Capítulo 35 | Incompleta... |

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Anastasia

Me encuentro sentada en el hermoso jardín, admirando los hermosos rosales que hay a mi alrededor, los árboles se mecen en un vaivén , la brisa refresca mi rostro aspirando él aroma a tierra mojada, no puedo creer que ya se van a cumplir 5 años desde que pise por primera vez Alemania como una persona nueva que comenzaría una vida desde cero y si eso era empezar a crear mi nuevo mundo , una nueva vida. Todo este tiempo por dentro  he sentido una parte de mi vacía ,  hasta ahora he tratado de ser feliz pero dentro de mi corazón me dice que me falto algo y que me lo impide que sea complemente y no sé qué es exactamente , todos los días me pregunto lo mismo sintiendo esta sensación extraña que me es imposible de descifrar , tengo todo lo que considero valioso a mi lado , mis pensamientos y mi paz son interrumpidos cuando escucho a los lejos que gritan mi nombre una y otra vez , giro mi rostro lentamente en su dirección.

— Ana...Ana...Anastasia — vuelven a gritar repetidas veces .

Levanto mi mano en señal para que deje de gritar, me pongo de pie, sacudo mi pantalones por las hojas pegadas y camino hacia él .No me encontraba muy lejos ya que a los pocos minutos llegó a su lado, me mira sonriendo y yo hago el mismo gesto, me toma en sus brazos con fuerza y me estrecha en su pecho yo le correspondo al abrazo soltando una carcajada .

— Por lo que veo creo que me has extrañado — digo controlando mi risa al ver su expresión y ver su cariño hacia mí.

— Más de lo que te imaginas este tiempo sin verte se me hizo eterno — pronuncia separándose de mí y mirándome de pies a cabeza.

— Ya me harás llorar — le digo en tono de broma limpiando lagrimas falsas en mi rostro aunque la alegría que siento que ya esté aquí con nosotros.

— Nunca cambiaras — dice negando con la cabeza y sonriendo aún mas

— Siempre seré la misma, sigo siendo yo, tú mismo me lo has dicho nada en mi ha cambiado a excepción de... — digo e inmediatamente el cambia su semblante a preocupado y triste.

— Lo sé, pero créeme que hecho todo 'para que vuelva tu vida de antes — dice y sin pensarlo no lo dejo terminar de hablar y lo abrazo con fuerza

— Lo sé papa, déjate de culpar, sé que si en tus manos estaría el poder regresar mis recuerdos todo, mi vida, lo harías no me cabe la duda de que así sería —

Me alejo de él y lo observo en su mirada puedo ver reflejada la culpa que siente, pero él no es culpable, solo hace lo mejor que puede.

— Así que déjate de culpas, cuéntame... ¿cómo te fue en Seattle? ¿Por qué tardaste tanto? — pregunto cambiando de tema, me siento fatal de haber arruinado su llegada, tan feliz que se veía.

Caminamos abrazados para adentrarnos a la casa y vamos directo a la cocina.

— Hubo complicaciones, pero nada que no se pueda solucionar, — dice tratando de evadir mi pregunta, pero vuelvo a insistir

— ¿Qué complicaciones que te hizo retrasarse más de un mes? — y es que mi padre por primera vez desde que vivimos aquí, esta ocasión su viaje se alargó demasiado que me preocupo que le hubiera pasado algo.

— Cosas de las empresas que requerían que estuviera presente, reuniones, firma de papeles, todo ya sabes — dice muy incomodó.

Yo asiento...

Le sirvo un vaso de zumo de naranja, caminamos a la sala y nos sentamos en el sofá, en eso escucho el timbre de la puerta, pasa Margaret, y saluda con un cordial buenas tarde a mi padre, el asiente, platico de simples cosas que pasaron en su ausencia, contando todo lo que hicimos pero somos interrumpidos por unos gritos y risas, sonrió al saber de quienes se trata, mi padre vuelve a tener esa sonrisa plasmada en su rostro.

— Abuueeelooooo...lleeeegaasteee...poooor... Fiiin. — gritan felices mis pequeños.

Siempre Has Sido Tu «Terminada »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora