CAPÍTULO 22

578 32 4
                                    

-Eres una tramposa-frunció el ceño Dylan.

-No es hacer trampas, la trampa estaba allí-me encogí yo de hombros.

Todos estábamos comiendo bocadillos cerca del río. Después de que Thomas y yo llegáramos con la bandera, decidimos irnos todos cerca del río, donde había agua y sombra.

-¿Cómo te eliminaron a ti, Hennie?-pregunté.

-Hice algo parecido que tú-explicó ella.-Hice que Kaya pisara una trampa, pero calculé mal la distancia, y también me salpiqué yo.

-Guau, qué mala suerte, amiga-reí yo.-¿Y qué castigo van a tener los perdedores?-reí.

-¿Castigo?-palideció Dylan.

-¿Qué castigo?-balbuceó Will.

Yo reí a carcajadas.

-Os está tomando el pelo, tíos-indicó Ki sonriente.

-Pues claro, ¿después de lo que habéis organizado por mí?-dije, y los abracé muy fuerte.

-Bueno, mejor nos vamos ya, ¿no?-dijo Kaya.

-Vale. Te vienes en mi coche, ¿no?-le guiñó el ojo Dylan, y ella rió.

-Genial, pero os dejo mis llaves para que os vayáis vosotros en el mío,¿vale?-dijo Kaya.-Bri, te dejo al mando.

-En realidad, Bri se viene conmigo-dijo Thomas de repente. Yo sólo asentí.

-Mmmm...está bien-dijo Kaya, y nos miró con una mirada que hizo que me riera.-Hennie, tú te encargas de llevar mi coche, ¿okey?

-¿No confías en nosotros?-sacó pecho Cameron.

-¿Honestamente?, no-respondió ella.

-Anda, vámonos antes de que hieras más mis pobres sentimientos-se hizo el dolido Ki.

Kaya le tiró un beso y se fue con Dylan.

-¿Cuándo te he dicho que me iba a ir contigo?-le pregunté a Thomas cuando nos quedamos solos.

-¿Qué pasa, no quieres ir conmigo en mi moto?-preguntó Thomas, y me guiñó un ojo.

-Quién sabe, a lo mejor eres peor conductor que Kaya-dije yo.

-No seas tonta, Bri-sonrió él-nadie es peor conductor que Kaya.

-Bien, en eso te doy la razón, casi vomito mi desayuno esta mañana-le dije, mientras me levantaba.

-Uff, una vez yo me monté con ella, y si vomité-asintió Thomas.-Era asqueroso; estaba por todas partes, verde y...

-Thomas, querido-dije.-Acabo de comer, no quiero saber nada sobre vómitos.

-Pero si ya me has visto vomitar-dijo dándome un golpecito en el hombro.

-No me lo recuerdes-gruñí, y él río mientras se subía en su moto.

-Sube, Babi-murmuró él.

-No me des órdenes, Hache-dije yo mientras me montaba detrás de él.

Thomas rió, y arrancó. El viento nos daba en la cara, pero era increíble. Nunca había montado en una moto, pero ¡qué pasada! Parecía como si volaras. Iba agarrada a la cintura de Thomas, pero solté un brazo y lo levanté, dejando que me diera la brisa en él. Escuché a Thomas reír, y yo reí con él.

Pronto nos paramos. Bajé y miré a mi alrededor; estábamos en un mirador, donde se veía la ciudad a lo lejos. Era muy bonito.

-Lo admito; te lo has currado Sangster-dije yo.

Nunca digas sí a la primera (Thomas Brodie Sangster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora