Capítulo 4 | Sin Despedida |

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Anastasia

Aunque arreglarme no es algo que se me da mucho, en este momento quisiera estar lo más bella posible, entre mis recuerdos viene la clase de maquillaje que Kate me dio un día, y eso me hace sonreír...claro no soy muy buena maquillándome a lo mucho me pongo un toque de brillo en mis labios y un poco de delineador en mis ojos. Reacciono rápidamente al sentir una mirada fija en mí y volteo y el me mira des consternado. Así que un poco tardado respondo a su saludo y pregunto.

— Igualmente y bien ya sabe que va a pedir señor?? — digo tratando de sonar lo menos nerviosa y queriendo saber el nombre de la persona que ha robado mis pensamientos estos días.

— Señor Christian grey ¿señorita? Y si ya sé que pedir me podría traer una copa de vino del mejor que tenga y para comer pasta a boloñesa por favor — dice seguro de sí mismo y observándome de pies a cabeza.

— Anastasia Steele señor, enseguida le traigo su orden — digo rápido queriendo que recordara mi nombre, así que me volteo y me dirijo hacia la cocina.

Estoy esperando la orden para poder servírselo al señor grey pero en ese momento llega Mike apresurado y un poco apenado porque sabe que llego tarde y eso es algo que al jefe no le gusta, pero Edward el gerente es comprensivo tratándose de situaciones que lo requieran.

— Mike porque llegas tarde sabes que el jefe no le gusta y trata de justificar bien el  ¿ por qué? —  le digo y el me observa y diciéndome con la mirada que ya lo sabe.

— Si Ana lo sé es que tuve un inconveniente y no me dio tiempo de avisar gracias por ocupar mi lugar y te debo un gran favor, ya te puedes ir yo terminaré de atender al cliente nada más dime dónde si?? —  dice muy nervioso y avergonzado por esto.

— Esta bien  Mike... no te preocupes  solo estoy atendiendo una mesa la núm. 5 aquí está su pedido — digo amablemente y sonriendo, mientras mentalmente maldigo el no poder cruzar más palabras con él.

— Además estoy cansada ha sido muy ajetreado este día?? — agrego tratando de fingir desinterés por querer atender a ese cliente.

Me siento triste, sé que al irme no sé si tendré la oportunidad de volver a verlo y volver escuchar esa cautivadora y hermosa voz un momento más.

— Ok Ana ya voy yo a entregarlo y de verdad gracias — dice señalando la bandeja y guiñándome un ojo.

— Este bien, Adiós Mike cuídate y nos vemos luego.— digo y solo niego con la cabeza y dándole una sonrisa.

Me voy a la salida del trabajo y sin querer lo observo desde lejos en la puerta de la cocina y me permito fotografiarlo con mi ojos y para poder guardarlo en mi mente, ya sé que talvez no sea posible volverlo a ver.

Voy caminado rumbo a mi casa pensado otra vez en él y me maldigo a mí misma que solo el este en pensamientos, pero he de confesar que con solo verlo una vez me bastó para saber que él es la persona con la me gustaría estar , aunque sé que pierdo mi tiempo pensando eso, porque sé que alguien como él que nunca se podría interesar en alguien como yo, ya que somos personas  diferentes, él guapo y por lo que observe es de buena familia, tiene la pinta de un chico mimado por sus papas, de esos que siempre lo han tenido todo que nunca se preocupan porque algo les falte y yo en cambio soy una persona simple y desaliñada todo lo contrario a él , dejo todo de un lado y me relajo por todo lo que pasa por mi mente.

Llego a mi departamento estoy agotada así que lo único que quiero es dormir y empezar un nueva día, lo único bueno es que mañana no tengo que trabajar así poder ocupar un poco mi tiempo en hacer un día dedicado a la limpieza de mi casa, uff lo que me espera mañana.

Así que mejor a dormir.

Siempre Has Sido Tu «Terminada »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora