Capítulo 7: Rumores.

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Nota importante al final...


Capítulo 7:

Rumores.



JaeJoong:


También lo conozco.

Ese chico me es familiar, ese pelirrojo es... ¡es el mismo hombre que me encontré hace poco! Lo vi hace unos minutos, cuando salía apresurado de la universidad en busca de mis dibujos. Aunque no importa si lo he visto antes o no, porque en realidad no sé nada de él. Sólo su nombre. HeeChul, si no mal recuerdo.

Pero el reencuentro con el semidesconocido pelirrojo y toda esta confusa situación no disminuye mi enfado al ver a YunHo abrazado con este chico. Es decir, ¿quién es él como para estar tan pegado a mi YunHo? ¿Qué tipo de relación tienen ambos?

Mi lenguaje corporal dice cuán incómodo me encuentro, estoy seguro de ello. Yun se mantiene impasible, como si mi presencia no le causara la más mínima alteración nerviosa. Como es en mi caso, al posar mis ojos en su persona.

El carraspeo de la garganta del guapo Jung rompe el silencio.

—Como sea. Vámonos HeeChul —dictamina él como si yo no fuera importante, o peor, como si no existiera.

YunHo toma al pelirrojo del brazo y lo jala para que se dé la vuelta, con la intención de llevárselo junto a él, lejos de mí. Debo permitir que se marchen, lo sé. Pero no puedo... mi cuerpo tiene mente propia, se mueve en contra de mi blanda voluntad y los sigo.

—YunHo, espera —esas simples palabras se me escapan, al tiempo que detengo a la razón de mis desvelos por uno de sus hombros, del cual tiro con fuerza para impedir su huida—. ¿Qué significa esto?

Él se sacude, quita mi mano se encima y me encara con la furia destellando en sus orbes.

— ¡Dejame en paz, maldita sea! ¿De qué manera te hago entender que te desprecio? —escupe los improperios entre dientes, con expresión seria, gélida. Hiriéndome de todas las formas existentes.

Soy incapaz de responderle. Me he congelado. YunHo interpreta mi falta de contestación como un buen signo y se va acompañado de aquel hombre. No es hasta que los veo perderse a la distancia, que me percato de las miradas inquisidoras de varios alumnos de la facultad. Los tres nos encontrábamos a unos metros del portón de entrada del recinto, era obvio que muchos se detendrían a observar el pequeño alboroto.

Camino como si nada pasara, me dirijo a mi clase con la maestra Jazmín. Avanzo altivo, como si ante mí se extendiera un dilema insignificante. Tengo que entregar mi trabajo. Llego al salón de la profesora justo a tiempo. Le sonrío a la docente con galantería de marmol cuando le presento mis creaciones, fingiendo que me encuentro en perfectas condiciones. Tengo que volver a la realidad. Actúo como siempre, confiado, engreído, porque tengo que distraerme de este dolor que atraviesa mi pecho. Tengo que dejar de soñar con imposibles. Tengo que alejarme de él de una maldita vez. Debo forzarme a mí mismo. Tengo que hacerlo, para no llorar.


*º*º*


Mis clases han terminado por hoy. Me hallo platicando con mis amigos en el restaurante Phamtom, los cuatro estamos situados en una mesa con vista a la calle, gracias al enorme ventanal a nuestro costado. Aunque claro, sólo estoy sentado a su lado como adorno, porque los únicos que hablan son ellos, quienes a penas reparan en mi extraña seriedad, por el momento. Nunca me comporto distante; no con ellos. Pero la cuestión no es esa, el problema es... el ser consciente de mi propia estupidez.

¡Ámame!  [YunJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora