Aparqué la moto de Thomas al lado del hospital y pensé contenta que no tendría que volver a entrar en mucho tiempo. Así que entré y subí corriendo la escalera a saltos. Justo antes de entrar me encontré con Tasha, que me sonrió.-Buenos días, Tasha-la saludé sonriendo; le había cogido cariño.
-Buenos días, Bri-me dijo ella afectuosamente.-Thomas está terminando de hablar con el médico, pero enseguida le dejarán salir.
-Dios, por fin-parecía que habían pasado siglos, y quise entrar, pero Tasha me lo impidió.
-Antes de que entres, Bri-me explicó-quería darte las gracias otra vez. Por todo; por querer a mi hijo, por estar a su lado, tanto en las buenas como en las malas. ¿Sabes?-me dijo-constantemente se acercan a mi familia un montón de personas, y cuesta diferenciar a las que de verdad valen la pena. Contigo mi hijo no ha tenido dudas; él...es joven, su carrera está despegando, y le cuesta aceptar las cosas malas. Pero cuando os vi abrazaros el otro día...no sé como explicarlo-sacudió la cabeza.-Sé que te quiere mucho, y te doy las gracias por quererlo tú también.
Yo no sabía qué decir, así que la abracé. Cuando nos separamos, vi que los ojos, esos que eran iguales a los de Thomas, estaban llorosos, y me conmovió.
-¿Lista para salir de este hospital?-preguntó con voz alegre.
-Llevo estando lista desde hace tres semanas-bromeé, haciendo que riera, y las dos entramos en la habitación.
Thomas estaba ya vestido y sentado en una silla, con una muleta en el suelo. Mark estaba a sus lados, y le médico les hablaba con voz tranquila.
-...poco esfuerzo. Por eso debe intentar apoyar todo su peso en la maleta cuando ande hasta que pase, como mínimo, una semana-concluyó el médico.-Por lo demás, todo está en orden. Le felicito por esa recuperación tan rápida; es una de las pocas que hemos visto y estamos impresionados. Mucha suerte-dijo, y le estrechó la mano a Mark y a Thomas.
Thomas enseguida se levantó y andó lo más rápido que pudo hacia mí.
-Que bien te has acostumbrado al uniforme, ¿no?-se burló él.
-Menos coñas, Thomas-dije, y le di un golpecito en el hombro.-Sigo odiándolo a muerte.
-Pero si estás de muerte-me dijo, y yo negué con la cabeza, pero no pude evitar sonreír.
-Tengo que llamar a tu hermana-dije mientras todos esperábamos en el ascensor. Saqué el móvil y marqué.
-¿Ava?-pregunté.
-¡Bri! ¿Qué tal?-se le notaba agitada.-¡Ya ha salido, ¿verdad?! ¿Está bien? ¿Qué ha dicho el médico?
-Mejor te lo paso y que te lo explique él, porque yo soy muy torpe y para entender medicina me falta medio cerebro-bromeé.-Thomas, Ava está al teléfono.
Thomas lo cogió rápidamente:
-¡Hola, hermanita!-y rió con algo que le dijo Ava.
-Entonces, ¿van a dejar a Ava venir a verlo?-les pregunté a sus padres.
-Lo hemos estado hablando y sí-me contó Mark.-Llega mañana por la mañana, así que pasaremos el día en familia y después nos iremos los tres de vuelta. Hoy terminamos de grabar aquí.
-Menos mal, porque el servicio del set es horrible-bromeó Tasha, aunque se le notaba que no quería separarse de su hijo.
-Bueno, si lo echan de menos, recuerden leer nuestro "periódico favorito"-dije, poniendo comillas.
-Sigo pensando que deberíamos demandarlos-insistió Mark.
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Nunca digas sí a la primera (Thomas Brodie Sangster)
Teen FictionBri es un hueso duro de roer; ni siquiera un cambio de instituto y de vida la asustan. ¿Qué pasará cuando un guapo actor se cruce en su camino?