Parte 16: Visita guiada

5.3K 396 7
                                    

POV CHRISTIAN 

Noto a mi madre bastante pensativa durante el almuerzo, pero con una sonrisa genuina en sus labios cada vez que mira a Anastasia. Creo que le gusta ella, a pesar de que en un primer momento no estuvo del todo convencida. Seamos realistas, si tu hijo descarriado se enamora de una mujer que conoce en la clínica donde estuvo internado por un brote de locura, no confiarías en que ella no este del todo cuerda.

Pero Anastasia es la excepción que escapa a la regla.

Podríamos estar tal vez disfrutando de la dicha postcoital si no fuera porque las otras dos mujeres más importantes en mi vida aparecieron por sorpresa en mi departamento para almorzar. No es que me moleste, pero me siento frustrado al saber que podría estar sintiendo la piel de Ana en vez de estar soportando la emoción exagerada de Mía por descubrir mi primera relación seria con una mujer, o entablar charlas que esperaba poder dilatar un poco más con mi madre, como la asistencia al evento que me recuerda que fui un completo gilipollas en mi adolescencia.

Pero allí estaba ella. Me estaba sosteniendo y manejando la situación con una sorprendente capacidad de comprensión y una sonrisa tímida en su rostro, mientras me daba cuenta de que era un idiota por no pensar primero en que ella se recuperara físicamente antes de exigirla de esa manera.

No ha pasado desapercibido por ninguno de nosotros que últimamente sonrío un poco más que de costumbre, o que apenas si puedo estar separado de Ana. La necesito. La quiero. La amo. ¿La amo? Claro que lo hago, sino nunca hubiera sido capaz de decir todo lo que dije frente al espejo en mi vestidor, o tal vez no hubiera soportado todas esas visitas en el hospital.

- ... entonces quedamos en que vendrán el domingo ¿De acuerdo Christian? - Pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos.

- Claro madre, allí estaremos. - Respondo mientras miro a Ana, quien toma un poco de zumo mientras trata de seguir el parloteo incesante de Mía.

- Ella es especial hijo, debes cuidarla mucho.- dice mi madre solo para mí. -¿Lo prometes? ¿Prometes intentar esta relación con seriedad? - Pregunta.

-Si madre, ella es especial y prometo cuidarla. - Digo con una sonrisa autentica en mi rostro. Lo que haces pequeña señorita Steele.

- En estos días con tu padre vamos a ir a tu oficina, tenemos que hablar un par de cosas importantes. Tal vez el miércoles pasemos. - No era una pregunta.

-Le avisaré a Andrea que esté lista para su llamada. ¿No me vas a decir de que se trata verdad?- Pregunté mirando fijamente mi copa de vino ¿Qué cosa podría requerir la presencia de mis padres en mi oficina?

- Tendrás que esperar hasta el miércoles. - Entonces ella simplemente pasó de mi y se centró en la charla que mantenían Ana y Mía sobre no se que de pasteles de chocolate. Mi favorito.

Luego de un rato, se produjo un pequeño movimiento para despedirnos de ellas y finalmente volvimos a quedar a solas con Ana. Me sentía extraño, como si acabara de pasar una prueba implícita en este almuerzo, al menos eso era algo bueno.

Finalmente cuando el ascensor se cerró con ellas dentro, Anastasia se giró con una sonrisa hacia mí, ambos teníamos cogidas las manos y quedamos a solo unos centímetros de distancia. Por un momento me perdí nuevamente en sus ojos, y mi corazón volvió a latir con solo escuchar una pequeña carcajada de su parte.

- ¿He pasado la prueba? - preguntó.

- Justamente pensaba en que esto ha sido demasiado extraño, pero dado tu increíble talento con las palabras, tienes razón. - Me acerco y le doy un pequeño beso. - Hemos pasado la prueba.- Termino de susurrar aún en sus labios.

Nuestra locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora