Marco
Una semana después de que Michi saliera del hospital, mi padre llamo a otra junta, Lu también estaría presente.
El día en que Lu salió de aquella sala, hecho pedazos fue a hablar con mi padre, ninguno de los dos me ha dicho que tanto hablaron. Creo que mi padre no se lo tomo tan, tan mal, pues mi padre volvió a aceptarlo en su ejército, pero ya no sería comandante, ahora sería un soldado más. Estaría bajo mi cargo.
Y las cosas seguía por ese camino, para mi querido amigo. Michi no había compartido conversaciones con él, solo breves saludos cuando se cruzaban en el pasillo o en la cena. Y en cuanto a ella su relación con mi prima, era un poco más apegada. Sara me había dicho que se habían arreglado y aclarado las cosas. Sam entendió a Michi, que ella no podía corresponder a sus sentimientos. Lo llevaban bien.
-¿Cuánto tiempo les tomara la junta?-Sara estaba tumbada en mi cama boca arriba, jugando con un pequeño gatito. Se lo había regalado dos días atrás, era un pequeño gato blanco, con unos impresionantes ojos azules, además parecía que sus patitas tenían guantes, de color negro, su nombre era, Nek.
-No lo se-termine de acomodarme la camisa, si, hoy debíamos ir un poco más formales-. Aún nos faltan cuatro colonias, estamos a punto de encontrar la grieta que tanto buscábamos...
-Entonces iré con Nek a dar un paseo...-se levantó y dejo al pequeño minino en el suelo, este se quedó cerca de sus pies.
-Por cierto...-me acerque a ella- he encontrado algo...-sus ojos se abrieron por completo-. Al parecer nunca salieron de la colonia, pero su paradero aún es... incierto. Solo mencionan cuando tu madre estuvo en el hospital, sobre tu nacimiento, y cuando tus padres te dieron un nombre. Pero no existe algún documento más. Supongo que debe haber algo por el submundo.
-¿Dónde están esos documentos? ¿Hay fotografías?
-Las tengo en mi sala de estudio, pero...-saque una pequeña fotografía que tenía guardada en la cartera, era un poco pequeña. En ella podía verse a una familia con una bebe en brazos sonriendo, detrás de ellos se alzaba una casa igual que todas las de la colonia 12, de un color blanco, con un gran jardín verde y pequeños brotes de rosas. Los jóvenes que sostenían a la pequeña sonreían alegremente hacia la cámara, la mujer era de estatura mediana, y cabello rojizo, y el padre de cabello castaño y ondulado. La pequeña miraba hacia la persona que tomaba la fotografía con el ceño un poco fruncido, quizá podría haber sido por el sol que se reflejaba en su carita.
-Así que ellos... ellos son mis padres-susurro, mirando la fotografía atentamente.
-Si, estaba en los documentos de la colonia. Es todo lo que he encontrado... hasta ahora...-sin responderme nada se lanzó a mis brazos, yo la atrape abrazándola fuertemente.
-Gracias, gracias...
Lu
Después de haber hablado con Michi, y llegar a la conclusión de que nos tomaríamos un tiempo, trate de evitarla lo más posible. Aunque había entendido su punto y aceptado los términos, no podía simplemente verla por los pasillos sin siquiera darle un beso en la mejilla.
Me la pasaba la mayor parte del tiempo en la biblioteca y en la sala de entrenamiento. Y cuando me la cruzaba por el pasillo, mantenía mi mirada al frente, y simplemente decía un breve hola, y me alejaba lo más rápido posible. Durante las comidas era un poco más difícil, aunque me sentara con otras personas, no podía evitar mirarla, y desear poder acercarme a ella, eso no estaba prohibido, pero yo no podía simplemente plantarme frente a ella y tener una charla como simples amigos. Yo sabía que para ella tampoco era muy fácil, al igual que yo ella trataba de hablarme lo menos posible. Estaba siempre con alguien, y más cuando me veía cerca.
Pero lo que siempre me hacía sentir celoso, era cuando estaba con Sam. Yo sabía, que ella no aceptaría esos sentimientos, me lo había dicho, y sentía lastima por la chica, porque ella aún la veía de una manera especial, y eso me cabreaba un poco. Pero éramos solo amigos ¿cómo reclamarle?
Ahora nos encontrábamos en la cena, después de la junta, que para ser sinceros fue bastante aburrida y tardo demasiado. El presidente hablo de cosas que ya sabíamos, sobre las colonias que ya habíamos atacado, de los logro y bajas, eso yo lo sabía, había comandado la mayoría de esas misiones. Ahora estaba bajo el cargo de Marco, ni siquiera podía ser su comandante compañero, no es que detestara el puesto en el que estaba, ni hiciera menos a los que estaban aquí, solo que ahora se me hacía bastante simple.
-¿Por qué no vas con ella?-Mario, uno de mis nuevos compañeros me miro enarcando una ceja.
-No sé de qué hablas-deje de mirar en la dirección que estaba Michi, ella se encontraba a algunas mesas de distancia, y estaba con Sam.
-Claro...-rodo los ojos-. Puede que te sea incomodo solo hablarle como amigos-hizo comillas con los dedos ante la última palabra- pero si de verdad quieres recuperar lo que tenías deberías ir, como si volviesen a conquistarla sin hostigarla. –Tomo su plato y se puso de pie-. Que pases buena noche-con leve asentimiento de cabeza se marchó.
Él tenía razón, yo quería estar de nuevo con Michi, y haría cualquier cosa para estar con ella. Respire hondo y me encamine hacía la mesa en la que estaban, antes de llegar me tensé un poco al escuchar su risa, y ver lo satisfecha que estaba Sam.
-Hola-dije en un tono neutro, me concentré en mirarla solamente a ella.
-H-hola-sonrió un poco nerviosa.
-¿Puedo?-señale la silla vacía a su lado, ella asintió levemente con la cabeza-. Gracias.
-Eh yo... tengo tareas pendientes-Sam se puso de pie-. Nos vemos luego-le dedicó una sonrisa a Michi y se fue.
Nos mantuvimos en silencio un momento, ella miraba su plato medio vacío, sus manos estaban entrelazadas sobre su regazo. No se veía molesta, sino un poco incomoda, y yo me sentía igual.
-Si quieres... puedo irme...
-No, no lo hagas-me miró-. No quiero que te vayas... pero...-se quedó en silenció mirándome directamente a los ojos, y yo sentí como una descarga eléctrica que recorrió todo mi cuerpo. Me mantuve callado esperando a que terminara- ... aún, me siento...-negó con la cabeza- quiero que mañana me acompañes. - Enarque una ceja-. Estoy yendo a terapia, y quiero que mañana vayas conmigo.
-¿A qué hora paso por ti?
-A las 12.-Sonreí de lado.
Sara
Mis padres ¿dónde estaban? ¿qué había sido de ellos? ¿seguían vivos...?
No tenía más información, Marco solo me había dado lo poco que había podido conseguir, y yo necesitaba saber más, lo quería. Mi tía siempre me había dicho que mis padres me habían dejado a su cargo, y que después habían huido. Que nunca habían sentido afecto alguno hacía mi. Que era la hija no deseada. Cuando tenía siete años, los chicos del instituto se burlaban de mi por no tener a mis padres, y cuando tenía doce años, quise odiarlos, por haberme abandonado, por darme un estúpido nombre e irse, por nacer... En mi trigésimo cumpleaños comencé a cortarme las muñecas, en mi casa, como de costumbre, no se daban por enterados, y en la escuela era fácil ocultar las marcas con camisetas de manga larga, pero a ella, a ella no podía engañarla. Michi, ella siempre había estado ahí, en ese momento había sido como una pequeña luz que me enseño un camino distinto al que tenía. Desde pequeñas habíamos sido las mejores amigas, pero hasta entonces la deje ayudarme, la deje entrar en mi pequeña oscuridad y sacarme de ella.
Bueno, tarde un poco en subir el capitulo. Pero ya esta, termine mi semestre, y aquí estoy de nuevo. Espero les guste el capitulo, y si no pues, pueden comentar. Gracias por leer.
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HALCYON
Adventure-¡¡No, aléjate!!-mi voz sonaba extraña, rota, diablos estaba llorando- ¡Aléjate! -Por favor déjame explicarte...- trato de tocarme, acercando lentamente su mano, pero la aleje con un manotazo - P-perdóname... -¡No! ¡Me mentiste, y en mi propia cara...