Alexander
Su rostro no se sorprende demasiado cuando lo llamo por su primer nombre, como una persona adulta hablándole a otra persona adulta, no un hijo a su padre.
Me señala con la mano un sillón pequeño para que me siente y él se sienta en otro igual, enfrente de mí.
No sé qué hacer con Sharly y Marcus. No sé si pedirles que nos dejen solos o que mejor sean los testigos de todo lo que nos decimos.
Ellos merecen saber lo que va a pasar, pero no sé si es el momento más adecuado. Aunque creo que, tal vez, vendría bien, por si me descontrolo con lo que quiero decirle a él.
Finalmente, decido que mejor se queden, pero no estén cerca nuestro, que parezca como si fueran solo dos presencias que están ahí y no las vemos, pero si sabemos que está ahí.
Ahí es cuando Marcus se aleja un poco, no sin antes mirarme para preguntarme con la mirada si estaba bien, cosa que respondí que si y Sharly un poco también, aunque no tanto como Marcus.
- Bueno, supongo que tú tienes mucho para decirme, ¿no Alexander? – asiento y agradezco en mi interior, que entiendo rápido la advertencia.
Se me pasan mil preguntas por la cabeza: el abandono, el desinterés y más. Pero la que sale de mi boca es:
- ¿Por qué dejaste sola en todo a mamá? ¿Qué te costaba ayudarla un poco conmigo?
Da un suspiro y me mira.
- Era demasiado joven y estaba muy enfocado en mi carrera. No quería que un hijo, en su momento, estropeara mi carrera de músico. Fue una simple estupidez por ser un joven tonto. – se expresa y sigo atacando con mis preguntas.
- ¿La querías? ¿La querías a mamá?
Se produce un silencio incomodo, al menos para él, porque yo solo estoy preguntando las cosas que quiero saber.
- Si. Por supuesto. La quería mucho. Ella fue la que me acompaño desde el inicio de mi carrera y fue un enorme sostén en mis peores momentos, al principio. – se sincera, pero no siento compasión, a pesar de ese pedazo de verdad.
- Si tanto la querías, ¿Por qué la trataste tan mal? ¿Por qué fuiste tan basura con ella? – le digo, con algo de rabia, por mi mamá.
Sebastian adopta una posición poco firme al sentarse y deja escapar otro suspiro.
- No fui malo con ella, en ningún momento, Alexander. – me espeta y me siento ofendido, por un segundo.
- ¿Disculpa? ¿Es en serio? Yo recuerdo muy bien, lo tengo en la memoria desde hace 20 años, que tú discutías con ella y no poco. – le reto, señalándolo como un culpable. – Sobre todo por mí.
- Eso era diferente, Alexander. Te acabo de decir que, en ese momento, no quería saber nada sobre un hijo. Estaba demasiado enfocado en otra cosa y no te preste atención a ti. – intenta defenderse y de repente, siento ganas de reírme. - Fui un muy malo padre, Alexander y si, recuerdo que hubo días que no trataba bien a tu madre. Eso sí es algo que no olvido.
- No me vengas ahora con el papel del señor que, después de años, reflexiono sobre su vida. – las palabras me salen así de simple. No soporto a la gente que se hace la víctima. Me levanto y lo miro fijo, con la sangre hirviéndose poco a poco. Lo vuelvo a señalar, con rabia. - ¡TU ME ABANDONASTE! ¡TU, QUERIDITA ESTRELLA DE ROCK! ¿¡POR QUÉ CARAJO ME ABANDONASTE EN UN ORFANATO DESPUÉS DE QUE MAMÁ MURIÓ!?
La pregunta no le cae por sorpresa, pero puedo ver por su rostro y expresión que no se esperaba un reacción tan fuerte y casi violenta de mi parte. Debería entenderlo el imbécil.

ESTÁS LEYENDO
Amor A La Vida
JugendliteraturAlexander no tuvo una infancia fácil. A una edad muy joven, su madre fallece en un accidente de auto que él sobrevivió y su padre, una estrella de rock, lo abandona en un orfanato, quedando solo ahí. Luego, todo mejoraría, ya que una familia lo ado...