En el bosque

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Michi

Termine la cena y me tumbe en la cama. Me había esmerado mucho haciendo todo esto, creí que podíamos pasar una buena noche, que quizá ... podríamos arreglar las cosas, pero no fue así. Él prometió estar totalmente libre esta noche; por eso elegí esta, él estaría totalmente disponible. Y él fue el primero en romper su promesa.

No podía reclamarle del todo, yo tampoco me había comportado de la mejor manera durante los últimos días, en los cuales estuve evitándolo lo más que pude. Y me era muy difícil, quería abrazarlo, hablarle, saludarle, besarlo.

Suspiré y decidí recoger las cosas, cuando la puerta de mi habitación se abrió por completo.

- ¿Qué haces? -Lu me miro enarcando una ceja, traía en mis manos unas almohadas.

- ¿Qué no es obvio? –dije un poco tajante-. Quiero dormir ya...-susurre, tratando de sonar más amable.

-Pero, prometimos que esta sería nuestra noche. –Cerró la puerta y se acercó hasta mí.

-Tienes trabajo que hacer-sonreí de lado- podemos posponerlo, no hay problema.

-Michi...-me quito las almohadas y las colocó de nuevo sobre las mantas-. Me han dado el día de hoy y en mañana libre. Hoy pasaremos la noche juntos...-susurro. Mi corazón comenzó a acelerarse.

- ¿De verdad?

-Si-coloco su mano sobre mi mejilla, lo mire directamente a los ojos.

-Ya hazlo-dije, él sonrió, termino con todo el espacio que nos separaba, juntando sus labios con los míos.


Lo pegué más a mí, extrañaba esto, ¿cómo había aguantado tanto?

Sus manos se posaron en mis caderas, yo rodee mis brazos alrededor de su cuello, quería tenerlo más cerca. Metió sus manos bajo mi blusa, solté un leve jadeo al sentir el rosé de sus dedos en mi piel.

Bajo lentamente sus labios hasta mi cuello, tomo mis piernas subiéndome, las enrede en su cadera.

-Michi... -jadeo, sentí como presionaba mi cuello. Gemí.

Lo mire a los ojos, lo deseaba. Volví a juntar mis labios con los suyos.

Sentí como se movió, y me recostó en la cama. Saque su camiseta, lo contemple un momento, acaricie con los dedos su torso, el cerró los ojos disfrutando. Él iba a sacar mi blusa cuando golpearon la puerta.

- ¡Michi! -era la voz de Marco, se escuchaba alterado. Lu se levantó y abrió la puerta.

Marco entró, no se fijó mucho a su alrededor, ni en que Lu no traía camisa.

- ¡Dime que sabes dónde está! -se acercó rápido hasta a mí.

-Hey-Lu se interpuso entre nosotros-. Respira, y vuelve a preguntárselo.

Marco lo miro un momento, luego respiro hondo-: Sara no está.

-La bibliote...

-No. Se fue. –Me paso una nota.

Era un pequeño trozo de papel, era la letra de Sara.


                                           Siento no haberte confiado este secreto.

                                           Es algo que debo hacer sola.

                                           No me busques.

HALCYONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora