Ella

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Michi

Unos ligeros toquidos en la puerta me despiertan, me envuelvo más entre las mantas.

-Michi...-la voz de Enrique es un susurro.

-No...-digo apenas.

-¿Joven Michi?-la voz es de uno de los guardias, era compañero de Lu...

-Anda...-Enrique me saca las mantas y va a abrir la puerta-. ¿Sí?

-Oh...El Presidente quiere ver a la joven Michi.

-Esta bien-escucho cerrarse la puerta-. Michi, vamos... Anda, hazlo por Lu...

-¿Luego me dejaras quedarme tumbada en la cama toda la semana?-asintió con la cabeza- bien....- Me levante con pesadez y fui directo a la ducha.

Después de una larga ducha con agua fría, me puse mi uniforme, pero sin el pin azul con una avecilla, que llevaba siempre a la altura del corazón, ese, había sido un regalo de Lu. Lo miro una última vez antes de ponerlo en el fondo de mi cofre de joyas, lo cierro con un poco de fuerza.

Me miro en el espejo, estoy un poco pálida, mis ojos un poco caídos y con ligeras ojeras bajo ellos. Mi cabello, un poco opaco, lo amarro en una coleta alta. Suspiro y me encamino a la puerta, Enrique se fue en cuanto entre a la ducha, creó que iría a ver a Luis.

Camino lento por el pasillo, diversos recuerdos cruzan por mi mente, y en todos ellos esta Lu, mirándome fijo, serio, enojado, triste, riendo, besándome, diciendo que me amaba... que amaría para siempre...

¿Por qué me mintió? ¿No me había prometido amarme para siempre? ¿Por qué Marco... por qué...? Seguía sin entender el porqué Marco... Él era su mejor amigo, era tan absurdo, como si yo matase a Sara. Ese día, quiso hablar conmigo, pero, no lo deje, lo único que sabía, y se hasta ahora, es que él había traicionado a su mejor amigo, quizá nunca entenderé porqué lo hizo, Sara me dice que lo escuche, que no lo vea como el enemigo, pero es que no puedo, entiendo que ella lo ama, y que por eso quiere defenderlo ¿Y si le hace lo mismo a ella? no podría permitir que le hiciera daño a alguien más, no. 

También había una cosa que no me dejaba pensar claro, Enrique no parecía molesto, creía que se molestaría con Marco, lo conozco, pero, no lo hizo. ¿Es que no sabía bien que había pasado? Eso era algo que no me cuadraba, tampoco quería que se pelearan, o que Quick lo matara, pero, la tranquilidad que tenía Enrique cuando le conté de primera fila lo sucedido, no se mostró sorprendido, eso quiere decir que si sabía lo que había pasado, pero había una tranquilidad que no me dejaba tranquila. ¿Acaso él tampoco veía como asesino a Marco? y si era así ¿Por qué no me decía algo?...

Iba tan metida en mis pensamientos que choque con alguien...

-Oh, lo siento...-murmure. Alcé la vista, era una joven un poco más alta que yo, iba vestida con un uniforme igual al mio, la mire fijamente a los ojos, unos hermosos ojos verdes. 

-Descuida-sonrío y entro en la sala de juntas, quizá habría otro ataque, la verdad es que no estaba de humor, pero, eso me haría despejar la mente.

Abrí la puerta, dentro estaban solo el presidente y la chica, camine con cuidado hasta situarme frente a la chica.

-Bien, ya estamos los que debemos estar.-El presidente nos miro sonriendo-. Michi-me miró un poco.... triste- Se que... aún te sientes mal por lo ocurrido con Lu, yo también me siento así. Y se que el era tu compañero comandante-guardo silencio un momento-. Por eso traje a alguien más para ayudarte como comandante, te presento a la comandante Samantha-la joven se puso de pie.

-Mucho gusto-ella sonrió mirándome fijamente.

Sara

-Entonces ... ¿Tienes nueva compañera?-mire a Michi directo a los ojos.

HALCYONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora