Mito de Selene y Endimion

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Selene y Endimion

En las calles de Rodorio se encontraban Colett, Camus y Aurora se dirigían a la heladería de su abuela Violeta no era muy lejos relativamente de la casa de los dioses del invierno y la heladería, los tres caminaban muy animosos porque su abuelo Shion les había llamado para que fueran a conocer una princesa como la señorita Saori. Quien había viajado desde Japón para ir a saludarlos. Al llegar en la entrada de la heladería a Colett se le hizo muy extraño que desde adentro se escuchaba unos lloriqueos de una chica pidiendo más.

Al entrar los tres pequeños hijos del acuariano entraron mirando el origen de los gritos allí pudieron ver una joven de coletas rubia y un joven de cabello negro. Violeta quien preparaba una malteada vieron a su abuelo por ultimo entregar el cambio a una de sus clientes les llamaba.

–Chicos vengan les presentare alguien especial. –Colett con su peculiar don se adelanto cortando la emoción de Aurora enojándose con ella. –Si abuelito quiero conocer a la princesa de la Luna o milenio de plata. –Dicho eso Camus intentando ser discreto se alejo de su hermana, la más pequeña, pero todos se dieron cuenta el acto de intentar congelar a su hermana mayor pero Violeta al notarlo salto del mostrador sosteniéndola de atrás con un abrazo diciendo.

– ¿Que es lo que te eh dicho? –No con la familia, no con los que no saben usar cosmo, no en la escuela. –¿Ya te puedo soltar? –SI, abuela no congelare a Cotett.

Los presentes vieron como Violeta soltaba poco a copo a la más pequeña de la onceaba casa del Santuario. Shion le tomo la mano y guió hasta la mesa cuando vio entrar al guardián de la onceaba casa tapándose la boca a causa de un bostezo.

– ¿Cansado? –Shion dijo con una risa ligera. –Sí, y aun no llego a casa con mis torbe...li...nos... pero si están aquí, ¿A caso vinieron por mas helado del que tenemos en casa?

–No, papá, papá mira quien está aquí. –Colett jalaba de su saco y apuntaba a la pareja. – Ellos son. ¿Serena? ¿Darién? –Hola Camus ¿Cómo has estado? Que gusto verte el peli negro se levantó de su asiento reverenciando y terminando saludar de la mano. –Tanto tiempo que no, nos vemos. –Dijo Camus. –Hola Camus ¿Y dónde está Skdy? –Debería estar en casa. –Camus. –Lo está pero dijo que hoy quería relajarse dándose un baño por que hoy fue un día my estresante en el hospital. –Dijo Colett.

–Buuu... yo que la quería saludar nosotros que venimos a conocer a los hijos de los dorados y saludarlos y a ella no la veré... –Se quejo la rubia.

–Padre ¿Por qué no vas por mamá? –Sí, creo que sí, si se entera que andaban por aquí me ira peor que andar en un desierto.

–Entonces anda, anda no pierdas tiempo. –Serena quito de la mano el portafolio y saco a empujones al dorado.

Ella regreso riendo sacudiendo sus manos. –Ahora si ustedes son sus tormentos y digan me porque. –El, te lo esplique las dos hermanas apuntaron al hermano que andaba ya en las neveras sacando una paleta. Camus al ser cachado en su incursión tuvo que dejar y fue con una sonrisa falsa para que no regañaran.

–Hola soy Camus el hermano mellizo de Colett. –Hola mucho gusto Camus. –Contesto Darién. –Ella es Aurora. –Apunto a la pequeña que Shion estaba por cargar a la más chica.

–Nos dices tormentos por que en la primera era nosotros tres fuimos sus hijos igual manera. Porque si como usted representa la luna mis padres el invierno nosotros representamos la tormenta la Helada y la Aurora boreal. Colett era la tormenta Aurora como la Aurora y yo la helada. – ¡Qué Lindo! Si Rini se portara así de educada seria otra cosa. –Serena cambio de su rostro alegre y feliz a uno decepcionado y amargo. 

Camus, Cuenta CuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora