Observó una vez más al pelirrojo gritando y se incorporó rápidamente, retiró la flecha de su espalda y comenzó a correr por el bosque adentrándose en la espesura de este para perder de una vez por todas a los hombres que lo seguían. Los árboles eran cada vez más grandes y el suelo parecía elevarse con brusquedad en algunos puntos. Ya tras haber corrido varios minutos miró hacia atrás y se tropezó con una piedra, cayó encima de una fina capa de nieve que cubría el suelo de un claro en el bosque.
«¿Por qué nieva? Se supone que todavía no es invierno». Se preguntó Jor. Se recostó quizás rindiéndose a sentir dolor una vez más y observó al hermoso y celeste cielo, acarició la nieve y rió fuerte, a pesar del dolor de los días anteriores y los pesares que ahora acosaban a sus pensamientos. Ver las nubes pasar lentamente y cambiar de forma le hacía pensar.
En los catorce y casi quince años de su vida, jamás había visto la nieve tan cerca, solo cuando los árboles a lo lejos se veían nevados desde la colina en la que vivía, y se veía porque la zona era unos metros más elevada que aquella. Suspiró y cerró los ojos; se vio obligado a sonreír cuando un copo de nieve cayó en su rostro.
Pero todo el sentimiento y reconforte se desvaneció cuando se escucharon nuevamente los metales y pisadas rápidas soltando ecos a través del bosque, miró a ambos lados, desesperado, y se encontró con dos montones de arbustos, a su izquierda había unos de gran tamaño, pero se veían espinosos y no le agradaba lo que de allí sentía; al lado derecho había otros de menor tamaño, pero el suficiente para que pudiera caber parado. Así que fue lo más rápido posible a esos y se escabulló haciendo el mínimo sonido.
—¡Por aquí! —escuchó una voz, era de un hombre que iba a pie. Su cabello era cano y largo hasta los hombros, sus ojos eran oscuros, casi negros, su nariz era extrañamente recta para su raza y las arrugas de la edad se presentaban sin disimulo, era uno de los hombres que estaba también en la tienda—. Escuché una voz de mocoso. No debe estar muy lejos.
Detrás de él llegaron varios hombres, tal como Jor había escuchado hace unas horas. Eran diez sin contar a Brook, que fue el último en aparecer en el pequeño claro del bosque. Lo observó mientras un viento caliente proveniente del arbusto paralelo movía sus cabellos. «Hay algo allí» pensó Jor.
El segundo que distinguió era al panzón de Dreis; a su lado estaba un hombre de hosca tez y de espesa barba negra y ojos pequeños; cerca habían dos muy similares entre sí, salvo que uno era más rubio que el otro; después se encontraban dos viejos que también habrían estado en la carpa, ambos eran calvos y no llevaban barba, pero eran los más gruesos y fieros de toda la guardia; después un chico que era delgado y alto, de piel más oscura que los demás; atrás de él estaban dos chicas que llevaban el cabello en trenzas, podría decir que se trataba de dos mellizas por su similar complexión y rasgos faciales, las dos tenían el cabello rojo como Brook, la nariz de estas era respingada y los ojos azules como el mar.
Entonces allí se encontraban los once hombres, buscando en cada rama. Pasaron varios minutos cuando uno de los hombres empezó a retroceder asustado después de ver algo en el arbusto grande.
—¿Qué pasa, Lock? Cobardilla —preguntó Dreis al hombre de cabello negro y ojos pequeños, que por el susto estaban más abiertos que de costumbre.
—U-un a-a-nimal —dijo señalando al lugar, entonces las dos pelirrojas tensaron el arco ante la señal de peligro.
—¿Cuál es la situación? —dijo Brook acercándose, detrás de él venían los dos chicos rubios y delante iba el primer hombre que se había acercado —. Investiga, Grey —ordenó Brook al hombre de cabello plateado.
—A ver. ¿Qué pasa? —dijo el hombre de cabello plateado con superioridad, entonces Dreis se acercó con pasos firmes.
—Como si te interesara, Grey —le dijo al hombre de cabellos plateados, este era un cabeza más bajo que Dreis.
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Pesadillas - Las Danzas del Verano (Ahora Sueños Vacíos - Profecías 1)
FantasyPrimera versión de "Sueños Vacíos - Profecías 1" La nueva versión, con más capítulos y enriquecimiento de la trama la estoy subiendo en mi perfil Miedo, todos los hombres tienen miedo, incluso de los que en el valor se han forjado. Todo hombre sueña...