21. El Juicio de Sangre

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La luz dejó de molestar y pronto Aeglos dio iniciado el juicio. Sirinna, Jor y Brook se encontraban en el medio de la sala, la luz del sol les daba directamente en el rostro y les obligaba a girarlo.

—Tenemos presente a tres acusados, Brook Del Roble Negro, Sirinna Annael y Jor hijastro de Jod. Estos son acusados de: Invasión sin una declaración formal, ni presencia de causa de guerra; realización de hechizos prohibidos, deshonra a la familia Annael y ataque a la autoridad real e imperial; y complicidad, respectivamente. El juez encargado de presidir este juicio será mi persona, Zío Aredhel.

—Empecemos por lo que fue primeramente mencionado —empezó el Decimosegundo que se había incorporado, sus alas resaltaban su tamaño, estás eran de un color un tanto dorado y era la primera vez que veía a un guriano con alas—. Deseo que sea rápido, pero sin dejar de lado las formalidades.

—Invitamos a Jor y a Sirinna pasar al estrado —dijo Zío—. Brook un paso al frente —Brook no se movió, se sentía abandonado por su gente.

—Tú crees que lo haré. Estoy rodeado de asquerosas alimañas que alguna vez humillaron a mi pueblo. Firmo con mi sangre que no me humillarían a mí y a pesar de estar encadenado mi orgullo ¡jamás! sería quebrantado.

Miró a la ventana, tenía repulsión a aquellos elfos y al guriano al que servían, sus mentores le habían enseñado a odiar a todas las especies que habían conformado La Mesa, y los odiaba en serio. Zío realizó una señal y dos elfos se acercaron por la espalda de Brook, lo tomaron por brazos y tras forcejear con él lo adelantaron más de un paso y lo dejaron de rodillas. El hombre movió sus piernas en un intento de colocarlas delante de su torso, pero cayó de espaldas causando una risa general en el público. Finalmente logró incorporarse cuando la gente calmaba su risa.

—Jódanse —dijo en voz baja para sí. Miró a Zío, Aeglos y Gur, que continuaron con el juicio.

—Se le acusa Brook Del Roble Negro de atacar las costas de la zona norte de Guria —dijo el emperador—, sin previa declaración formal de guerra ni una causa.

—El guano es mi causa y la pesca —se apresuró a decir—, allá vas tú, alado, si me crees o no.

—Veamos qué dice tu gente acerca de eso —replicó Zío mirando a la entrada del Salón Amarillo.

Por esta se acercó un hombre anciano, delgado y de ojos azules. Aegis caminaba con una mano en el estómago y medio cojeando por el dolor que quedaba tras haber recibido la puñalada.

—Eso es mentira —dijo el anciano con la voz quebradiza—, simplemente decidiste atacar a Guria para vengar a tus ancestros.

—¡Gracias Aegis! Y eso es —miró a Zío desafiante, él seguía impasible—. Mi causa de guerra es la Venganza de Sangre.

—La Venganza de Sangre —reía Gur con ojos ensombrecidos—. Solo se usa en caso de guerras entre familias y la familia Del Roble Negro surgió cuando se fundó la ciudad del mismo nombre.

—¡No sabes nada de mi familia, así que cállate! —gritó. Aquello era un insulto para el hombre, pues estaba en los libros de sus ancestros como habían cruzado por el norte, como el apellido Del Roble Negro ya estaba en boca de todos durante toda la odisea—; ¡la casa Del Roble Negro sufrió la Travesía Boreal que la coalición de La Mesa nos impuso!

—¡No hay pruebas de aquello! —gritó Aegis, logrando que el rostro de Brook enrojeciera de la cólera.

Corrió hacia el anciano, pero poco antes de que llegara, un par de elfos lo tomaron por los brazos y arrastraron hacia el centro del tribunal nuevamente, lo colocaron de rodillas y se mantuvieron ejerciendo presión para que no se levantara a atacar a nadie.

Pesadillas - Las Danzas del Verano (Ahora Sueños Vacíos - Profecías 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora