Sara
Estábamos en la sala de espera del pequeño hospital, que se encontraba en el área este del refugio. Era un lugar un poco frio y solo, las paredes de un blanco casi impecable, con algunas líneas verdes. La sala de espera era solo un espacio fuera de las habitaciones, con cuatro sillas duras y de un horrible color azul.
Dos enfermeras salieron de la habitación, traían unas tablas de anotaciones, detrás de ellas venía el médico, de mediana edad, alto, con ligeras canas en su cabello rizado.
-¿Ya podemos verle?-Lu se levantó de inmediato, yo lo mire entrecerrando los ojos. Aún no podía entender lo que había hecho...
Cuando Marco estaba por contarme la verdad, un ruido de la habitación hizo que corriera hacía ella, Michi estaba gritando pidiendo ayuda. Recuerdo que corrí lo más rápido que pude, y cuando abrí la puerta pare en seco, Michi estaba tendida en el piso, y una mancha de sangre en el piso, la colcha y en algunas partes de su ropa, pero, lo que más llamó mi atención era la persona que estaba hincada junto a ella, era Lu.
Pero en ese momento Michi era mi prioridad, después tendría una larga charla con él y con Marco. Llamamos al médico, lo más rápido que pudimos, estaba muy asustada, toda esa sangre, solo la había visto una vez en la colonia... pero, me negaba a esa posibilidad, además ella no me había mencionado nada.
Aunque después de que el médico saliese de la sala de operaciones, confirmo mis sospechas, Michi había tenido un aborto. Cuando nos dio la noticia, inmediatamente vi a Lu, y me fui a él con los puños en alto, pero, Marco me detuvo... Después solo estuvimos en silencio en la sala de espera.
-Si, pero necesito que solo uno de ustedes entre a la habitación, aún no le he dado la noticia.
-Iré...
-No.- Mire mal a Lu-. Yo iré-me adelante, posicionándome junto al médico.
-Bien-lo seguí dentro. La habitación era solo un poco más grande que la sala de espera, había cuatro camas con sabanas azules, de nuevo ese horrible color azul. A pesar de que la habitación era completamente, los pequeños floreros en la mesa, y la ventana que daba hacía un bello jardín, le daban un poco de vida.
La cama en la que se encontraba Michi, estaba junto aquella ventana. Ella estaba mirando el cielo, un poco pensativa, de repente sentí como si me retorcieran las tripas.
Inhala, exhala, inhala... exhala me dije dando pasos cortos y lentos.
-Señorita, alguien ha venido a verla.
Michi me miro, su semblante se veía un poco más... serio...
-Eh... ¿Cómo te sientes?
-Fatal-fue lo único que dijo, para volver a mirar por la ventana.
-Señorita Michi...-el médico se aclaró la garganta-. Hay algo que debe saber...
-Ya lo se-dijo en un susurro.
-¿Michi?-me senté con cuidado en la orilla de la cama, coloque mi mano sobre la suya.
-Se...-respiro hondo- sé que lo perdí-su voz se quebró y comenzó a sollozar. Inmediatamente, mire al médico, le indique con un gesto que nos permitiera unos minutos a solas.
Él solo asistió en silencio, y salió de la habitación.
-Fue mi culpa...-dijo antes de girarse y abrazarme...
Lu
-Siéntate de una vez, o harás que te saquen de aquí. –Marco me miro un poco serio. ¿Cómo quería que estuviese tranquilamente sentado? No podía aguantar un minuto más sin ver a Michi. Quería estar con ella, tenerla de nuevo entre mis brazos, besar sus labios... Estar con ella ahora, era lo único que deseaba, después de que ella perdiera el bebé.

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HALCYON
Adventure-¡¡No, aléjate!!-mi voz sonaba extraña, rota, diablos estaba llorando- ¡Aléjate! -Por favor déjame explicarte...- trato de tocarme, acercando lentamente su mano, pero la aleje con un manotazo - P-perdóname... -¡No! ¡Me mentiste, y en mi propia cara...