Cuento de las mentiras

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Cuento de las mentiras

cuento popular Egipcio

Es tarde en los cinco niños están emocionados en Acuario en la sala esperando su visitante, Mascara de muerte al igual que otros dorados suben las escalinatas, manteniendo una cierta distancia en no mencionar quien contara el cuento de hoy. Esta vez todos llevan como la primera vez bocadillos y diferentes bebidas esta vez, los gemelos han cambiando de bocadillos como galletas dulces a Verdura hervida y en lugar de refrescos agua natural de fruta.

Algunos les hacen burla a sus espaldas pero en realidad los admiran por el cambio positivo de los dos hermanos.

En minutos después que todos esperaban Saori ingreso riendo con Perséfone y el espectro Faraho de Esfinge, en cuanto lo vieron los cinco niños corrieron con fuerza gritando, Faraho sin saber lo que se le avecinaba rio creyendo que los niños se detendrían, pero no fue así fue tacleado por los cinco la casa de acuario retumbo en una sonora carcajada por los dorados al ver que los niños no lo soltaban. -Tío, tío. ¿Por qué no trajiste a Cerbero? Se quejo Colett. -No lo traje por que no es mío es de tu abuelo.

- ¿Señor Faraho que cuento nos va contar? Sebastián pregunto.

-Uno que es originario cerca del rio Nilo en el Cairo, pero eso será cuento me dejen levantar. - ¡Perfecto! Unisonó entre Camus, Cid y Sebastián.

-Hoy tendrá una gran audiencia que sabe escuchar cuentos. Se lo puedo asegurar. Comento Cid. -Si ya me habían contado que todos se reúnen todas las noches aquí para escuchar a Camus, no se preocupen vengo preparado.

Al momento que entraron primero las dos diosas el lugar guardo silencio. -Caballeros buenas noches. - ¡Buenas noches! El lugar se escucho el coro de todos los presentes.

Faraho al no saber que se encontraría solo dijo. -Hola, linda noche.

-Genial Faraho, bienvenido seas. -Camus lo invito a pasar. -Deseas beber algo. -Si un poco de agua, solo eso.

- ¿No se te antoja mejor agua de mango? Lispe dijo. -Si claro, por que no. Como acto seguido vio que sirvió cinco vasos de agua y entrego a él.

-Faraho, cuando quieras puedes empezar. Comento Aldebarán.

-Sí, gracias Aldebarán, no me imagine que hasta el Patriarca estuviera aquí.

-No siempre, lo estoy solo cuando vale la pena oh pueda. Contesto el peli verde.

-Faraho, si crees que alguien te molestara, no te preocupes aquí todos vienen escuchar no hablar. Aclaro Aioros.

-Gracias, por decírmelo, bueno les contare uno de los que más me gustan, por desgracias este cuento ya está siendo olvidado.

Dijo al momento que se sentó en una silla casial frente de todos en especial de los más pequeños del Santuario. Cautivando alpequeño bebe de Aioria y Marín, que estaba inquieto, y poco después que inicioel cuento se tranquilizó

Todos los días el hombre bajaba al río a pescar y luego vendía los pescados en el bazar, la ganancia alcanzaba para las comidas diarias. Pero una mañana el pescador se sintió mal y no quería levantarse.
-¿No irás a pescar hoy? ¿Y de qué viviremos? ¿Qué comeremos? ¡Levántate! Yo llevaré el canasto y la red. Le preguntó entonces su mujer.

De modo que ese día fueron los dos al río y pescaron un buen rato en los acantilados cercanos al palacio real. Casualmente el rey miró por una de las ventanas que daban al mar y vio a la mujer. Quedó asombrado y se enamoró perdidamente de ella. Llamó al visir y le dijo.
-¡Oh, visir! Vi a la mujer del pescador y me enamoré de ella. Es tan hermosa como la luna en su noche de plenitud. ¡Por Alá!, en todo mi palacio no hay ninguna que pueda competir con su belleza. ¡Debe ser mía!
- ¿Y qué piensas hacer, oh rey? -Preguntó el visir.
-Debemos hacer venir al pescador al palacio y matarlo. Así podré casarme con su mujer. Contesto el rey.
- ¡Por tu honor, oh rey! No puedes matar al pescador sin que haya cometido ningún crimen. Objetó el visir.

Camus, Cuenta CuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora