Capítulo 4

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Tres meses más tarde.

15 de mayo. ya habían pasado seis meses desde la llegada de Niko a Rusia, la primavera le había dado una tregua a Volgogrado después de los meses del crudo invierno. Los días se mantenían en 26°C lo cual Nikolái agradecía. No había obtenido contacto con nadie de NY y Emma decía que no tenía nada de qué preocuparse, que pronto Vlad lo visitaría.
Ella era una chica muy madura, aunque tuviera sus momentos de berrinches.
Tampoco hay que negar que Niko, en sus primeras semanas, no hablaba ni salía de su habitación, se sentía como un extraño o un infiltrado en esa casa, pero poco a poco Emma lo obligó por las buenas a entablar y socializar, se puede decir que a ella le había gustado mucho la idea de hacer o asumir el papel de hermana mayor.

Se quitó el sudor con el dorso de su brazo y picó el balón mientras miraba a su oponente tratando de encontrar un lugar libre para encestar, corrió en dirección a la canasta, pero Igor le bloqueó el paso. A un costado estaba Sam así que le pasó el balón y fue él quien encestó.

- ¡¡Y la gente enloquece!!- Gritó Sam mientras hacía reverencias al público inexistente. -¡Gracias, gracias, muchas gracias!-Niko saltó a la espalda de Sam festejando la victoria mientras se burlaban de "los viejitos"

- ¿Escuchas eso Igor? -Preguntó Niko colocando una mano detrás de su oreja como lo hacen los adultos cuando no escuchan bien. -Es el sonido de mi victoria. -Se bajó de Sam y éste tomaba el balón del suelo de la cancha que había en el jardín trasero de la casa.

- Espera, si quieres te damos la revancha. -Propuso Sam entregando el balón.

- Yo paso. -Dijo Igor tomando camino a la casa.

- Bueno... Yo tengo clases de Remo en media hora así que también paso. -Niko estaba emocionado por su primera clase, ya que hacía tres meses que se había inscrito al club, pero fue hasta ahora que iba a poder entrenar- por las obvias razones de que antes estaba en época de invierno y los canales del río donde entrenaban a los novatos estaban congelados.

Sam miró a Ilya desafiante. - ¿Un partidito mano a mano? -Preguntó picando el balón.

- No. Ya estoy cansado y....- Fue interrumpido por los cacareos de Sam que lo provocaba con burla.

- ¡¡Vamos!! No seas gallina. – Desafió y el mayor sonrió aceptando el reto. Ilya también se había acostumbrado a la presencia de Sam, quien andaba todos los días detrás de Niko. Era extraño ver como obra el destino y de alguna forma terminaban trabajando juntos.

Jugaban, aunque no llevaran la cuenta, sólo era para ver quien retenía el balón por más tiempo, cuando Niko salió de la casa estuvo a punto de ofrecerse para llevarlo a su clase, pero lo vio con su patineta -skate le había corregido el chico- y él sabía que no aceptaría, ya lo había intentado varias veces recibiendo una rotunda negación de éste excusándose de que podía transportarse sólo.

El chico parecía haber cogido comodidad en la vida de Volgogrado, en la casa de Igor Petrov y en el instituto. Vladimir había planeado que Niko tuviera una vida a escondidas de Ivan Gregory hasta que cumpliera mayoría de edad para asumir el cargo de Pakhan, bajo la tutela de Igor Petrov, antiguo Unikalnye, creía que el chico podía formarse con fuertes bases como fue el caso de Luka, el favorito de Misha e Ivan.

Ilya picó el balón y lo vio alejarse a su clase, el chico pasaba sus días participando en distintos equipos de deportes del instituto que no le sorprendía la musculatura que estaba ganando.

***

Akilah

El ruido del despertador sobre la mesa de noche sonaba cada vez más fuerte a medida que el tiempo pasaba. Cuando Akilah intentó extender su mano para apagarlo algo se lo impidió, el pesado cuerpo de Markov se abrazó a su cintura y enredó sus piernas con las suyas, abrió los ojos, sorprendido encontrándoselo a centímetros de su rostro.

HEREDERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora