Capítulo 11

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-¡DONDE ESTÁS MALDITO INFELIZ!- escuchamos gritar una voz masculina

Esa voz me sonaba de algo, pero ahora no podía pensar con claridad. Tenía miedo; bastante miedo.

-Sal _______- me miró amenazante -¡QUE SALGAS TE HE DICHO!- alzando la voz y su mano derecha

Yo como instinto me agaché un poco y me tape la cabeza. Pensaba que me iba a pegar, pero le obedecí y salí de la cocina antes que él. No entendía porque quería que saliese antes que él de la cocina. ¿Se ha metido en líos y vienen a darle su merecido? ¿Qué habrá hecho?
Pero al salir de la cocina y mirar al frente, me encontré con aquellos ojos. Esos, los cuales conocía solo por dos momentos pero ya me encantaban; JungKook.
¿Qué hace aquí? ¿Y por qué está con esa cara de perro rabioso?

-¿Dónde está?- me preguntó - ________ dime donde está el infeliz de tu novio- cerrando los puños con fuerza

O Dios mío. Ha venido por culpa de lo de la llamada telefónica. ¿Qué he hecho?

-JungKook no pasa nada- acercándome a él

-¿Quién es él?- escuché detrás mío -sabía que te revolcabas con otro- hizo una risa falsa  -siempre lo he sabido- me agarró del brazo -y siempre te lo he dicho- me pegó a él -eres una zorra- susurrándome al oído

De la nada vi como se tiraban encima de David un cuerpo más grande y ancho que el de él.

-¡Vuelve a decir eso!- le dio un puñetazo

-Le diré lo que me dé la puta gana- dijo tranquilo y tocándose la mejilla -para eso es mi querida novia- me miró y me guiñó el ojo

-¿Tú novia? ¿¡Tu novia?!- se volvió a tirar encima de él y le agarró de la camiseta que llevaba -escúchame bien perro infeliz- le empujó contra la pared -_______ no es ninguna zorra y menos es tú novia ya. Eres un hijo de puta que si fuera ahora por mi te mataría a golpes- le dijo fuertemente

-Por favor JungKook no lo hagas- le supliqué

-Hazlo- miré a David

Se empezó a reír como un maldito loco.

-Siempre tan arrastrada ________, siempre tan pendiente de mí. Pero que atenta eres ¿no?- dijo -pero ella es mía y hago con ella lo que me sale de las pelotas- dirigiéndose a JungKook ahora 

-¿Hacer lo que quieras tú con ella? Como qué- le apretaba más contra la pared

-Pues obviamente me tiene que hacer caso y no sólo eso...- pauso acercándose al oído de JungKook -ella tiene que satisfacerme sexualmente como la puta que es-

-¡SE ACABÓ!- gritó JungKook

Y lo único que hice fue retroceder y gritar que parará de una vez. JungKook era el doble de fuerte que David y con los golpes que le está dando lo iba a matar.

-¡Por favor JungKook para!- grité -¡le vas a matar!- llorando

JungKook paró y lo soltó dejándolo en el suelo tirado. Miré a David; el cual sangraba por la nariz, la ceja y la boca.
Me fijé que JungKook estaba de espaldas a los dos, intentando controlar la furia que llevaba dentro.

Me acerqué a David para ver como estaba, pero él rápidamente me cogió del pelo y me tiró al suelo golpeándome la cabeza. Me quedé tumbada por el dolor que tenía y seguí viendo como JungKook le golpeaba sin piedad en todo su cuerpo.

-¡HIJO DE PUTA ESTÁS LOCO!- gritó JungKook -no la vuelvas a tocar, no te le acerques a ella nunca más en tú asquerosa vida- le hizo lo mismo que David me hizo a mí

Vi como se acercaba y me cogía lentamente y con mucho cuidado; como si estuviera hecha de cristal o algo muy frágil, y casi que pensaba que yo estaba hecha de eso. 

Mi vista se fue nublando debido al dolor de cabeza del golpe y al cansancio que tenía en mi cuerpo. Y su pecho era tan caliente que, decidí cerrar los ojos y dormirme. Dejar todo lo que ha pasado atrás.

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No se cuanto he dormido pero lo que sí se, es que dormí de lo más cómoda. Nunca había dormido así.

Al abrir los ojos me di cuenta que no estaba en mi habitación. Estaba en una habitación bastante grande, con las paredes color blanco y algunos detalles color vino. Era preciosa la habitación.
Había un espejo largo a un lado de la habitación y un tocador con luces. Como el de una estrella de cine. Un armario el cual ocupaba casi media pared de la habitación. Y al frente mío había una puerta la cual dirigía a un baño; también bastante grande.

¿Dónde estaba? ¿En el paraíso? ¿Me he muerto? 

Decidí salir de la habitación a buscar a alguien. A ver si conocía a alguien; pero me encontraba en un pasillo larguísimo. Decidí guiarme por el olor a tortitas que procedía de algún lugar. Como si fuese un perro, olía para saber de donde venía ese olor.
Baje unas largas escaleras y llegué a un salón el cual era igual de grande que mi casa. Que envidia; lo que siempre había soñado y me tengo que morir para tenerlo.
Escuché ruidos que venían detrás de una puerta blanca. Me dirigí y con algo de miedo la abrí.

Ahí me encontré a una mujer mayor vestida de la típica nana que trabajaba para la gente rica; y no pobre como yo.

-Buenos días niña- me saludó sonriente

-Bu....Buenos....días- nerviosa

-Hola _______- escuché una voz masculina -¿has dormido bien?-

-JungKook...- susurré

-¿Te duele la cabeza?- se acercó a mí

-Un poco nada más- me toqué en donde me dolía

-Siéntate cielo, pronto estará tu desayuno- me habló la señora

Yo la obedecí; pero esto era todo muy extraño.

-¿Te acuerdas de todo lo que pasó ayer?- me dijo JungKook seriamente

Y así como si nada, el dolor de mi cabeza aumentó y mi cuerpo se tensó.

My Hero -JungKook y Tú-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora