Parte 11: Danzas y triunfos

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POV CHRISTIAN

El aire se me hace necesario y, aunque no quiero, debo separarme de Ana. Nuestras frentes están unidas y puedo ver su sonrisa mientras respira un poco agitada. Esto es definitivamente una de las mejores cosas que he hecho en mi vida, y vaya que he hecho cosas grandiosas.

- Vaya.- Es todo lo que puede decir Ana.

-Eso ni siquiera se acerca nena.- Digo mientras le robo un beso y no puedo borrar la maldita sonrisa de mi cara.

Ella se ríe y es el sonido más hermoso del mundo, no quiero que pare de reír. Nos miramos un momento a los ojos y me pierdo en los tonos azules que brillan en los suyos, entonces ella hace viscos y no puedo contener la risa. ¿Acaso me estoy comportando como un adolescente hormonal? Por una vez ya no me importa nada, solo estamos Ana y yo. O eso creo, porque un carraspeo nos interrumpe.

-¿Se puede? - Me volteo para matar a quien nos interrumpe y... ¡Oh Mierda! Es Elliot. De todas las personas que podrían haber cruzado por esa puerta, se le ocurre entrar al ser más molesto del universo, ahora no parará a menos que le pague algo.

-No.- Respondo cortante. Y me giro a ver a Ana, que está roja como un hermoso tomate.

-Vaya cascarrabias... ya te estabas tardando en ser tu mismo.- Menudo idiota.- Hola Ana, ¿Cómo te sientes? - le pregunta con total naturalidad ¿Acaso ellos se conocen?

-Estoy bien Elliot, gracias. - Dice ella aún muy roja.

-¡Quita esa cara de amargado pez gordo! Mamá me envió un par de veces esta mañana para traerle unas medicinas, aparte quería ver a la chica que le quitó lo gay a mi hermano. - No puede ser que siga con esto frente a Ana, y eso solo rectifica que no dejará pasara la nueva información que ha adquirido sobre mi. 

-¡Ya basta Elliot!- Le digo tratando de no enojarme, se que le debo mucho y no quiero perder el control con él. 

Entonces pasa algo sorprendente, Anastasia toma mi mano y me calmo por completo, solo me basta con sentir su toque y ver su rostro tranquilo y algo divertido para que se me olvide toda la rabia.

-Tranquilo Christian, no planeo arruinarte tu primera cita. - Dice mi hermano mientras se sienta en la que era mi cama.

-Ok, ¿Se puede saber a qué viene tu visita?- Pregunto mientras me acomodo en el borde de la cama de Anastasia mientras acaricio sus dedos.

-Simplemente pasé a traerle un par de cosas a Grace y ella me comentó de que Ana estaba haciendo rehabilitación y que probablemente necesitaría un andador más estable que el del hospital.- Responde encogiéndose de hombros.

-Es muy amable de su parte, pero creo que ya es demasiado, me han estado ayudando mucho más de lo que merezco. - Dice ella mientras me mira suplicante de que pare un poco con las atenciones.

-Bueno, hablaremos de eso luego.- No puedo creer de que esté por ceder.- Elliot ya escuchaste a la dama, no más gastos innecesarios. -

Le guiño un ojo a Anastasia y ella sonríe iluminando mi vida una vez más. Entonces siento como mi hermano se levanta dispuesto para irse. Ya era hora Elliot.

-Entonces mi trabajo aquí termina. No olvides que tienes abiertas las puertas de los Grey cuando quieras Ana, y no olvides llevar a esa amiga rubia que tienes. - Sin más que un par de carcajadas, mi hermano se retira dejándonos solos una vez más.

-Vaya hermano que tienes Christian, se ha pasado esta mañana con la esperanza de ver a Kate.- Dice ella divertida.

-Es un casanova empedernido. - digo volviendo mi atención a la bella señorita de mis sueños. Vaya beso que me ha dado señorita Steele.- y solo esa frase basta para que vuelva ese rubor a sus mejillas.

Nuestra locura.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora