CAPÍTULO 31

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 Al llegar arriba de las escaleras, en el tejado, vi un huevo gigante pintado con la bandera inglesa. "Qué tonto está", pensé sonriendo, y al abrirlo vi un tarro gigante de Nutella y un jersey precioso blanco donde ponía en negro Keep Calm and be england (mantén la calma y sé inglés).  Cuando cogí el jersey, un papel se escapó de él. Ponían las siguientes palabras:

Una paliza aquí nos diste,

aunque peores momentos pasamos,

como cuando hasta el fuego andamos,

después de un tinte bien echado.

¡Ki! ¡Mi coreanito! Sí es verdad que hemos pasado por muchas cosas, pero...¿una paliza? ¿En la pista de tenis? No, creo que estaba en mi equipo. Entonces, ¿dónde coño? ¡Ostia! ¡Claro, en el gimnasio, donde les ganamos al baloncesto!

También fue el mismo día que me castigaron y casi me libro de la cita con Thomas. Fue el primer día en el internado, cuando pensaba todavía que necesitaba que me expulsaran. Como han cambiado las cosas desde ese momento...

 Entré en el gimnasio, pero no vi nada. ¿En serio me van a hacer buscarla? Venga, Bri, no seas vaga y piensa. Tiene que ser algo relacionado con el baloncesto. En la canasta no estaba, tampoco en los vestuarios, hasta que al final encontré el huevo con la salsa coreana que me prometió, una lente nueva para la cámara y unos cascos en la cesta de las pelotas. La siguiente pista era muy sencilla:

Entre libros me escondo

para ocultar mi pasado,

y este sitio también ayuda

con los deberes atrasados.

Sonreí; no era muy difícil adivinar a Hennie y su querida biblioteca ahí. Cuando llegué, me recibió un huevo con la serie de libros After, que quería desde hace tiempo, y la siguiente pista, que me llevó hasta la cocina con el regalo de Kaya, un precioso vestido rojo con tacones, y una pista un poco rara que decía lo siguiente:

Aquí espiamos

al que ahora amas

porque las aventuras

el doble de divertidas serán cuando las compartas.

No había que ser un genio para saber que era de Dylan, pero...¿donde espié? Yo no he espiado nunca a nadie. ¿Se referiría a cuando lo aconsejé con Kaya? Fui a esa parte del césped, pero no había nada. Registré las escaleras, los arbustos, y hasta pensé en subirme a un árbol, pero no creo,¿no? No podía ser tan difícil.

Me senté en la escalera, y me puse a pensar. A ver, está claro que tiene que ver con Dylan, y si pone "espiamos", somos él y yo. Al que ahora amas...¡ya está! ¡En la cafetería donde vimos a Thomas morrearse con Mabel!

 Fui a la puerta. ¿De verdad tengo que ir andando hasta allí? ¡Voy a tardar la vida! ¡Qué capullos!

 Al cruzar por el aparcamiento, me fijé en el coche de Dylan.¡Si tuviera las llaves...! De repente, mi colgante brilló y se reflejó en algo que había en el parabrisas. Me acerqué para ver, ¡y fíjate tú por donde, eran las llaves! Seguro que las habían dejado allí a propósito, para que no tardara. Mira que conocían mi vaguería. O eso, o habría que darle una colleja a Dylan por irresponsable.

 Conseguí arrancar sin estrellar el coche, y enseguida me puse en marcha. Vi todos los regalos que tenía, metidos en una bolsa gigante que el práctico Ki me había regalado; era preciosa, rosa con dibujos de planetas, estrellas fugaces, astronautas (la bolsa, no Ki :). A ver, Bri, piensa, ¿qué coño has hecho para tener unos amigos tan fantásticos? ¿Y qué has hecho para volverte tan sociable, si antes no se te acercaba ni el cartero?

Nunca digas sí a la primera (Thomas Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora