"Be quiet."
11:11 P.M.
Comenzó a sonar la alarma del despertador en el celular de Jeremy. Levantó su torso, agarrando su celular en sus dos manos, desactivando la alarma y fijandose la hora. Al haber visto la hora, suspiró odioso y se recostó otra vez, cerrando los ojos por unos momentos. Volvió a suspirar, esta vez más tranquilo y se levantó, saliendo de la cama para dirigirse al baño, tallandose los ojos con sus manos. Estaba realmente cansado, no había podido dormir a causa de unos gritos provenientes del vecino. No eran de placer, ni de dolor, más bien eran jadeos, pero estaba seguro que quería aferrarse a la idea de que eran solo de la televisión que el vecino dejó prendida, antes de pensar más en eso y enterarse que fue su vecina masturbandose.
Ese pensamiento envió un escalofrío hacia todo el cuerpo de Jeremy, estremeciendose repulcibamente ante esa idea.
Jeremy se miró al espejo y vio sus grandes ojeras. Lavó su cara y no la secó, debido a que entraría a bañarse. Quitó su ropa, que por cierto, a penas llevaba una remera larga y ancha y su bóxer, pero no más.
Entró a la bañera y se bañó lo más rápido que pudo. Este era oficialmente su primer día de trabajo y no quería dar una mala impresión a causa de la impuntualidad. Sabía que su jefe era estricto y no quería problemas con él ni con el trabajo.
Terminó su lavado y se retiró rápidamente con su usual toalla sujetada en la cintura. Agarró su celular y revisó la hora. Las 11:23. Estaba bien.
Buscó en sus cajones ropa interior, hasta encontrar su bóxer de conejitos (okno). Agarró su uniforme de trabajo ya a mano, colgado en una percha, planchado y limpio, como lo había dejado en el mediodía.
Terminó de cambiarse y se revisó una última vez en el espejo, viendo que todo estuviera bien y en su lugar. Volvió a su celular para fijarse en la hora. 11:45 P.M. Otra vez, estaba bien, pero debía apresurarse para llegar rápido y puntual.
Salió de su habitación y recorrió la casa hasta llegar al Garage, donde tenía guardado su auto, el cual le tiene mucho cariño, ya que se lo regaló su hermano a la edad de los dieciseis años. Sonrió al recordarlo. Le tiene mucho cariño a su hermano también, él ha hecho de todo por el bienestar de Jeremy.
Al cabo, reaccionó y entró al auto, luego de haber abierto y cerrado las puertas del portón, para ahora dirigirse hacia la pizzería, o mejor dicho, a su trabajo.
Jeremy estaba muy nervioso por su primer día, no sabía cómo la iba a pasar o que tan bien le iba a ir. Su mente se volvió en blanco al llegar, ya que ahora sabría las respuestas a sus preguntas.
Bajó de su auto y se dirigió a la entrada. Suspiró sonoramente, calmando sus nervios antes de entrar por la puerta (no pos, iba a entrar por el techo) y caminar rápidamente hacia donde debía ser su oficina. Pasó saludando a los encargados del lugar, que trabajan ahí hasta encontrarse al jefe. Lo saludó de manera amable y respetuosa, pasando de su lado, a un paso ligeramente rápido, tratando de evitar que se hagan notable sus nervios.
Entró a su oficina y vio todo oscuro, algo que le hizo estremecer. Su piel estaba como la de una gallina y sin tener una linterna, se adentra hacia la oficina, poniendo sus manos en frente, por si las dudas llegaba a tropezar o se chocaba con algo. Las manos de Jeremy tocaron algo peludo, pero duro. Paró en seco y tragó sonoramente, apuranso su paso hasta chocar con una mesa, soltó un jadeo de dolor pero rápidamente, manoseó toda la mesa hasta encontrar algo con forma de linterna. La encendió y se volteó bruscamente hacia atrás, con los ojos entrecerrados, pero se llevó una gran sorpresa al ver lo que estaba delante suyo.
Sus ojos se abrieron como platos y su boca estaba ligeramente abierta, aunque en su mirada se delataba confusión. No tenía idea por qué hacían esto así que solo sonrió confundido.
Estaban todos los guardias de seguridad delante suyo, gritando y silbando en modo de celebración. Todos estaban emocionados, riendo y soltando globos y confeti que tenían escondido detrás de la espalda.
-Jeremy, ¿te encuentras bien? -preguntó Mike en tono gracioso, riendo por la expresión que tenía él en su rostro. Jeremy sacudió su cabeza y los miró a todos, sonriendo y riendo al final.
-¿Qué es esto? -preguntó él, aún sin entender lo que pasaba, pero sin dejar de sonreír. Los demás se miraron entre ellos y volvieron su mirada al castaño, quien aún sonreía.
Se ve tan condenadamente tierno con esa sonrisa estúpida y ese leve sonrojo. -Pensó Mike, mordiendose el labio inferior. Jadeó ante un pensamiento erótico, por lo cual todos lo miraron extraños. Él tosió, disimulando, acercándose a Jeremy para empezar a hablar, pero Fritz le ganó.
-Es una celebración de bienvenida. Ayer nos enteramos que empezaste a trabajar aquí y quisimos hacer algo bueno por ti. -Sonrió. Jeremy sintió cómo sus mejillas volvían a arder, pero sonrió y asintió.
-Gracias, es algo lindo de su parte. Se los agradezco. -Dijo Jeremy, quién no paraba de sonreír, mientras que sus mejillas se volvían cada vez más rojas, debido a que sentía que lo miraban. Y así era. Cuando él volteó lentamente hacia uno de sus costados, lo vio a Vincent, observandolo perversamente.
En serio, había algo mal con ese hombre.
Y esto es todo:(
Sé que no es mucho, pero estoy muy cansada hoy, pero es el único día que tenía libre :v
K tal va saliendo¿¿¿''¿ ( ͡° ͜ʖ ͡°)
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Your fucking Doll ~ Jeremike
Fanfiction{EDITANDO} El Vinscott está en la novela también. ~*~ Dos hombres, follando por primera vez en medio de una noche invernal, con la sensación y el placer de querer algo más. Algo que ninguna persona puede darles, solo ellos, mutuamente. ~*~ Terminada...