- ¿Va a ordenar algo más? -Preguntó la mesera de aquel bar de mala muerte.
- No, gracias.
Markov llenó el vaso, bebió y volvió a servir. Se sentía patético ahogando sus penas en alcohol, pero no tenía el valor para seguir los consejos de Luka.
Además ¿Cómo podría volver a ver a la cara a Akilah cuando prácticamente lo había abandonado? Al fin el pobre había avanzado y se había decidido, habló sobre lo que lo aquejaba, pero él no se detuvo a escucharlo, aún no quería hablar sobre él, tenía miedo.
Demonios.... Ya la he cagado.
La noche transcurrió con la nariz de aquel deprimido hombre dentro del vaso, el cual parecía no tener fondo, siempre lleno desbordante de alcohol.
- Ya vamos a cerrar señor. -Informó la mesera. - ¿Necesita que le llame un taxi? -Preguntó preocupada.
- No, no, aún estoy bien. -Respondió con su lengua algo dormida y se puso de pie. -Esto es por las molestias. -Le entregó cien dólares y besó la mejilla de la mesera algo perdido.
La mujer ni se inmutó por esa acción, había recibido peores cosas como mesera de aquel lugar y ese inofensivo beso no se comparaba con las incontables propuestas indecentes de borrachos, los insultos y bofetadas en las nalgas al pasar enfrente de las mesas a atender.
- Señor, la botella que compró sólo cuesta veinte dólares. – Dijo extrañada.
Markov no hizo caso a la mesera y se encaminó fuera del local, subió a su auto decidido a ir por Akilah. Pareciera que el alcohol le había dado el valor que le faltaba para actuar o tal vez no lo dejaba pensar y razonar sus acciones. La cuestión era que una felicidad lo motivaba y lo inundaba de confianza.
Encendió la radio donde sonaba Haigh way to hell ac/dc y comenzó a golpetear el volante al ritmo de esa canción. Esquivó a todo peatón que se cruzaba en su camino, por no decir que era él quien cruzaba en rojo.
Estúpidos peatones.
Al llegar al departamento, le lanzó las llaves de su auto al valet, se adentró al ascensor y presionó el botón del piso correspondiente.
Se arregló el cabello en el espejo del interior mientras tarareaba la canción pegadiza de la radio de su auto. Al llegar a la puerta del departamento, no se hizo esperar y golpeó llamando a la puerta. Había considerado solamente entrar y ya, pero recordó que Aki debía estar molesto con él y prefirió golpear, pero... al no recibir respuesta, el joven ebrio comenzó a golpear insistente.
- Aki, cari- hip- ño, abre la puerta... Akilah no me -hip- dejes afuera cariño. -De la felicidad paso a sentir una densa tristeza que opacaba toda la confianza y provocaba que lágrimas se acumularan en sus ojos y a punto estuvo de dejar que corrieran por sus mejillas cuando la puerta se abrió dejando ver al mismo Luka, escondido en las penumbras vistiendo sólo un bóxer blanco y su cabeza que parecía una maraña de cabellos desordenados.
- ¿Markov.... sucede algo? -Preguntó rascando su nuca tratando de despertarse con aquella acción.
- Eyy... ¿Dónde está Akilah? ¿Porqué -hip- no atendió él? -Demandó saber algo alterado.
- Shhh ¿Puedes hacer silencio? Connor está durmiendo. -Pidió en susurros, claramente molesto. -Él no está aquí.
- ¿Cómo? ¿Dónde está? ¿Adónde fue? ¿Porqué? ¿Con quién? ¿Con que motivó, causa, razón? -Inevitablemente Markov se desesperó y las lágrimas volvieron a sus ojos.
- Tranquilízate. -Pidió Luka al ver la reacción de su amigo... pero no supo darse cuenta el motivo. -Se fue a casa de sus padres todo el fin de semana, dejó una nota... ¿A dónde vas? ¡¡Markov!! -Al ver que no pensaba volver, se encogió de hombros y volvió a recostarse abrazado al cuerpo desnudo de Connor.
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HEREDERO
Teen Fiction[Segunda parte de THE BRATVA] Luego de los terribles acontecimientos, debe surgir el orden. Nuevos personajes, engaños y sentimientos encontrados. Una vez más la lucha por mantener los negocios y el puesto de Opekun será el centro de disputas. La m...