Los Príncipes Fatal y fortune

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El Príncipe Fatal y el Príncipe Fortune

Por Madame Le Prince de Beaumont cuento
cuento 15.

Francés

Había pasado ya barias noches sin que los vecinos de Acuario asistieran a escuchar por las noches los cuentos del Caballero de Acuario, esto era por que los niños terminaban exhaustos de sus estudios, además porque, Sebastián y Cid no encontraban el tema de un cuento que valía la pena ser escuchado por el tío Camus, hasta que Cid, le pregunto a su padre Shura que regresaban de la escuela de Rodorio, junto con Gesit.

- ¿Padre que cuento le puedo pedir a tío Camus ha pasado mucho tiempo y no tengo alguno?

-Cid porque no le pides el cuento que hable de la fortuna, el sabe una infinidad de cuentos y te aseguro que no nos dejara con un mal gusto.

Pasaron las horas tan rápido que Cid estaba emocionado por lo que fue por Sebastián y adelantándose para ir con Camus y sus dos hermanas Colett y Aurora.

Al llegar a la casa de Acuario se encontraron la sorpresa que la Srta. Saori estaba platicando con Kanet y Con Violeta la esposa del patriarca.

-Buenos noches. - Dijo Cid - Esta el tío Camus.

-Sí, si vengan está en la biblioteca. Aurora empujo a sus dos hermanos y jalo a Cid y Sebastián.

Los adultos solo los miraron que iban en busca del francés. -Esos niños ¿Qué es lo que pretenden los veo muy sospechosos?

-Nada malo eso creo. Contesto Kanet. -si se tratara de Milo, Camus y Shura estuviera muy preocupada a esa edad los tres me sacaban canas, cada rato se metían en problemas. Dijo Violeta.

-Ja ja me alegra que esos niños se interesan en la cultura de cuentos olvidados, solo espero que así, no sean olvidados. Saori dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Mientras en la biblioteca, el pequeños grupo de niños se acercaron en silencio encontrando al ojos zafiro leyendo un libro a un lado había una carta que era de su suegro Hades.

- ¿Padre? ¿Interrumpimos? -Hola niños no los sentí llegar ¿Qué pasa? -Hola tío Camus, ¿hoy nos podrías contar un cuento? -Claro, creí que ya se habían fastidiado. -No tío es que dejan mucha tareas en el colegio y terminamos muy candado. Dijo Sebastián.

-Ya veo y ya pensaron ¿Qué cuento quieren les cuente? Recuerden lo que les dije ya escogieron ellos les falta a ustedes.

-Si tío uno que hable de la fortuna, ¿te sabes alguno? -Si claro mi padre cuando vivía en Francia me platico uno.

-Pa... cuéntanoslo.

Dijo Aurora sentándose en el regazo de su padre, Colett, Camus, Cid, y Sebastián se sentaron en un sillón.

-Bien este cuento es originario de mi país natal.

Había una vez una reina que tuvo dos hijos. A un hada, buena amiga de la reina, le habían pedido que fuera la madrina de los príncipes y que les hiciera algún don.

-Le concedo al mayor. Todo tipo de desventuras hasta la edad de veinticinco años, y le pongo por nombre Fatal. Dijo la hada.

Al escuchar esas palabras, la reina lanzó grandes gritos y conjuró al hada a que cambiara aquel don.

-No sabes lo que pides si no es desventurado, será perverso. Le dijo el hada a la reina.

La reina no se atrevió a decir nada más, pero le rogó al hada que le permitiera elegir un don para su segundo hijo.

Camus, Cuenta CuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora