Dime ádios

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Sara

En cuanto me levante fui directo a la habitación de Michi, no tome el desayuno, esperaba hacerlo con ella y comer algo. Cuando llegue vi su puerta cerrada, quizá aún seguía dormida, era de esperarse, si Lu fue a verla, no porqué hubiese sucedido algo malo, sino que pudieron pasar otras muchas cosas.

Di unos ligeros toquidos, nada, volví a tocar un poco más fuerte, nada.

-Michi, voy a entrar...-espere unos segundos, pero no respondió. Antes de abrir la puerta recé para no encontrar algo que no debiera ver.

Abrí lentamente la puerta, dentro estaban Lu y Michi, los dos acurrucados en el sofá, tapados con una manta, llevaban puesta la ropa. Se veían tan tiernos, por lo que decidí dejarlos. Ya hablaría con ella más tarde.

Cuando salí de la habitación me pare en seco, frente a mi estaba una chica alta, de cabellos claros... 

-¿Puedo ayudarte en algo?-enarque una ceja. Ella me miró de arriba a abajo, de una manera despectiva, respire hondo.

-Busco a mi querido Lu.

-¿Perdón?-me cruce de brazos, bloqueandole la puerta.

-Mira, soló déjame pasar, mis problemas no son contigo.

-¿Y si no quiero?

-Mira niña, esto es algo que no te incumbe.

-Oh-la mire de igual manera- pero ¿no eres demasiado vieja como para andar con lu?

-Hazte a un lado-la había sacado de quicio.

-No.

-¿Qué tanto alboroto?-Michi salió bostezando, me miró curiosa, pero cuando vio a Lily su ceño se frunció-. ¿Qué quieres?

-Lo que es mio.

-Aquí no hay nada tuyo, así que puedes irte ya.

-¿De verdad crees que el te ama? ¿Acaso hay confianza? ¿Te contó sobre mí?-Michi se quedo en silencio- ¿Acaso no es parte de la confianza entre las personas que se aman, sobre todo aquello que marco nuestras vidas? Lo sabía.

-Largo de aquí.-La mire mal, me coloque a un lado de Michi.

-Vamos, sabes que es cierto...-seguía mirando a Michi- si te amara... te lo hubiese contado.

-Basta-Michi alzó un poco la voz-. Si lo que dices es cierto, tu no lo amaste nunca, le tendrías confianza para contarle tus miedos, tus dudas, aquello que te orillo a engañarlo con su primo ¿Es que acaso tu vienes ahora a enseñarme sobre el amor y la confianza? Siempre cuentas aquello importante, aquello que marco tu vida, para bien o para mal. Lo bueno, por los momentos que nos ayudaron a ser felices y los malos aquellos momentos que nos ayudaron a crecer. Si no me dijo sobre ti, fue porqué no le eras importante, porque no eres alguien que marcara su vida, y estoy muy segura de él, además de que confío en que dice la verdad, lo veo en sus ojos, y en la manera que lo dice,  como si cualquier cosa, tu ya no eres importante.

Lily se quedó muda.

-¿Qué esta pasando?-un somnoliento Lu se asomó a la puerta, miró lo que pasaba, enarco una ceja y me miro, yo solo me encogí de hombros sonriendo.

-¿Es verdad?-Lily lo miraba ahora a él.

-¿Qué? ¿Qué amo a Michi, y que no me eres relevante? Si, es verdad.

-Pero...

-Lily, por favor. Solo dejanos en paz.

Lily respiro hondo, estaba roda de furia-: Bien, pero pronto sabrán de mi.-Se fue caminando por el pasillo rápidamente. 

-¿Estas bien?-Michi se acerco a Lu, este asintió con la cabeza y la abrazo.

-Bueno... Yo, debo verme con Marco, adiós.-Me fui de ahí, creó que necesitaban aún su tiempo. 


Día siguiente

Marco

-Ya pueden irse.-Suspire y me puse en pie, la reunión del día de hoy había sido un poco larga. Al parecer Lily, fue con su padre a inventarle una sarta de mentiras sobre Lu, y sobre todo mi padre. Mire por última vez a mi padre, este estaba hablando con el presidente Vincen, era el padre de Lily. Seguía sin poder creer lo que mi padre había accedido a hacer, para solapar los caprichos de una estúpida niña mimada. Vincen, era un hombre que detestaba, siempre quiso el puesto de mi padre, ya que mi padre era el encargado de las emboscadas y los planes, y de reunir a los demás refugios. Y ahora era la oportunidad de ese hombre de poder quitarle el puesto a mi padre, pero claro con mentiras, y para mi padre le fue muy fácil aceptar su propuesta, estaba decepcionado.

Camine lo más rápido hacía la puerta, debía encontrar rápidamente a Lu, él no había podido entrar a la reunión, ya que era uno de los implicados, y por ende tampoco Michi. 

-Marco, busca al comandante Lu, tráelo en treinta minutos.-Respire hondo y sólo asentí con la cabeza.

Salí corriendo de la sala, directamente al único lugar dónde sabía que podía estar.

Cuando llegue me quede parado frente a la puerta de Michi, no quería entrar a esa habitación, pero, alguien más vendría por él, y yo no podría hacer nada.

-¿Lu?-di unos ligeros toquidos a la puerta- Soy Marco, abre por favor.

-¿Pasa algo?-Lu apareció frente a mi, con unos simples pantaloncillos de lana, creó que lo había despertado. Mire hacia dentro de la habitación, Michi estaba dormida, escondida entre las sabanas.

-Necesito que estés listo en cinco minutos. No hay mucho tiempo.

-Bien.- Cerró la puerta, me recargue en la pared, mirando fijamente la pared. La verdad es que no quería que Lu ni Michi, sufrieran por los berrinches de esa niña, si quería ayudar a mi amigo a salir de esta, debía pensar en algo rápidamente, o todo se llevaría acabo, y no de la mejor manera.

¡Eso era! Esa era la única solución, o al menos, una viable. Sólo esperaba que Lu aceptara...

Sara

Eran apenas las 12 del día, Marco estaba en una reunión desde las 7 de la mañana, al parecer algo de urgencia. Me levante pesarosa, había mucho alboroto fuera. 

Cuando abrí la puerta, casi caigo de espaldas, había muchas corriendo por todos lados. Algo pasaba al final del pasillo, mi corazón se acelero, alguien dormía en esa ala, Michi. Salí corriendo lo más rápido que pude, choque con algunas personas, pero no me importaba, solo tenía una cosa en la cabeza, Michi.

Pero me pare en seco al llegar al final del pasillo, en el suelo, había un cuerpo, y sangre, mucha sangre, sobre él estaba otra persona, que lloraba pesadamente, sobre el joven tendido. 

Las personas al rededor de ellos miraban sin entender, y murmuraban, entre ellos pude ver a Lily, que estaba un poco sorprendida, y a un señor de la edad del presidente, solo que con más canas en el cabello, que miraba el cuerpo con un poco de asco. Marco se encontraba junto a su padre, mirando el piso, estaba con los hombros caídos. Su padre estaba se encontraba dando ordenes a unos cuantos sirvientes y guardias. 

Por el rabillo del ojo pude ver a unos hombres acerarse con una camilla, con sumo cuidado me acerque a Michi, que se abrazaba fuertemente al cuerpo de Lu.

-Michi-susurre, tratando de levantarla, ella negó con la cabeza- vamos, deja a los señores hacer su trabajo.-Con ayuda de Marco la separamos del cuerpo, y mi corazón se hizo pedazos cuando se abrazo a mi y comenzó a sollozar...

-No tiene pulso-dijo uno de los enfermeros, y sentí cómo el corazón de Michi se paro por un momento. Y después lloro, lloro como no lo había hecho desde que su hermano se había ido.




Hola, ¿cómo están? espero que bien. Perdonen por tardar, pero aquí esta un pequeño capitulo, espero les guste, por favor no me maten.




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