Michi
Muerta. Sonia está muerta.
Tan pronto como entramos, tuvimos que salir. Me sentía enojada, las respuestas que Sara buscaba, las tenía yo. Pero no quería decírselas, sería mejor que se enterara por otra persona. Que pensara que era una información que había estado oculta. Me sentía enojada conmigo misma, por no poder habérselo contado, por seguir callando.
¿Es que no éramos mejores amigas? ¿A caso no la quería como para evitar un dolor a futuro? Pero también es cierto que cuando quieres a alguien, haces cosas estúpidas.
Decidimos volver tan rápido como habíamos llegado, no teníamos nada más que hacer, además podía ser muy sospechoso que hubiésemos desaparecido más tiempo.
El camino de regreso fue un poco más lento. Habíamos dado todas nuestras energías para llegar a la colonia, y en idear un plan.
Pero tampoco podíamos estar mucho tiempo en el bosque, eso haría más sospechosa nuestra desaparición. Y entonces mandarían a alguien para buscarnos. Si es que Marco y Lu, no estaban ya buscándonos.
Optamos por caminar todo un día entero, y descansar un poco el día siguiente. Para volver al atardecer.
Las estrellas ya iluminaban todo el firmamento. Puntos dispersos por todo aquel cielo oscuro. Puntos que unidos formaban constelaciones. Así éramos nosotros. Nuestro ejército era admirado por eso, por nuestras tácticas de ataque. Jamás nos separábamos.
- ¿Podemos parar al menos unos minutos? –Sara hablo junto a mí, parecía bastante cansada.
-Vale, solo cinco minutos. Pero...
- ¿Qué?
-Busquemos un lugar con buena iluminación, no quiero encender ninguna lámpara y llamas la atención.
-Vale. Que tengo que ir al baño-se tocó el vientre. La mire enarcando una ceja, jamás iba al baño en lugares fuera de su casa, y menos al aire libre.
- ¿Te sientes bien?
-Claro, solo necesito ir rápido. Es todo.
-Traigo algunos medicamentos en el bolso.
-No, ya te dije que estoy bien. –Comenzó a caminar por delante de mí-. Solo durara 9 meses. –Lo dijo tan bajo que creí que lo había inventado mi mente. Me quede parada unos segundos esperando a que volteará y me dijera algo. Pero no lo hizo, siguió caminando, lo que me hizo pensar que solo lo había inventado.
Llegamos hasta el lugar que le dije, pero me pare en seco. No había luces, pero podía percibir las siluetas de un campamento. Mierda. Busque a Sara con la mirada, pero no la encontraba ¿A dónde se había ido? Retrocedí unos pasos, debía hacer algo, no podía llamarla, eso podría llamar la atención de las personas en el campamento. Traté de agudizar la vista, y ver mejor los detalles, eran por la cantidad de cosas, supuse que eran dos personas, hombres... ¿Nuevos refugiados? No, los refugiados habían dejado de llegar desde hacía un mes atrás.
Retrocedí otro paso, me saqué la mochila con cuidado, traía unas armas, por si fuera necesario. Y entonces la escuche.
Un grito.
- ¡No seas idiota y baja eso! –corrí hasta aquella voz, estaba solo a unos pasos de mí. ¿Por qué no la había visto?
Al llegar a ella, vi a la persona que bajaba un arma. Era Lu. Sus ojos viajaron de Sara a mí, se veía preocupado, y un poco dolido. Desvíe rápidamente la mirada.
- Te dije que iríamos juntas –le dije a Sara.
- Necesitaba ir al baño-se cruzó de brazos-. Yo iré a despertar a mi prometido-paso entre nosotros y camino hasta el bulto que se encontraba en el suelo.
De repente me sentía incomoda, por alguna razón, no quería ver a Lu a la cara.
- ¿No me preguntarás como es que estamos aquí?
-No, sabría que vendrían-camine un poco, sin acercarme demasiado.
- ¿Y ni siquiera me darás un abrazo?
- ¿También necesitas un beso? –lo mire enarcando una ceja. Me sentía bastante enojada, y ahora lo estaba sacando.
- Pues no te costaría nada.
- ¿Por qué diablos viniste? ¿No pudiste simplemente quedarte en la estúpida colonia y esperar? ¿No pudiste confiar en mí? ¡Te odio! –grite, acercándome a él. Y él solo se limitaba a mirarme atentamente-. ¡Eres el idiota más grande del mundo! ¡Primero me secuestras, me llevas a esa estúpida cárcel! ¡Cuando me has enamorado finges tu muerte! ¡Me convierto en una asesina! ¡Y luego desconfías de mí! ¡Te. Odio. Lu. Sterwher. Te. Odio! –golpe su pecho con mi puño, con cada palabra.
Sentí su pulgar pasar por mi mejilla, limpiando una lágrima. No me había dado cuenta cuando había comenzado a llorar-: ¿Terminaste? –me miro un poco serio, pase saliva. Asentí despacio con la cabeza. Me rodeo con sus brazos y me atrajo hacía él, presionándome un poco. Apoye mi cara en su pecho.
-No te odio...
-Es bueno que me odies de vez en cuando.
Sara
- ¿Estará bien? –Marco susurro, los dos nos encontrábamos sentados sobre su bolsa de dormir.
-Si. –Desvíe la mirada de la pareja.
- ¿Le dirás?
-Cuando lleguemos a la colonia-recargue mi cabeza en su hombro-. Me siento un poco mal. –Tomo mi mano.
-Las dos deben hablarlo, es todo. ¿Ahora relájate un poco sí? Tienes dos grandes noticias que darle-sonrió colocando una mano sobre mi aun plano vientre.
¡Hola! Sí, he vuelto. Este capítulo está muy corto, pero espero les guste. Gracias por su espera. Gracias por leer. Los quiero.

ESTÁS LEYENDO
HALCYON
Adventure-¡¡No, aléjate!!-mi voz sonaba extraña, rota, diablos estaba llorando- ¡Aléjate! -Por favor déjame explicarte...- trato de tocarme, acercando lentamente su mano, pero la aleje con un manotazo - P-perdóname... -¡No! ¡Me mentiste, y en mi propia cara...