmaron.
-¿Qué? -dijo ella con un poco de lágrimas en los ojos.
Jenn deshizo la cinta de la boca de Malorie mientras ella escupía el trapo de su boca.
-¡Jenn detrás tuyo! -soltó gritando entre lágrimas.
La rubia se volteó al instante y en un golpe con algo...
Todo en ella se volvió oscuro.
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Pregunta; ¿QUIÉN HA ESTADO CONMIGO DESDE EL INICIO? (Si no están desde el principio y llegaron a mitad, también comenten😭)
