Capítulo 13: Recompensa & Castigo.

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¡Advertencia!

Escenas explícitas, por favor de no leer en un lugar concurrido o con chismosos. Ustedes me pudieron saber lo que sucede con HeeChul después de ir a reconciliarse con Han, así que...

Luego no digan que soy una pecadora del demonio por escribir lemon así de explicito. Sepan que también a mí me dio vergüenza escribir esto en medio de un lugar tan concurrido como mi trabajo o afuera de mi trabajo a la hora de la comida.

Pero a pesar de todo, espero lo disfruten.

Dedicado a @vampierekiss,
ella que nunca deja de enviarme mensajes para saber si sigo viva después de notar que me ausento durante más de dos semanas.


Capítulo 13:

Recompensa y Castigo.


18 Horas antes.

HanGeng:

El ruido de la puerta al cerrarse, seguido por la visión de una delgada espalda a unos pasos de mí, me indica la llegada del momento perfecto para actuar. Me acerco a él de una zancada, animándome a tomarlo de la mano de inmediato. Hee al reconocer mi toque, se voltea y me rodea con sus tembrorosos brazos. Le correspondo el abrazo, porque su calido cuerpo es todo lo que siempre he querido.

Deshago nuestro enredo, encarándolo con la única intensión de besarlo. Y así lo hago. Heenim me regresa el roce con una pisca de torpeza, cosa rara en él, rey de la confianza. Sus labios están salados, por su llanto casi evaporado. No puedo permitir que llore otra vez, nunca más.

Recorro su boca con mi lengua, causándole estremecimientos involuntarios. Él enreda sus brazos en mi cuello, presionándome contra sus labios, exigiendo más profundidad; yo rodeo su estrecha cintura con mis brazos, sin la menor intensión de dejarlo ir otra vez. Presiono mi boca contra la suya, lo estrecho contra mi pecho y por un segundo tengo la sensación de sentir el acelerado palpitar de su corazón sincronizarse con el mío. Después de algunos minutos de intensa intimación bucal, la falta de aire se vuelve exigente. Cuando separo mis labios de los suyos se oye un suave sonido de succión, delatando nuestra renuencia a separarnos.

—Vamos —le digo, en un tono bajo.

Él me mira desconcertado, todavía un poco aturdido por el beso. Le tomo la mano y como si se tratara de un niño pequeño, lo llevo hasta mi coche, a unos metros de distancia, cerca de las pequeñas escaleras de entrada. Él me sigue sin decir nada, otra reciente actitud extraña en él, que no le gusta quedarse callado tanto tiempo.

Quito la alarma con apretar un botón en mi llavero, consciente de la audaz idea que planeo llevar a cabo. Mientras abro la puerta del acompañante tengo la sensación de estar más desesperado de lo normal. HeeChul sube; yo cierro la puerta con cuidado y rodeó el auto, internándome en él tras situarme al lado del conductor.

Estar sentado en aquel cómodo automóvil con un inusual silencio de por medio me dio la impresión de estar haciendo algo malo. Pero todo el ambiente se disuelve al ser atravesado por su voz.

—Te extrañé... más de lo que creí —murmura Hee, con las mejillas teñidas de rosa.

Una sonrisa se me escapa. Volteo a verlo y me encuentro con su hermoso rostro serio.

—Yo también, no sabes cuánto.

Las palabras sobran de nuevo. Porque ya todo fue dicho, una hora antes. Me inclino sobre la palanca de cambios, alcanzando así los labios de mi prometido. Él también se acerca, abriendo la boca para recibir la mía, abrigando mi lengua con su semejante.

¡Ámame!  [YunJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora