Your fucking Doll ~ Jeremike

Capítulo 38

"¿Más que amigos?"

Cuando salió a la luz y pudo reconocerme bien, corrió hacia mi, rodeándome con sus brazos, atrayéndome a su pecho cuidadosamente. Abrí los ojos lentamente para toparme con la persona que nunca imaginé... y era Doll.

¿Qué hacía ella aquí? ¿Y por qué me estaba ayudando?

Doll acarició mi cabello... ¿llorando?

Estaba de rodillas ante mi, mirandome en tal estado y sorprendiendose mucho de la sangre en el suelo.

Ella acarició mi fría espalda y miró hacia todos lados. Volvió a mirarme con una media sonrisa, sin mostrar los dientes y se sacó su abrigo, el cual era largo, perfecto para días de baja temperatura y me lo dio a mi, pasandolo por mis hombros y volviendo a abrazarme. De verdad que hacía mucho frío, la puerta de la casa, cabaña o lo que sea esto, estaba abierta, y el viento arrazaba con fuerza.

No pude evitar sonreír ante su gesto. Cuidadosamente, me levantó, agarrándome suavemente de la cintura y rodeando uno de mis brazos por su cuello, ayudándome a caminar, ignorando completamente la sangre que aún corría por mis piernas y parte de mi estómago.

La miré detenidamente, notando que no estaba muy abrigada ahora que no tiene su abrigo, ya que me lo dio a mi. Sonreí ante su gesto y ella me devolvió la sonrisa, pero la cambié inmediatamente por una de dolor al sentir una tensión en mi cadera, gimiendo adolorido.

Doll subió su mano, un poco más arriba de su cadera por si me lastimaba. Nunca tuve la oportunidad de conocerla bien, pero debo decir que tiene un alma generosa.

Quería suponer que Mike no le ha contado nada de lo sucedido entre nosotros a Doll. Me sentiría muy culpable y mal por ella.

Y recordé a Mike... por más que lo intente, no puedo quitarlo de mi cabeza, él era mi razón de sonreír, pero ahora se fue.

Cuando salimos de ese lugar, el frío nos golpeó a ambos. Era noche, tal vez las diez, y la luna estaba en su punto más alto. El cielo no estaba del todo despejado, pareciera haber nubes cumulonimbus.

No había nadie al rededor, sin mencionar que estábamos en medio de un bosque, en el que había mayoría de pinos y arbustos. Me estremecí al sentir que el viento resbalaba por mis piernas. Tenía mucho frío, aunque el abrigo de Doll era caliente, el cual, por cierto, era rosado.

Doll me agarró firmemente pero siendo cuidadosa y me llevó rápido a las afueras del bosque llegando a las calles, las cuales, sospechosamente, también estaban vacías.

No había nadie, estaban los faroles altos iluminando, pero todo estaba oscuro.

Dos luces comenzaron a hacerse presente ante nosotros, eran de un auto y estas se veían opacas, pareciera ser que un humo las tapara. Había una extraña neblina.

El auto, más bien camioneta, se detuvo unos metros más atrás. El tipo de la camioneta se bajó y rápidamente caminó hacia nosotros.

Era Mike. Las lágrimas corrieron por mi cara, intentando no mirarlo a los ojos, pero algo extraño en él me llamó la atención. La neblina no me ayudaba en nada a reconocerlo, pero notaba algo rojo en su cabeza.

Y ahí me di cuenta de que no era Mike, era Scott.

¿Scott? ¿Qué hace con Doll aquí?

Él me miró extrañado, pero sin dudarlo me ayudó a ir hacia el auto.

Me dejó en el asiento trasero, recostado y se sentó en el asiento del piloto, mientras Doll en el co-piloto.

Podía sentir la mirada preocupada de Doll en cada momento.