Capitulo 55

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Alexander

El auto frena y me agarra del brazo, llevándome a rastras hasta un edificio abandonado, bastante grande y me lleva hasta adentro.

Al entrar, veo unas tribunas altas, estando a un costado de una enorme cancha o gimnasio. Esto luce como el gimnasio de una escuela.

En el medio del gimnasio, hay dos sillas. Me hace sentarme en una y me ata las manos y los pies a ella.

Se va por unos segundos, dejándome solo e intento moverme. Carajo, me amarro muy bien. No puedo moverme nada.

- Vamos, intenta escapar y verás cómo mueres más rápido. – me dice, apareciendo con unas cadenas y un candado.

Se va a la puerta donde entramos y la cierra con las cadenas y le echa el candado. Ahora sí, estoy jodido.

- ¿Por qué carajo haces esto? ¿Qué mierda quieres de mí? – le pregunto, confundido por todo esto.

- No de ti. De Marcus. – me dice, sonriendo con malicia. – Solo espero que tu estúpido príncipe azul venga e intente salvarte.

- ¿Qué mierda? ¿Y cómo carajo sabrá que será este lugar abandonado? No nos encontrará y menos con las cadenas que le pusiste. – le tiro.

- Él sabrá. Pero tranquilo. Si cooperas, durarás más tiempo estando vivo. – me dice y se ríe.

- Estás loco, hijo de puta. – le suelto y él me mira, con odio. – Cuando Marcus venga y te encuentre, te atraparán y acabarás en la cárcel o en un loquero.

- Eso les gustaría, ¿no? El malvado siempre tiene que terminar perdiendo, ¿no? – me apunta con el arma y la sangre se me hiela. – Sería muy sencillo matarte ahora mismo, solo con un balazo. – deja de apuntarme y se ríe al ver la expresión de mi rostro. – Pero como dije, sería sencillo. No podré disfrutar de ver su rostro, sufriendo por ti.

- ¿Dónde carajo estamos? – le pregunto.

- En un lugar familiar para él y para mí. Solo eso. Es increíble lo mucho que se deterioró este lugar. – dice, mirando el enorme gimnasio.

- Tan pronto se den cuenta de que no aparezco, me empezarán a buscar y sabrán que fuiste tú el que me hizo esto. Y Marcus se encargará de terminar lo que empezaste el otro día. – le suelto, como veneno.

- Cállate, puto. – me suelta y me pega un puñetazo en la cara. Me mira con rabia y se aleja. – Ya llegará tu momento, imbécil. Por ahora, te quedará aguantarte y ya podrás irte a dormir, para siempre.

- No. Hoy no ganarás y ya lo verás. – le suelto y no deja de mirarme con rabia.

Esto se está poniendo cada vez peor. Espero que los chicos no tarden demasiado o haré que este loco se ponga peor y me matará. Dudo que él tenga paciencia para no matarme.

Lance

Ya pasaron varias horas desde que hoy terminó el horario de clases, pero extrañamente, Alexander no aparece en mi cuarto todavía.

Ya es muy avanzada la tarde, hace como unas 3 horas y media que terminaron, pero Alexander no apareció en un momento ni aviso por donde estaba.

En ese momento, alguien toca la puerta y espero que sea Alexander, pero al abrirla, es Marcus.

- Hola Marcus. – le digo rápido y pasa.

- ¿Todavía no aparece? – me pregunta. Le llame apenas hace un par de horas, ya que era raro que se ausentara Axl y me negó estar con él.

- No, todavía nada. Es muy extraño. Alexander no se iría así, de repente, sin avisar. Digo, es una persona adulta, pero, hasta donde lo conozco, no hace eso ni lo hizo antes. - le digo, explicándome.

Amor A La VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora