Marcus
Después de terminar de cenar con Alexander y Lance, me despido de ellos y me voy a la fraternidad.
Hoy, por suerte, fue un día bastante bueno, mejor de lo de siempre. Finalmente, le quitaron ese yeso a Alexander y ahora sí, podrá tocar el 31.
Me había dicho que ya tenía planeado varias canciones para el día del pequeño concierto de él, por lo que, no me sorprendería que ya mañana empiece a ensayar.
Y hablando de días, en 4 días es Navidad y quisiera darle algún regalo a él. Es decir, es Navidad, época en la que se pasa dando regalos entre todos.
Este año tampoco quiero celebrarlo con mi familia. Sé que seguro estarán en camino en par de días a la casa de alguno de mis tíos, como para reunir a la familia.
La razón es simple de porque no. Ya tengo 25. Aunque sea mis padres, ya soy prácticamente libre de celebrar las fiestas con quien yo quiera y como yo quiera, sin parecer un rebelde.
Obvio, los voy a llamar y saludar. Son mi familia y los quiero a ellos, pero como ya casi todos estos últimos años, prefiero celebrarlo entre amigos las fiestas.
Y hablando de amigos, alguien que está bastante metido entre nosotros y quiere hacerse amigo de todos rápido, es Liam.
Dios, ese chico es, muchas veces, insoportable. Es como un nene en un cuerpo de adulto, a menos que se hayan equivocado en su edad en el documento.
Además, como el propio Alexander sabe, prácticamente se le tiro encima a él. Es decir, apenas lo conocemos y está bastante bien que quiera ser amigable, pero así no.
Así es peor. Y lo más extraño aun, es que dice que era amigo de Alexander en la secundaria, conocido de ahí. Pero ni Alexander ni Dylan, que estuvo con Axl en la secundaria, lo recuerdan a ese chico.
No sabemos si está mintiendo o qué, pero hay algo bastante raro en él, además de que tiene eso, que me parece más insoportable todavía.
Pensando en otra cosa, me alegra que el tarado de Oliver nos dejara de molestar, o eso parece. Por suerte, no le paso nada a nadie mientras Alexander estaba internado hace un mes y medio y mientras estaba con su yeso puesto.
Me acuesto en mi cama, algo agotado y volviendo a mirar las estrellas, no tardo en dormir.
Aparezco, como casi siempre, jugando en las ligas mayores de football americano. Se oyen gritar fuerte a las tribunas del enorme estadio, el intenso ruido de los uniformes enormes de cada equipo, chocando fuerte, tratando de dominar el balón.
Y en una, siento que atacamos y empiezo a correr y recibo el balón. Estoy corriendo casi solo, yendo al touch down. Es impresionante. Y después de correr más, lo logro. Llego y hago el touch down.
Pero había algo extraño. No se oían más gritos de la gente, ni jugadores corriendo desesperados o las retadas del técnico.
Miro al estadio y estaba vacío. Totalmente vacío.
Excepto por una persona. Me acerque rápido a esa persona, pero poco a poco me acercaba, esa persona empezaba a huir. Empezaba a correr, como huyendo de mí.
Sigo corriendo y pego un grito, pidiendo que pare. Aun estando bastante cerca, no lograba ver quien era. Su imagen estaba bastante borrosa. Pero sabía que era alguien. Un joven.
El chico se detuvo de repente y no pude evitar quedarme ahí parado, observándolo, mientras esa persona seguía de espalda.
Se da vuelta y veo que llevaba puesta una máscara, una máscara de una cara sonriendo. Llevaba puesto unos pantalones negros sueltos y una remera y camisa blanca.
Noto que, en su mano, tenía un papel. Y cuando sentí que me observaba, escucho un sollozo. Y oigo a esa persona, casi llorar.
- Vas a tener que elegir, Marcus. – su voz sonaba familiar. – O tu carrera o a mí. Aunque ambos ya sabemos que vas a elegir.
Se quita la máscara, con rapidez y la tira contra el suelo, pero aún sigo sin lograr ver quién es. Desde hace rato, el ambiente se llenó de niebla y no podía ver casi nada.
Parece mirarme una vez más y se va corriendo. Intento perseguirlo, pero no puedo. Desaparece.
Llego y veo que, además de la máscara, dejo caer ese papel que tenía en la mano.
Tomo el papel y me quedo impactado al leerlo:
"¿Por qué, Marcus? ¿Tanto me odias para engañarme tantos años? Fuiste mi vida, pero elegiste la tuya. Espero no verte nunca más."

ESTÁS LEYENDO
Amor A La Vida
Ficção AdolescenteAlexander no tuvo una infancia fácil. A una edad muy joven, su madre fallece en un accidente de auto que él sobrevivió y su padre, una estrella de rock, lo abandona en un orfanato, quedando solo ahí. Luego, todo mejoraría, ya que una familia lo ado...